jueves, 1 de julio de 2021

Elogio a la aguja.

 

Elogio a la aguja.


La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas.

 

Miguel Ángel. 


Dr. Xavier A López y de la Peña.

 Breves notas sobre un revolucionario adminículo tecnológico terminado en punta en un extremo y fenestrado en el otro, elaborado con materiales sólidos diversos llamado aguja que, como herramienta generalmente pequeña y recta, discreta y extraordinariamente versátil, tiene el objetivo de unir materiales entre sí, y que ha proporcionado a la humanidad la posibilidad de sobrevivir en la naturaleza dándole protección (ropa), abrigo (casa), alimentación (red de pesca, trampas), transporte (recipientes, camillas, vela de barco), almacenamiento (cestos), soporte (puentes, escaleras), sujeción (amarres), decoración, confort y salud (cirugía) entre muchos otros usos y aplicaciones.

La palabra aguja viene de la voz latina acucula, diminutivo (-cula), de acus (aguja).

            La aguja, es uno de los desarrollos tecnológicos más importantes en la historia de la humanidad que compite, en igualdad de circunstancias, con el desarrollo primigenio del mazo, la raedera, el hacha y el punzón, aunque generalmente no suele reconocérsele así.

            Los orígenes de esta extraordinaria herramienta identificada como tal, como aguja, se remontan hasta ahora al periodo Paleolítico medio de hace unos 40.000 años, cuando se han encontrado agujas de hueso de reno, de colmillo de morsa o marfil de mamut. El arqueólogo esloveno Srečko Brodar descubrió esta herramienta de hueso en la cueva de Potok, al este de las montañas Karavanke, en Eslovenia (“The bone objects of small size from Potocka include also the earliest needle known so far in the world”). Otros materiales también utilizados para hacer agujas fueron huesos de ciervo y de aves.

            Las agujas conservadas más antiguas hechas de hierro, provienen de Egipto y datan de una antigüedad de 2000 años. Estas agujas, sin embargo, no tenían un ojo o agujero perforado en un extremo, sino que tienen un gancho por el que se introducía el hilo. En la antigua Grecia y Roma se fabricaban de madera, plata y oro, luego las hubo de bronce, acero y hoy hasta de cristal y plástico, para diversos usos.

            Dentro de nuestra cultura occidental los mitos, como herencia de nuestra historia transmitida por tradición oral y cuya narración da cuenta de saberes y acciones de personajes que encarnan, simbólicamente, ya a fuerzas de la naturaleza o de la condición y las pasiones humanas, y que se aplican particularmente a lo acaecido a los héroes y dioses de la Antigüedad o a los grandes acontecimientos de la humanidad, lógicamente, las agujas habían de estar presentes.

            Es así, que ya en los mitos griegos que dan forma y causa a los planteamientos filosóficos diversos sobre las preguntas que el ser humano se ha planteado en muy diversos ámbitos, las pequeñas pero extraordinarias agujas, insistimos, ocupan un lugar decisivo.         Mitos que, no obstante, se han construido y reconstruido ya que, en esencia, como asentara Hans Georg Gadamer, el mito nunca es completamente entendible en su pureza originaria, llena de metáforas e ideas que conforman, en sí mismo, un extraordinario simbolismo exegético.

            En la Antigua Grecia (1200-146 a. de C.), la mitología griega erigía a Atenea como la diosa de la guerra, la sabiduría, la justicia y la habilidad. Sus grandes ojos le permitían saber todo lo que ocurría en el mundo y era tan diestra con la espada como con las agujas (metafóricamente comparable, podría decirse, con poder tanto sobre la muerte como para la vida). Con su habilidad para el tejido, se simboliza que el conocimiento es algo que se entreteje, que se mejora con paulatinas adiciones a la urdimbre y se hace complejo progresivamente, aunque lentamente, en concordancia con el tiempo controlado por las diosas Moiras.

            Las Moiras, que son tres: Cloto, Láquesis y Átropo, son hijas de la Noche. Deidades que personifican el destino humano al controlar, metafóricamente también, el hilo de la vida de cada quien. Cloto, representa al hilo desde que sale de la rueca (esto es, desde el inicio de la vida); Láquesis, es quien controla la medida del hilo (esto es, el curso de la vida, el vivir) y Átropo, quien con sus tijeras determinará cuando habrá de cortarse el hilo (muerte).

            Mas aún, el destino que habrá de seguir la persona determinado por las referidas Moiras, deberá de transitarse por todos los laberintos (los caminos que nos ofrece la vida) siguiendo el hilo establecido por la diosa Ariadna, otra diosa más de la tejedura mítica.

            En nuestra mitología originaria podría encontrarse un símil (toda proporción guardada) con Tlazolteotl, quien fuera una deidad de origen Huasteco a quien se le atribuía la invención del tejido y del bordado, siendo por tanto su patrona. Así también, se le consideraba una diosa adivinatoria y tenía una connotación bélica (muerte). Diosa protectora de las embarazadas y parturientas (vida), por tanto, de las parteras. Esta deidad, además, provocaba enfermedades venéreas que luego curaba con las medicinas, inspiraba las desviaciones sexuales, pero a la vez tenía la capacidad de absolverlas, y todo ello siendo diosa madre de la fertilidad, del parto, patrona de los médicos y a la vez diosa cruel que traía locura.

            Esta sencilla herramienta puede o no tener un ojo al extremo y cumplir con una gran y disímbola variedad de propósitos y funciones, entre ellas podemos citar las siguientes:

            La aguja baquetera y cordobanera, de agavillar, de albardero, de apuntar, de bordar, de embalar, de enfardar, de espadero, de malla o red, de pasar o pasador, de zapatero, de tejer, de plástico, circulares, de bambú y madera, lanera, agujas auxiliares, saquera, etc.

            En medicina se emplean también diversos tipos de agujas para suturas quirúrgicas, para aspiración de médula ósea, para biopsia, para drenaje, para electroestimulación, para registros electromédicos, para implantes, hipodérmicas, para braquiterapia (radioactivas) y más. En la medicina alternativa de la acupuntura se emplean terapéuticamente agujas para “desbloquear” los supuestos canales que recorren nuestro cuerpo, e incluso para electroestimularles con pequeños pulsos de corrientes eléctricas.

            Recordamos, además, que las aguzadas agujas hipodérmicas inventadas en el siglo XIX, aún pueden despertar en algunas personas temor y ataques de pánico, causando la llamada tripanofobia o fobia a las inyecciones; palabra derivada del griego: trypanon (taladro) y phobos (miedo), más el sufijo -ia (cualidad).

            Otras agujas, dentro de su increíble y amplísimo espectro serían la aguja náutica, o de marear, que sirve para guiar la dirección de una embarcación de un lugar a otro con un rumbo preciso. Las agujas o manecillas de reloj que sirven para indicarnos en términos de tiempo las horas, los minutos, y en algunos casos los segundos transcurridos entre un determinado momento o suceso y otro. Las agujas indicadoras ubicadas en un específico dial, que mesuran cierta temperatura, humedad, presión, densidad, viscosidad, resistencia, voltaje, radioactividad, velocidad, fuerza, empuje, longitud de onda, amperaje, resistividad, elasticidad, acidez, etc., etc.

            Pero, las agujas también tienen su lado oscuro, entre ellas las agujas empleadas en exorcismos y maleficios.

            La simbología implicada en estas agujas, cuando se utilizan perforando o pinchando un objeto, es pretender demostrar que se ejerce poder sobre el hechizo y que con ello se crea un amuleto con capacidades mágicas.

            Los hechizos con agujas o alfileres se supone que incrementen su fuerza mágico-ritual-destructiva por parte de quienes los utilizan, particularmente en la brujería y hechicería contra aquellos sujetos hacia la que ésta era dirigida, y dichas prácticas realizadas tanto en diferentes épocas ya antiguas como modernas, llevaban a cabo estos rituales de magia negra, hechicería o brujería con agujas o, particularmente alfileres que se clavaban en un muñeco que representaba a la persona por afectar.

            Entre algunos gitanos se hace referencia a maleficios llevados a cabo con corazones de vaca, carnero o gallina que eran enterrados después de haberles clavado algunas agujas.

En otras ocasiones se plantaban en tiestos y se regaban con vino blanco, o se enterraban en ellos los corazones de animales traspasados por los alfileres y agujas.

            En la práctica del Vudú, una variante caribeña de religión teísta-animista fuertemente ligada a la cosmología y creencias mágico-rituales antiquísimas, suelen usarse muñecos en rituales de magia negra, a los que se les clavan agujas en alguna parte de su cuerpo con la intención que la persona identificada con dicho muñeco, sufra algún mal o reciba una maldición. ¡Vamos, actualmente se ofrece al público un muñeco de Vudú fabricado, según la tradición y acompañado de una larga aguja de acero e instructivo de 14 páginas con el ritual original seguido en Haití!

            Con la práctica del Susuk o agujas de encanto, una práctica ancestral de magia negra que consiste en implantar diminutas agujas de oro u otros metales preciosos bajo la piel para actuar como talismanes y para realzar el aura, resurge con fuerza entre la clase media de Indonesia para varios propósitos además de los estéticos, como lo es para el tratamiento del dolor articular y otras afecciones menores, y como protección contra accidentes. Debido a que la práctica de Susuk es anterior a la islamización de la región, está prohibida (Haram) por los eruditos islámicos modernos. 

            La presencia de las agujas en nuestra vida diaria es extraordinariamente amplia, tanto así que podríamos afirmar que no podríamos vivir sin agujas.

            Finalmente, gracias a la revolucionaria invención técnica de la generalmente pequeña, esbelta, modesta e ignorada aguja y sus servicios como herramienta de usos múltiples, el ser humano ha podido sobrevivir en el planeta, explorar su entorno, colonizarlo, prosperar y domeñarlo e, incluso, llegar y mantenerse vivo en el espacio extraterrestre soñando y pensando también en cómo conquistar, ahora, el Universo.