viernes, 4 de diciembre de 2015

Atisbo sobre la "relatividad especial", para intelectuales remisos.

Sobre la "relatividad especial".
Teoría del éter: La idea del éter como medio absoluto y fijo a través del cual debía moverse el universo, no logró trascender a su mítica y corta existencia, como se esperaba. Y es que, aunque al éter sólo le faltaba el “no” para ser “eterno”, en cuanto se lo dieron por unanimidad, justo en ese momento y no antes, dejó de existir para siempre, especialmente en el mundo de las ideas.
Del libro: Teorías de la relatividad poética. Dante Amerisi 2011.
Xavier A. López y de la Peña.
El término relatividad, (de relativo, que es incompleto o dependiente de cierta comparación o relación) de la manera en que le emplea el físico teórico nacido en Alemania, Albert Einstein (1879- 1955), hace referencia a que la teoría que nos ofreció en 1905 y que ayuda a comprender mejor el complejo mundo físico en sistemas inerciales del movimiento en el marco de un espacio-tiempo plano que nos rodea y del que formamos parte, se dibuja al mostrarnos un sistema en el que integra el fenómeno observado con el observador, es decir, al objeto con el sujeto.
El asunto de la Relatividad especial se relaciona entonces directamente con las ideas acerca del movimiento de la materia en el espacio y el tiempo; por ello conviene tener algunas definiciones de ciertos términos. El espacio (del latín espatium), es el medio físico en el que se ubica la materia y los movimientos, y que suele caracterizarse como homogéneo, continuo, tridimensional e ilimitado; en tanto que el tiempo (del latín tempus), es la dimensión física (cuya magnitud se estima con algún utensilio u aparato tomando como patrón una cierta unidad) que sirve para medir la sucesión de estados por los que pasa la materia, y dicho cambio sea advertido por un observador.
Ahora veamos qué es la materia: La materia es el componente principal de los cuerpos, susceptible de toda clase de formas y de sufrir cambios, que se caracteriza por un conjunto de propiedades físicas o químicas, perceptibles a través de los sentidos. Dicho de otra manera, la materia es todo aquello que ocupa un lugar en el espacio, posee una cierta cantidad de energía, y está sujeto a cambios en el tiempo y a interacciones con ciertos aparatos de medida.
Con lo anterior, ahora se sabe que el espacio es el lugar que ocupa la materia y el tiempo es el resultado del orden en la secuencia de los distintos movimientos (movimiento es el cambio de la posición de un cuerpo a lo largo del tiempo respecto de un sistema de referencia) de dicha materia y, con esto se deduce que, para ocurrir movimiento, debe haber consecuentemente más de un cuerpo o materia. Para concluir: sin materia o cuerpo no habría espacio, y sin el movimiento entre los cuerpos no habría entonces tiempo.
Desde que el pensamiento humano inició su entronización en la razón con la cultura griega, que tiene como principio el conocimiento conceptual, se va dejando atrás el conocimiento obtenido solamente por la experiencia. Dicho empleo de la razón o con más precisión del razonamiento para la obtención del conocimiento, se consigue mediante el diálogo, la argumentación y la discusión. Así pues, con el razonamiento se obtiene determinada construcción mental cimentada en una estructura lógico-mecánica que nos hace capaces de pensar, entender, evaluar y proceder acorde con principios de optimidad (que refiere a que, dada una secuencia óptima de decisiones, toda subsecuencia de ella será, a su vez, óptima) y consistencia (cualidad de lo que es estable, coherente y no desaparece fácilmente), para completar cierto objetivo o fin.
Sentado lo anterior y de manera general, desde el pensamiento racional griego (con herramientas de la mecánica clásica: cinemática, dinámica y estática) y hasta la aparición en escena de Isaac Newton se consideró que tanto el espacio como el tiempo tenía una existencia propia por sí mismos, con independencia de la materia. Al margen lo anterior el médico, teólogo y rabino judío Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun o, simplemente Maimónides (1138-1204) en otro momento histórico, discrepaba de la existencia propia del tiempo y el espacio al considerar a la materia, ya que advierte que esta fue creada de conformidad con la esencia divina en la creación, por tanto tiempo y espacio también debieron ser originadas con ésta y no tiene otro fin que a sí mismo y por lo tanto su duración es ilimitada.
Regresando al referido Newton, él consideraba a la idea del tiempo como un eje iniciado a partir de la creación -siguiendo esta añeja idea-, igual que la materia y de que, los astros se mantenían entre sí en el espacio gracias a las fuerzas de atracción o de gravedad: "todo sucede -explicaba- como si la materia atrajera a la materia con una fuerza que es proporcional a las masas e inversamente proporcional a la distancia que las separa". Así, desde la caída de una manzana del árbol hacia la tierra, como el periplo de la luna alrededor de la tierra y de ésta alrededor del sol, la materia está sujeta a la fuerza gravedad o gravitacional. Para demostrar sus ideas no le fueron suficientes las matemáticas y geometría griegas y entonces desarrolló el cálculo diferencial y el integral. Más adelante el filósofo y matemático alemán, Gottfried Wilhelm Leibnitz (1646-1716) creador del cálculo infinitesimal (aunque otros se lo atribuyen al propio I. Newton), piensa a su vez que la idea del espacio no es un vacío ocupado por materia o cuerpos, esto es, que no tiene nada: concluye tajantemente que el vacío es el vacío, y que sólo puede concebirse el espacio cuando la materia o un cuerpo le ocupe.
Ahora, con la teoría de la relatividad especial de A. Einstein, el espacio y el tiempo quedan asumidos en una sola realidad, el espacio-tiempo, un espacio de cuatro dimensiones (las tres que corresponden al espacio ordinario: arriba-abajo, norte-sur y este-oeste) y el tiempo necesario para situar un acontecimiento. Bajo esta teoría las leyes físicas se transforman cuando se cambia el sistema de referencia; y se demuestra con ello que es imposible hallar un sistema de referencia absoluto. Recuérdese, acordes con esto mismo, que en el universo, "toda la materia-energía está en constante movimiento".
Pongamos un sencillo ejemplo sobre este asunto de la relatividad especial:
Imaginemos a un autobús desplazándose por una carretera a la velocidad de 100 km/h, y a un pasajero sentado en él. Luego preguntaremos ¿A qué velocidad consideraría este pasajero que se mueve dentro del autobús? Para él, claramente el autobús no se mueve en absoluto porque el mismo se mueve junto con el autobús. Y si, de otra parte, consideramos que un pasajero que está parado a un lado de la carretera observa al referido autobús acercarse por la izquierda ¿A qué velocidad considera que se éste se acerca? Para esa persona el autobús se acercaría a 100 km/h.
Ahora bien, si el pasajero en el autobús se levantara y comenzara a caminar dentro de él a 5 km/h hacia la derecha (esto es, en sentido a la dirección del autobús). ¿A qué velocidad se movería el pasajero del tren con respecto al del pasajero parado en la carretera? Pues a 105 km/h ¿Y si se mueve en sentido contrario? Pues entonces se movería a 95km/h
Dicho lo anterior, se demuestra que efectivamente los conceptos de tiempo y el espacio son relativos. Según la velocidad a la que el observador mida el espacio o el tiempo obtendrá un resultado u otro, esto es, será relativo, incompleto o dependiente de cierta comparación o relación.
Para quien desee ampliar sobre el tema:
http://www.librosmaravillosos.com/relatividadparaprincipiantes/pdf/Relatividad%20Para%20Principiantes%20-%20Shahen%20Hacyan.pdf