lunes, 1 de julio de 2019

Fobia Social o Cenoniofobia.


Cenoniofobia

Galileo Galilei dijo: No se le puede enseñar nada a nadie,
sólo se le puede ayudar a que lo encuentre dentro de sí.

Y Anthony de Mello expresó que: Cuando trato de cambiar
lo que hay en mí de desagradable luchando contra ello,
lo único que consigo es ocultarlo.
Si lo acepto, saldrá a la superficie y se evaporará.
Si intento resistirme a ello, seguirá perviviendo obstinadamente.



Dr. Xavier A. López y de la Peña.


             En el camino de nuestra vida habremos de enfrentarnos a diversas situaciones que nos gustan o disgustan, esto es entre otras muchas, a variadas filias o fobias. Ello creará un modelo personal de conducta para con los otros, será una manera de definir nuestro yo con nuestro entorno a la manera en que el filósofo español José Ortega y Gasset lo expusiera.1
             En este caso nos referiremos específicamente a las fobias, es decir, a las situaciones que nos producen diversos grados de temor, miedo, o miedo extremo (pánico).
             Las fobias ocupan un muy amplio espectro y por tanto su nomenclatura es extensa.            

  Mencionamos a algunos personajes que se han hecho notables en algún campo y que también tienen sus fobias, como por ejemplo: Alfred Hitchcock le tenía miedo a los huevos; Walt Disney a los ratones; Federico Chopin tenía miedo a los espacios abiertos o agarofobia; Alejandro Magno sufría fobia a los gatos o ailurofobia; Steven Spielberg fobia a las arañas y a las alturas o acrofobia; Uma Thurman fobia a los espacios reducidos o claustrofobia; Erasmo de Rotterdam tenía fobia al olor del pescado; Johnny Depp le teme a los payasos o coulrofobia,2 igual que Daniel Radcliffe y Robert Pattinson; Cristina Ricci fobia a las plantas o botanofobia; Wynona Ryder terror al agua o hidrofobia; Penélope Cruz pánico a volar o aerofobia; Tobey Maguire, horror a las alturas o acrofobia; Salma Hayek fobia a las serpientes u ofidiofobia; Brad Pitt fobia a los tiburones o selacofobia; Alejandro Fernández temor y asco a las cucarachas o entomofobia; Rihanna, miedo a los peces o ictiofobia; Jennifer López fobia a contaminarse o misofobia; David Beckham fobia al desorden o ataxofobia; Nicole Kidman fobia a las mariposas o papiliofobia y, finalmente Pamela Anderson fobia a los espejos o eisoptrofobia.3
             Esta pequeña muestra nos dice que, de una u otra manera, todos tenemos alguna fobia a algo, en mayor o menor grado pero la tenemos y ello generalmente no nos llega a afectar o a complicar la vida en relación con nuestros congéneres. Sin embargo existe una fobia que sí puede llegar a hacerlo, esta es la fobia social o cenoniofobia (de las voces griegas cenonion =comunidad y phobos=miedo, temor, pánico).

             La Fobia Social, está catalogada dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, 2014, como trastorno de Ansiedad Social y es definida como el miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales como mantener una conversación, reunirse con personas extrañas, ser observado comiendo o bebiendo y actuar delante de otras personas como dar una conferencia.
             El individuo tiene miedo de mostrar ante otros su ansiedad y de que por ello lo humillen o avergüencen; que se ocasione rechazo hacía sí o de que pueda ofender a otras personas. El  socializar le provoca miedo o ansiedad.
             El miedo o la ansiedad suelen ser desproporcionados ante la supuesta amenaza prevista por cierta situación social y su contexto, y se causa una molestia clínicamente determinable ya en los ámbitos familiares, sociales o laborales.
             Estas molestias no son atribuibles a algún fármaco o droga ni a una determinada enfermedad concreta como el trastorno dismórfico corporal (un desajuste mental en el que no se puede dejar de considerar algún defecto percibido en tu apariencia, que para otros es menor o imperceptible), y que por ello se eviten los contactos o relaciones sociales.4
             Este miedo y ansiedad disminuyen crecientemente (como una bola de nieve) la autoestima del fóbico social si no recibe tratamiento. Se aísla y afecta tanto su vida familiar como social y laboral; además, prepara el terreno para la depresión que, en muchos casos, suele paliarse con el abuso del alcohol o drogas.
             El alterado comportamiento personal hacen que el fóbico social rehúya ciertas prácticas habituales como asistir a la peluquería, comprarse ropa o zapatos, ir al supermercado, visitar tiendas, acudir a eventos familiares como cumpleaños, fiestas, ceremonias, salas de cine o teatros; es alérgico a la burocracia, etc., etc. Así mismo su productividad laboral suele verse mermada.5

Posibles orígenes  socio-culturales de la Fobia Social:

          Malos ejemplos de comportamientos sociales ya en padres, familiares u otros adultos cercanos que no le brindaron una manera razonable y eficaz de relacionarse socialmente.
          Por situaciones traumáticas o desagradables ocurridas en la vida o por aprender ciertas creencias disfuncionales como: nadie puede amarme; soy gordo, flaco, o gordo; tienes que hacerlo todo perfectamente; deben aprobarte porque si no, no vales nada, etc.6

Relacionado con alteración en neurotransmisores: la oxitocina.

             Se ha demostrado que las relaciones sociales entre los seres humanos dependen críticamente de nuestras experiencias afectivas con los demás y que la oxitocina mejora el comportamiento pro-social, pero no se conoce su efecto en la experiencia afectiva con los demás por parte de los humanos.
             En un estudio con personas, se probó si la oxitocina influye en las calificaciones afectivas y en la actividad cerebral subyacente al ver las imágenes de rostros que han sido condicionadas de manera adversa. Empleando un condicionamiento estándar, los autores indujeron calificaciones afectivas negativas diferenciales en caras expuestas a un condicionamiento aversivo en comparación con la manipulación sin condicionamiento.
             Este efecto evaluativo negativo diferencial fue abolido por el tratamiento con oxitocina, observando un efecto asociado con una atenuación de la actividad en la corteza anterior medial temporal y cingulada anterior. En la amígdala y el giro fusiforme, esta modulación fue más fuerte para los rostros con mirada directa, en relación con la mirada desviada, lo que concuerda con una especificidad relativa para señales socialmente relevantes.
             Finalmente, los datos sugieren que la oxitocina modula la expresión del condicionamiento evaluativo para caras socialmente relevantes a través de influencias en la amígdala y el giro fusiforme, un efecto que puede explicar sus efectos pro-sociales.7

Causa genética: Serotonina.

             Se ha descubierto que el gen llamado SLC6A4 que está implicado en el transporte de la serotonina, está relacionado con los pacientes afectados por el trastorno conocido como Fobia Social. El neurotransmisor serotonina regula varias funciones, entre ellas, el humor, el apetito y el sueño. Reprime también los sentimientos de miedo y depresión. Aunque ya se sospechaba que la serotonina podía estar implicada en la fobia social, hasta ahora no se había obtenido esta evidencia concluyente.8

Imagen del Fóbico Social:

             La psicóloga Ana Isabel Zuazu señala que el fóbico social es un narcisista que no se atreve a serlo. Una persona ansiosa que teme a ser ella misma y que se preocupa por asumir un control inteligente de los asuntos que le horrorizan, mismos que podrían afectarle en su dignidad y su capacidad de control. Por ello también suele ser un inseguro y reprimido.

              El fóbico reprime de su consciencia afectos, emociones e instintos inaceptables, e intenta abolirlos con tal rigidez que quedan cautivos en el inconsciente, pero con tal fuerza perturbadora que parecen una olla a presión a punto de estallar.
             Por ello, el control de sus deseos negados pugnan por salir con conductas que teme sean repudiadas, particularmente por figuras de autoridad, dando paso a la angustia y a respuestas incontroladas y explosivas.
            
          El fóbico se agobia con sus propias posibilidades, se retrae y refugia en su propio mundo, se ensimisma.
          Su corazón se acelera, tiembla, suda y se le seca la boca ante el escrutino público. Su autoestima es baja. Odia a los “otros” que le hacen ver (directa o indirectamente) que su vida aún es una incógnita.
          Se inhibe para negarse a algo o de protestar si se considera víctima de alguna cuestión. Es resignado, tímido e inseguro ante los retos que la vida social y laboral exigen, por lo que rehúye responsabilidades y compromisos del mundo exterior al que considera complejo.
          Temiendo la crítica, desaprobación o ridículo, su talante demuestra una ansiedad y temor irracional ante un posible adversario. Resignado con lo habitual transita lo consuetudinario, lo previsto.9

Una mirada al tratamiento:

             Hay diversos tratamientos que incluyen generalmente terapias psicológicas y ocasionalmente fármacos ansiolíticos o antidepresivos.
             En la “terapia de exposición”, con la decisión personal o, si el caso lo amerita, con la ayuda de un  terapeuta (psicólogo o psiquiatra), el paciente se va enfrentando paulatinamente con la situación que provoca sus síntomas fóbicos para que pueda irlos conscientemente controlando.
             Otra manera consiste es la recreación imaginaria en el paciente de las situaciones fóbicas hasta el límite del control de su ansiedad y repitiéndolo nuevamente hasta que tolere por tiempos más largos dicha exposición.
             Sea como sea, el paciente adulto con fobia social o cenoniofobia que consciente de su problema y del trastorno que el mismo le ocasiona en su vida ya social como laboral y/o familiar, requiera someterse a alguna forma de tratamiento, debería hacerlo (si no puede hacerlo por sí mismo), con la ayuda de un profesional.



1 . José Ortega y Gasset. Meditaciones del Quijote. Meditación primera. Publicaciones de la residencia de estudiantes. Madrid, España. 1914, pp. 43-44.
2 . Julieta Sanguino. Personajes famosos y sus fobias. 5 de julio, 2015. En Estilos de vida: https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/personajes-famosos-y-sus-fobias
3 . Roxana Navarro. Las fobias más extrañas de los famosos. 15 de agosto 2011. En: https://holadoctor.com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/las-fobias-m%C3%A1s-extra%C3%B1as-de-los-famosos
4 . Clínica de ansiedad. Consultado en internet el 25 de junio de 2019 en: https://clinicadeansiedad.com/problemas/fobia-social/sintomas-de-la-fobia-social-criterios-diagnosticos-segun-las-clasificaciones-internacionales/
5 . Wittchen HU, Stein MB, Kessler RC. Social fears and social phobia in a community sample of adolescents and young adults: prevalence, risk factors and co-morbidity. Psychol Med. 1999;29(2):309-23.
6 . Vanessa Abrines Bendayán. Aspectos de la Fobia Social. En: http://www.psicoterapeutas.com/paginaspersonales/Vanessa/Fobia_social.html
7 . Predrag Petrovic, Raffael Kalisch, Tania Singer and Raymond J. Dolan. Oxytocin Attenuates Affective Evaluations of Conditioned Faces and Amygdala Activity. Journal of Neuroscience 2008;28(26):6607-6615.
8 . Forstner AJ, Rambau S, Friedrich N, Ludwig KU, Böhmer AC, Mangold E, Maaser A, Hess T, Kleiman A, Bittner A, Nöthen MM, Becker J, Geiser F, Schumacher J, Conrad R. Further evidence for genetic variation at the serotonin transporter gene SLC6A4 contributing toward anxiety. Psychiatr Genet. 2017;27(3):96-102.
9 . Ana Isabel Zuazu. Las crisis existenciales del nuevo siglo. Retrato de un fóbico social. 27 de marzo de 2007. En Asociación AMTAES: https://ansiedad-social.com/2007/03/27/retrato-de-un-fobico-social/