sábado, 13 de diciembre de 2014

Dr. Nicolás León Calderón

Un personaje inolvidable en la historia de la medicina en México.
© DR Xavier A. López y de la Peña
El médico homeópata y antropólogo físico, Dr. Eusebio Dávalos Hurtado, hace referencia a la figura de un antropólogo prominente de los Estados Unidos y de origen checo, Ales Hrldicka (1869-1943), como profesor del Dr. Nicolás León Calderón, el ilustre, controvertido y polifacético michoacano que merece la paternidad de la antropología física mexicana. Como ferviente interesado en la historia médica mexicana, reconozco en el Dr. Nicolás León a uno de los grandes pilares al lado de las enormes figuras también de Don Joaquín García Icazbalceta, Fco. del Paso y Troncoso y José Ma. Reyes. El Dr. León fue un hombre que destacó ampliamente como bibliófilo, lingüista, antropólogo, folklorista, arqueólogo, etnógrafo, polígrafo, médico, naturalista, historiador en general de México y de la medicina en particular.
Nació en Quiroga, Michoacán, el 6 de diciembre de 1859 y estudió medicina en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo en Morelia graduándose el 10 de octubre de 1883 y casi de inmediato (1984) recibió también su primer puesto profesional como profesor de Patología Interna en su misma Alma Mater. Las orientaciones y capacidades del Dr. León se manifestaron desde muy temprana edad y ya a los 15 años consigue la publicación de su primera obra (1884): “Hombres ilustres y escritores michoacanos, galería fotográfica y apuntamientos biográficos” .
El Dr. León recibió su nombramiento como Director de las Salas de Medicina y Cirugía de mujeres en el Hospital Civil de Morelia en 1885, mientras daba sus cursos de latín en el Colegio de San Nicolás y de botánica en el Colegio de niñas de Morelia. Mantiene una intensa búsqueda de fuentes materiales para saciar sus inquietudes como historiador, siempre inquisitivo , y sostiene correspondencia con una gran cantidad de personajes dentro y fuera del país de tal suerte que el Museo Etnográfico de Leipzig le otorga el nombramiento de corresponsal de etnología en Michoacán. Al amparo entonces del gobernador del Estado, el general Mariano Jiménez quien conoce sus aptitudes y enormes capacidades, le nombra Director en 1886 del Museo Michoacano, donde realiza una formidable labor que comparte con un nombramiento político como diputado local, hasta que el relevo de su mecenas y las rencillas políticas unidas -posiblemente también- al carácter áspero y difícil del Dr. León, le hacen dejar Michoacán y enfilar rumbo a Oaxaca y sin plata en los bolsillos no sin antes quejarse del sucesor del general Jiménez, de quien dice el Dr. León... “ya por considerar inútil la publicación del periódico en que esta obra se editaba (su Bibliografía del Siglo XVIII), ya por antipatía a su autor, o por ambas cosas, suprimió el Museo Michoacano ejecutando en contra de quien esto escribe una serie de actos hostiles que hicieron imposible la prosecución y conclusión de la obra comenzada” . Años más tarde y ya radicado en la ciudad de México, el general Porfirio Díaz en 1899 conocedor de su valía, le nombra miembro del Instituto Bibliográfico Mexicano donde concluye su Bibliografía Mexicana del Siglo XVIII y luego, de 1904 a 1907 se ocupa de la cátedra de Antropología en el Museo Nacional de México inaugurada en 1903 . La Revolución trastorna la vida nacional a partir de 1910, y hasta 1911 se restablece en el Museo Nacional el Departamento de Antropología Física que se encomienda justamente al Dr. Nicolás León y como ayudantes a los doctores Emilio Varela y Everardo Landa. En este tiempo publicó de inmediato su Programa correspondiente, una Antropometría, las Tablas de índices para usos de los Antropometristas del profesor Fürst y un folleto: Procedimiento fácil y rápido para la medición del diámetro bi-isquiático y en 1914 otros folletos especialistas para la clase de Antropología Física.
En 1915 se clausuraron todos los establecimientos de instrucción pública incluyendo el Museo Nacional y, en ese mismo año en la Gaceta Médica de México Tomo X, Núm. 1-4:3-44 (anteriormente nominado como Periódico de la Academia Nacional de Medicina y hoy, Órgano oficial de la misma) publica su trabajo de concurso convocado por la misma Academia: Los precursores de la literatura médica mexicana en los siglos XVI, XVII, XVIII y primer tercio del siglo XIX, (hasta 1883). Datos bio-bibliográficos para la historia de la medicina en México, presentándose como Director del Consultorio Central de la Beneficencia Pública del Distrito Federal, ex-partero del Hospital Morelos, Profesor de Antropología Física en el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología y miembro de varias sociedades científicas nacionales y extranjeras.
El carácter difícil -repetimos-, del Dr. León, referido en casos como violento, aún se hacía recordar -como el polvo de aquellos lodos- entre quienes le llegaron a conocer aún a 28 años de su fallecimiento según anotaba el historiador Dr. Germán Somolinos D’Ardois en 1957 y se aunaba a ello su posición de anticlerical empedernido. Este autor comenta sobre ello: el Dr. León “fue señalado como un heterodoxo por quienes, sin capacidad para discernir sino por actos externos, veían en él al hombre áspero y violento que se irritaba ante la tontería o la mala fe de donde quiera que viniesen. Sus rebeldías anticlericales en un ambiente tan levítico y falsamente religioso como tuvo que soportar en muchos momentos de su vida, son un aspecto más de su personalidad psíquica.... Más rebelde de palabra que de corazón, su anticlericalismo violento era un producto de la época unido al pensamiento liberal avanzado en cuyas filas políticas militó siempre don Nicolás.”
La historia de la antropología física en México se enriqueció también con su trabajo: La antropología física y la antropometría en México (1922) que contiene una bibliografía Antropo-Somatológica Mexicana y, por citar sólo uno para el extenso capítulo de la historia de la medicina en México, en 1910 y como contribución a los homenajes del Centenario de la Independencia, nos regaló su obra La obstetricia en México como fruto de más de 30 años de esfuerzos.
El Dr. Nicolás León también ofreció -aparentemente en un gesto inusitado dado su carácter- a la Academia Nacional de Medicina legarle todos los documentos impresos y manuscritos que había acumulado a lo largo de los años relativos a la Historia de la Medicina si ésta (la Academia) llegara a establecerse en un local propio y de forma adecuadamente organizada como quedó asentado en el Acta de la Academia Nacional de Medicina correspondiente a la sesión del 23 de junio de 1915 .
Tras su muerte en Oaxaca el 23 de enero de 1929 su deseo no fue cumplido pues sus familiares se opusieron férreamente aduciendo que la Academia no contaba con edificio propio, según los deseos del Dr. León, e iniciaron trámites para vender su acervo al extranjero. El Estado intervino y los adquirió a nombre de la Nación.

lunes, 3 de noviembre de 2014

El consentimiento informado en México

EL CONSENTIR EN EL CONTRATO PACIENTE-MÉDICO EN MÉXICO.
© DR Xavier A. López y de la Peña
La terminología en el ámbito del derecho tiene una gran importancia debido a la complejidad propia de los conceptos jurídicos y a que el uso de dichos términos produce consecuencias directas en las personas.
La interacción profesional entre el médico y el paciente se constituye formalmente en un contrato ya que se producen obligaciones y derechos entre ambos y, para que el este contrato tenga valor y se presuma su existencia, se requiere del consentimiento del paciente por un lado, y por el otro que el objeto de que se trate (problema de salud en este caso) sea materia de contrato. En el ámbito profesional médico se establece el contrato en la forma más común a través del consentimiento llamado tácito, esto es, en que se presupone el consentimiento por el sólo hecho de que el paciente acuda a solicitar atención médica al proveedor de servicios de salud, y se le llama expreso, cuando el consentimiento se expresa o manifiesta inequívocamente de forma verbal o por escrito. El consentimiento como tal, ya en el área médica como en cualquier otro tipo de contrato, no es sólo un capricho legislativo ya que su ejercicio y protección efectivos están encaminados a salvaguardar la autonomía de las personas como un derecho personalísimo.
Tampoco es lo mismo, y en este sentido queremos hacer hincapié, aunque lo parezcan, que el uso de términos como: aceptar, autorizar o aprobar , puedan ser utilizados en lugar de consentir. En la terminología legal el uso de palabras para delinear un concepto cobra una gran importancia, por cuanto que la utilización ambigua y, en algunos casos equívocos, pueden trastornar de manera significativa el sentido que se pretende dar a una ley. El término consentimiento de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española (2012) se define como: "Manifestación de voluntad, expresa o tácita, por la cual un sujeto se vincula jurídicamente".
En el ámbito médico el consentimiento cobró una importancia fundamental en el llamado Código de Nuremberg (1947) tras conocerse los horrores "médicos" llevados a cabo en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial y que recalca como imperativo ético, la obtención del consentimiento por parte de las personas que se vayan a someter a investigación médica en los siguientes términos: "Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona interesada debe tener la capacidad jurídica de dar su consentimiento y ejercer su elección sin coerción, dolo, engaño, constreñimiento o mala interpretación; y que debe tener suficiente conocimiento y comprensión de todos los elementos del problema, a fin de poder tomar una decisión inteligente e iluminada".
Sin embargo, no es sino hasta la década de los sesentas aproximadamente en Estados Unidos de Norteamérica en que el concepto del consentimiento se amplió de manera contundente a todos los aspectos de la práctica médica (no sólo a la investigación), impulsado por el creciente conocimiento y conciencia de los ciudadanos en torno de los Derechos Civiles. Cualquier acción médica a realizarse requeriría y requiere actualmente que el paciente consienta en las acciones a seguir.
El consentimiento ha venido a sustituir el antiguo "paternalismo" médico y dado categoría igualitaria a la relación paciente-médico al valorar y aceptar la autonomía de este último. El paciente consciente de su autonomía y por ende, de la inviolabilidad de su persona, ejerce su derecho de manera cada vez más significativa y a ritmo creciente en las acciones ejercidas o por ejercer en torno a su problema de salud. En México el desarrollo de la teoría del consentimiento propiamente aplicado se restringe prácticamente al rubro de la investigación médica, y justamente es en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de Investigación en el Artículo 20 en el que se ofrece su definición: "Se entiende por consentimiento informado (la cursiva es nuestra) el acuerdo por escrito, mediante el cual el sujeto de investigación o, en su caso, su representante legal autoriza su participación en la investigación, con pleno conocimiento de la naturaleza de los procedimientos y riesgos a los que se someterá, con la capacidad de libre elección y sin coacción alguna".
Como se aprecia, el contenido guarda gran similitud con el referido Código de Nuremberg y se adiciona al término consentimiento un adjetivo de extraordinaria importancia: informado. Así el consentir como elemento necesario en los contratos médicos, se enriquece con el aderezo de ser informado: ..."con pleno conocimiento de la naturaleza de los procedimientos y riesgos...". El referido diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define así el consentimiento informado: " Es el consentimiento que ha de prestar el enfermo o, de resultarle imposible, sus allegados, antes de iniciarse un tratamiento médico o quirúrgico, tras la información que debe transmitirle el médico de las razones y riesgos de dicho tratamiento".
Sin embargo en México cuando el paciente firma que acepta una intervención quirúrgica, en realidad no está otorgando su consentimiento en los términos que la ley define, puesto que éste consentimiento se refiere únicamente a casos de investigación, sino que se le solicita y -en su caso- da su autorización (Acción y efecto de autorizar. Dar a uno autoridad o facultad para hacer alguna cosa) como la ley lo exige y que por supuesto, no es lo mismo que consentir informadamente. Este hecho se confirma con lo que dice el Art. 80 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica: "En todo hospital y siempre que el estado del paciente lo permita, deberá recabarse a su ingreso autorización (las cursivas son mías) escrita y firmada para practicarle, con fines diagnósticos o terapéuticos, los procedimientos médico-quirúrgicos necesarios de acuerdo al padecimiento de que se trate, debiendo informarle claramente el tipo de documento que se le presenta para su firma."
Como vemos se solicita autorización no consentimiento y además, se le informa acerca del documento que se le presenta, no que se le informa sobre el porqué, cómo, cuándo, etc., de las acciones médicas o quirúrgicas a seguirse.
Lo mismo sucede con las salpingoclasias y vasectomías. Así en el Artículo 119 del Reglamento anteriormente referido se dice que: "Para la realización de salpingoclasias y vasectomías, será indispensable obtener la autorización expresa y por escrito de los solicitantes, previa información a los mismos sobre el carácter de la intervención y sus consecuencias". Aquí se pide nuevamente autorización no consentimiento informado pero ya cuando menos se le "informa" acerca del carácter y consecuencias de la intervención.
Ejemplos como los anteriores serían muchos, sin embargo, lo que pretendemos es hacer conciencia de que en la relación contractual paciente-médico la legislación debería uniformar el criterio en torno al concepto del consentimiento informado como se propone desde el Código de Nuremberg y cuya definición se establece en los Artículos 20 y 21 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud, pero no aplicable únicamente al terreno de la investigación médica, sino a toda relación paciente-médico que por su naturaleza requiera del consentimiento expreso, y substituir de la legislación en salud los términos: autorización, anuencia, permiso, voluntad, aprobación y otras, por el de consentimiento informado que es el término adecuado que nosotros consideramos debe establecerse en toda relación contractual paciente-médico.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Música y medicina.

LA MEDICINA CON “M” DE MÚSICA.
© DR Xavier A. López y de la Peña
La vida sigue secuencias rítmicas al tenor cósmico y el sonido, materia prima de la que se nutre la música, debe cumplir también con un ritmo. El sonido con sus diversos componentes de altura, timbre, intensidad y duración, tratado rítmicamente, se convierte en música. La música en sí misma ha sido reconocida desde la más remota antigüedad como expresión de la armonía universal y por ello mismo se mantiene ligada a todas las actividades del ser humano. El reconocimiento antiguo de instrumentos musicales ubica al arco musical como el más remoto, unos 40 000 años, presente en una pintura de la gruta de “Los tres Hermanos” en Ariège, Francia y que muestra a un hombre enmascarado y que con un instrumento de éste tipo conduce a una manada de renos, según anotaba el musicólogo Jacques Chailley.
El ritmo aplicado al sonido tiene antecedentes en el caminar, el palmear o chasquear los dedos así como percutir con un objeto cualquiera sobre una superficie determinada a intervalos regulares dando origen a los instrumentos de percusión, en tanto que la voz se constituyó en una prolongación de expresión rítmica en los instrumentos de viento. No parece inverosímil la idea de que en el ambiente prehistórico el susurro de una frase o de ciertos sonidos al oído del escucha le generara consuelo o alivio, quizá lo adormeciera como sucede hoy con las canciones de cuna o los adagios, o que la reiterada repetición de una figura rítmica produjera excitación y exaltación guerreras, o la compulsión (tensión) a beber o comprar como sucede hoy también en los centros nocturnos y supermercados.
Los instrumentos de cuerda suelen relacionarse en su origen con la leyenda griega referida a Hermes (nombre griego del dios que los romanos llamaron después Júpiter) que, al tropezar accidentalmente con un caparazón de tortuga conteniendo algunas fibras tensas en su interior, dieron origen al laúd. La música se impronta en el ser humano con la secuencia rítmica del universo y al calor del seno materno con el rítmico latir del corazón y el fluir vital de la sangre. A través del tiempo la música se ha utilizado para calmar la angustia y mitigar dolores que, como en el caso de los etruscos, la empleaban al azotar a sus esclavos. La música también se liga con la curación que, en exorcismo, el curandero primitivo empleaba para restablecer en el cuerpo la dinámica apropiada y perdida con la enfermedad. Los griegos hacían uso de la música como vehículo formativo del carácter y temperamento armoniosos de los ciudadanos, y los chinos hacían largos recorridos en el extenso territorio imperial para asegurarse de que la música estuviera presente expresando el concierto y orden provinciales
La vida y la muerte generalmente se acompañaban y acompañan con rituales cánticos en los que intervienen instrumentos y el origen de éstos últimos fue perfeccionándose a partir de los llamados de percusión. Los antiguos habitantes de Mesopotamia incorporaron a su acervo los instrumentos musicales egipcios y generaron la gaita que hubo de recorrer un largo camino que llegó hasta la India y sentó reales en las Islas Británicas llevadas allí por los legionarios romanos o los emigrantes celtas.
Los hebreos citan a la música empleada como terapéutica de forma evidente cuando David (que contaba con 4 000 levitas o sacerdotes hábiles para la música) cura con la música de su arpa a la posible depresión del rey Saúl: Y cuando el espíritu de Dios se apoderaba de Saúl, David tomaba el arpa, la tañía con su mano, y Saúl sentía alivio y bienestar... (1 Samuel 16.23). La historia es muy rica en pasajes en los que la música juega un papel importante, así Miriam, la hermana de Moisés, genera el canto antifonal y respondiente cuando dirige la celebración por parte de las mujeres israelitas por haber cruzado el Mar Rojo. Apolo como dios de la música (Apolo Citharede o Lircinos, el que tañe la cítara), la poesía, la danza y la salud, era también conocido como el Apolo Iatromántido: médico-adivino, padre de Asclepios o Esculapio para los latinos).
Pitágoras en el siglo VI a.C. estableció las bases matemáticas de la octava con sus principales intervalos dando el primer paso al estudio científico del fenómeno musical y fue seguido posteriormente por Terpandro (s. VIII a.C.) en la antigua Grecia y por Zarlino (1517-1590) y Galileo (1563-1642) de la Italia renacentista que vincularon los sonidos de diversa altura con el número de vibraciones por segundo que, a medida que aumenta aquél se hace más agudo en tanto que si disminuye produce sones graves.
Los filósofos griegos en la accademia conjugaron las teorías musicales con los humores del cuerpo y sostuvieron la creencia que en ambos, la armonía y el equilibrio, se correspondían con la salud. La música y la medicina han tenido reuniones importantes de tal suerte que cuando en la antigüedad a un papa o cualquier otro alto dignatario eclesiástico se le practicaba alguna curación, purga o sangría, el músico de la corte componía una canción para recordar el suceso. Gerolamo Fracastoro, el experto en sífilis era un músico notable. Andrés Vesalio, el enorme anatomista junto con el músico Gioseffo Zarlino, hicieron referencia al equilibrio entre el cuerpo y la mente con el termino de symphonia. Joseph Louis Roger médico de Montpellier publicó en 1748 un ensayo que versaba sobre las relaciones de la música con la mente y atribuyendo sus bondades al efecto de la armonía con sus vibraciones sobre los diversas estructuras sólidas y líquidas del organismo. Recomendó a los compositores también, que evitaran las florituras que atenuaban el efecto deseado sobre la salud de los enfermos, y les invitaba a que sus composiciones tuviesen una música grave para impactar los sentimientos.
El mundo de la música también contó entre sus adeptos con la destacada figura del cirujano vienés, Theodor Billroth, que combinaba con aguda destreza el bisturí con el pentagrama en interpretaciones al piano, el violín y la viola. Los estudios físicos de Hermann von Helmholtz hace aproximadamente 150 años impresionaron los primeros pasos a la psicofisiología de la música al analizar la función coclear que -creía- eran impresionadas por fibras independientes a nivel de la membrana basilar y emitió el concepto de que la música estaba constituída especialmente para ser captada por órganos especializados combinados con una “traducción” cerebral, es decir, que fuera de la física misma de la transmisión sonora la interpretación del oyente dependía de un particular estado psicológico, y luego, el psiquíatra Gaza Revész impulsó su conocimiento al emitir la teoría polisensorial.
Sea como fuere la música impresiona de diversa forma al escucha y su respuesta es multifactorial. El momento en que se escucha una melodía, la capacidad auditiva, la “formación” musical previa de la persona, el ambiente, la cultura y más, le confieren a la música cualidades y respuestas psicofisiológicas individuales. En general se conoce que el tono y la intensidad tiene una mayor respuesta afectiva que el “modo”; así una música en tono menor, a gran volumen y con registro agudo suele determinar un sentimiento de euforia o alegría, en tanto que los acordes tocados en tono mayor y con un registro grave suelen sumir al escucha en la melancolía o la depresión. La música de compás rápido o de carácter marcial suelen ser estimulantes y por su asociación con ciertas ideas y símbolos como la bandera, pueden incrementar el sentimiento patriótico o de pertenecía y orgullo a un determinado grupo social. El ritmo y el “modo” musical de algunas piezas pueden desencadenar un sentimiento colectivo frenético y explosivo entre grupos de personas, como sucede entre los adolescentes con la música del rock •n• roll que suele combinarse con ideologías de liberación, rechazo a la autoridad, independencia y de ser asociados en gran medida también, con la sexualidad.
La música como terapia ya había sido propuesta y utilizada por Phillipe Pinel en el siglo XVIII para contribuir al tratamiento de los pacientes con epilepsia. También fue la música empleada por los ingleses en las fábricas de materiales bélicos para reducir la tensión y fatiga de sus empleados durante la Segunda Guerra Mundial, sin embargo su empleo formal y científico tiene antecedentes con el psiquíatra Ira M. Altschuler quien en Detroit, U.S.A. empleó este método para el tratamiento de pacientes psicóticos; el también psiquíatra Edward Podolsky de New York, U.S.A. publicó uno de los libros elementales en esta materia: Music Therapy. 1954.
Para los médicos melómanos seguramente habrá de resultarles familiar el siguiente repertorio musical que cuente con: a) una obra del siglo XVIII para clavicordio, viola de gamba y un narrador, del compositor francés Marin Marais y titulada: Tableau de l’ opération de la taille que es una composición basada en una !colecistectomía o extirpación de la vesícula biliar¡ b) la obra del organista alemán Johann Kuhnau llamada la Sonata bíblica, inspirada en la enfermedad y curación por la plegaria del rey Ezequías.
La música es parte del ser humano y cada uno la percibe “a su modo”. Son pocos, afortunadamente, los que padecen amusia o sea la incapacidad de la persona para reproducir la música aunque la perciba y comprenda adecuadamente, o las personas con alucinaciones auditivas como la que padeció Robert Schumann de forma tormentosa antes de su muerte escuchando incesantemente la nota: la.
Escuchamos cierta música y reaccionamos a ella de diversa forma. Sin embargo, nuestra formación cultural occidental con estructuras musicales cimentadas en una serie de sonidos amalgamados según su altura e integrados acorde con ciertas reglas de parentesco codificadas en “armonía”, ha dejado un hueco enorme para nuestra sensibilidad auditiva -y en general para aquéllos que no tenemos formación y oído musical- al negarnos a apreciar las sutilezas del sistema musical chino o el gamelang javanés, los pesados râgas hindúes o los intrincados acordes musicales del teatro nô japonés.
Finalmente, el Instituto Catalán de Musicoterapia en Barcelona, España, celebró el 21 de febrero de 2014, la Primera Jornada de Música y Medicina, en la que se dieron a conocer las herramientas para abordar la atención a personas con enfermedades mentales, terminales, cerebrovasculares o degenerativas, y sobre cómo promover la humanización profesional del entorno donde se proporcionan estos cuidados. Sobresalientemente se abordaron los siguientes temas: Cerebro y música, una pareja saludable, Terapia musical y córtex sensoriomotor. Pacientes con AVC, Técnicas efectivas de músico terapia en el tratamiento oncoradiológico, Técnicas y recursos de Musicoterapia en la Unidad de Cuidados Paliativos y más.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Derechos del enfermo mental.

La atención al enfermo mental en México.
DR. Xavier A. López y de la Peña
¿Quién seguirá sufriendo y llorando por la discapacidad o quizá la muerte, de un ser humano a causa de la negligencia, impericia o dolo del mal proveedor de servicios de salud?, ¿qué hace falta para que la sociedad en su conjunto exija del proveedor de servicios de salud un tratamiento justo, igualitario, de calidad y responsable, y se establezca en la ley la norma que ampare al paciente?
Derechos del Paciente (Trillas, 2000)
La Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA2-1994, para la Prestación de Servicios de Salud en unidades de Atención Integral Hospitalaria Médico-Psiquiátrica, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 16 de noviembre de 1995, refiere que tiene por objeto uniformar criterios de operación, actividades, actitudes del personal de las Unidades que prestan servicios de atención hospitalaria médico-psiquiátrica, la cual se proporcionará en forma continua e integral, con calidad y calidez, y que es de aplicación obligatoria en todas las Unidades que presten servicios de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica para enfermos agudamente perturbados y otros de estancia prolongada, de los sectores público, social y privado del país que conforman el Sistema Nacional de Salud. Y se señala que esta Norma Oficial Mexicana, entrará en vigor en un año para el Distrito Federal, en dos años para los estados de Baja California Sur, Coahuila, Colima, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí y Sinaloa y tres años para el resto de las entidades federativas. Esto quiere decir que, para el año 2000 esta Norma Oficial Mexicana, debería estar ya operando en todas las entidades del país.
Sin embargo, esto no ha sido así.
En el mismo año 2000, Disability Rights International -DRI- (en ese entonces llamado Mental Disability Rights International) publicó Derechos Humanos & Salud Mental en México, un informe que documenta las violaciones a derechos humanos en el sistema de salud mental de México. Con esta información en la prensa de México y en la internacional, el Secretario de Salud mexicano declaró que ordenaría reformas nacionales y reintegraría a la gente con discapacidad mental a la sociedad. Diez años más tarde, una nueva investigación de seguimiento de la referida institución, afirma que casi ningún cambio ha tenido lugar en el sistema de salud mental mexicano y que las promesas de reforma del gobierno no han sido cumplidas. Así, DRI señala en este nuevo informe del 2010, que después de haber visitado 21 instituciones que proveen estos servicios, México ha fracasado en implementar una amplia gama de derechos que confiere la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) a favor de miles de niños y adultos con discapacidad, particularmente individuos con discapacidad mental, internados en los orfanatos e instituciones psiquiátricas vejatorias en el país.
Tres años después de este último reporte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, presentó el 30 de octubre de 2013 a la opinión pública, su Informe Especial sobre los hospitales psiquiátricos que dependen del Gobierno Federal y de los Estados de la República Mexicana, señalando hacer patente su preocupación por las personas que presentan algún tipo de padecimiento mental y se encuentran internadas en diversas unidades de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica en el país.
En sus conclusiones establece que, la protección de la salud es un derecho previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que el Estado tiene la obligación de garantizar su acceso a todas las personas que se encuentren en nuestro país, particularmente cuando se trata de un grupo en situación de vulnerabilidad como el de quienes presentan padecimientos o discapacidad mental.
Sin embargo -continúa-, las deficiencias detectadas durante las visitas de supervisión que realizó a 41 hospitales (con una capacidad instalada de 4009 camas censables) que brindan atención intrahospitalaria, ubicados en el Distrito Federal y los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Que de estos 41 hospitales psiquiátricos visitados, tres son administrados por la Secretaría de Salud Federal y uno es coordinado por ella, tres bajo la responsabilidad del Instituto Mexicano del Seguro Social y otro depende de la Secretaría de la Defensa Nacional; los 34 hospitales restantes dependen de las correspondientes Secretarías de Salud y están ubicados en 25 estados de la República. El Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo y Tlaxcala, no cuentan con hospitales psiquiátricos que brinden atención intrahospitalaria.
De estas visitas encontraron la existencia de hechos que contravienen diversas normas nacionales e internacionales en materia de derechos humanos en agravio de las personas con padecimientos mentales internos en estos hospitales psiquiátricos del país, relativos al trato digno, legalidad y seguridad jurídica, protección de la salud e integridad personal.
Ello hace evidente -continua más adelante-, que no se está cumpliendo con el mandato constitucional ni con las disposiciones contenidas en las leyes nacionales e instrumentos internacionales sobre la materia y se pone de manifiesto que en los hospitales psiquiátricos del país se vulneran los derechos humanos de los pacientes.
Con el propósito de que estas deficiencias se subsanen, emite las siguientes propuestas, tanto al Secretario de Salud Federal como a los gobernadores de los estados y al jefe de gobierno del Distrito Federal:
• Promover acciones pertinentes para que en el Distrito Federal, así como en los estados de Morelos, Nayarit, Guerrero, Querétaro, Quintana Roo y Tlaxcala, operen unidades hospitalarias médicos-psiquiátricas, así como centros de atención especializada para personas con discapacidad psicosocial.
• Tomar medidas para evitar cualquier clase de abuso en agravio de las personas internas en los hospitales psiquiátricos, así mismo, sensibilizar al personal sobre los límites en el ejercicio de su empleo, cargo o comisión, y la responsabilidad legal que resulta al cometer, instigar o consentir cualquier tipo de abuso.
• Implementar políticas públicas de apoyo a los hospitales, para promover el desarrollo de programas en la comunidad, que faciliten a las personas con padecimientos crónicos que se encuentran en condiciones de abandono, su reincorporación a la vida en sociedad, productiva, laboral y social, mediante su atención en centros comunitarios de salud mental, casas de medio camino y los demás servicios extra hospitalarios existentes.
• Conviene que periódicamente se evalúen las necesidades de cada hospital para que, en su caso, se gestione la asignación de los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas de los pacientes hospitalizados, relacionadas con la estancia, alimentación, vestido y calzado.
• Garantizar el acceso de los usuarios medios de comunicación disponibles, como el servicio telefónico, publicaciones escritas, la radio y la televisión, salvo cuando esto sea contrario a los objetivos del tratamiento médico y de rehabilitación psicosocial.
• Notificar debidamente y con la formalidad que esto requiere a los Ministerios Públicos que corresponda en los casos que se autorice el ingreso involuntario, como lo ordena el artículo 4.4.2 de la Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA2-1994.
• Adoptar las medidas para que los expedientes clínicos de los pacientes hospitalizados estén debidamente integrados, particularmente con las constancias relativas al consentimiento informado en los casos de ingreso involuntario, el tipo de ingreso, la indicación del psiquiatra o las valoraciones del internista y el anestesiólogo en el caso de terapia electro convulsiva.
• Para garantizar el derecho de los pacientes a decidir libremente si se somete a un tratamiento médico, es necesario que exista previamente un consentimiento informado, el cual debe ser obtenido sin amenazas ni persuasión indebida, después de proporcionar al paciente, o a quien sea responsable de él, la información adecuada y comprensible, en una forma y en un lenguaje que pueda comprender, acerca del diagnóstico y su evaluación, el propósito, el método, la duración probable y los beneficios que se espera obtener del tratamiento propuesto; las demás modalidades posibles de tratamiento, así como los dolores o incomodidades posibles, los riesgos y secuelas del mismo; es importante que exista constancia escrita y que tal información se proporcione cuantas veces sea necesario.
• Dotar a los hospitales psiquiátricos de personal médico y de seguridad, medicamentos, instalaciones y equipo necesarios para la realización de actividades preventivas, curativas y de rehabilitación, que incluyen la terapia familiar y campañas de prevención de enfermedades dirigidas a los usuarios hospitalizados.
• El personal médico, paramédico, de trabajo social y en general aquel personal que esté en contacto directo con los pacientes y que labora en los hospitales psiquiátricos, debe recibir periódicamente cursos de capacitación sobre derechos humanos, así como de prevención de tratos crueles, inhumanos o degradantes.
• A efecto de evitar abusos en los hospitales psiquiátricos, deben existir criterios específicos para ubicar en diferentes áreas o secciones a los pacientes de acuerdo a sus características.
• Realizar acciones para que en los hospitales psiquiátricos que así lo requieran, se lleven a cabo las modificaciones y adaptaciones necesarias para facilitar el acceso y desplazamiento de las personas con discapacidad física, y se les proporcionen sillas de ruedas, bastones o cualquier otra clase de apoyo.
• Garantizar el servicio de atención psiquiátrica a los pacientes con padecimientos o discapacidad mental que viven con VIH/SIDA.
• Elaborar y expedir las disposiciones administrativas pertinentes para regular las actividades de los hospitales psiquiátricos relacionadas con los usuarios hospitalizados desde el ingreso, así como durante su estancia y egreso, lo que también contribuirá a la prevención de actos que puedan constituir tortura o maltrato.
• Se remitan a este organismo nacional las constancias que sean solicitadas, así como aquéllas que acrediten el cumplimiento de las propuestas vertidas en el presente informe especial.
Dicho lo anterior, nos seguimos preguntando:
¿Quién seguirá sufriendo y llorando por la discapacidad, o quizá la muerte de un ser humano a causa de la negligencia, impericia o dolo del mal proveedor de servicios de salud?, ¿qué hace falta para que la sociedad en su conjunto exija del proveedor de servicios de salud un tratamiento justo, igualitario, de calidad y responsable, y se establezca en la ley la norma que ampare al paciente?

lunes, 4 de agosto de 2014

Bagdad.

EL REGALO DE DIOS EN UN INFIERNO.
© DR. Xavier A. López y de la Peña
La capital de la República de Irak (al-Jumhuriyah wal-‘Irakiyah), Bagdad, hoy con más de 6 millones de habitantes, trae de inmediato el recuerdo de las Peris y Ali Baba y los Cuarenta Ladrones asociados al califa Harun Al Raschid (ca. 766 - 809), el quinto y más famoso califa de la dinastía abasí de Bagdad, de Aladino y la lámpara maravillosa, y a la famosa obra literaria «Las mil y una noches», cuentos diarios que Scheherazada inventaba para distraer a su esposo, el rey Schahriar. Precisamente en los tiempos de Harun Al Raschid, Bagdad constituía la capital de un imperio enorme que abarcaba no sólo Mesopotamia -entre ríos- y Arabia, sino también Persia, Egipto, Siria, Norte de África y todos los países caucásicos.
Bagdad se ubica según la tradición en el Jardín del Edén o Paraíso Terrenal, físicamente entre la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, en las llanuras fértiles que dieron origen a las primeras civilizaciones. Estos ríos, originados en las montañas de Asia Menor, se unen en el Shatt el-Arab, cerca del golfo Pérsico. Su nombre deriva de Bag "dios" + dād "donado", que se traduce como "donado por Dios" o "regalo de Dios".
En la Baja Mesopotamia hace más de 6000 años se desarrolló la cultura de los sumerios y acadios. La ciudad de Ur se construyó en aquél entonces y fue la cuna del profeta Abraham. La fusión de sumerios y acadios 4000 años antes de Jesucristo floreció en Babilonia y dejó un legado a la humanidad rico en conocimientos sobre astronomía, artes, matemáticas, literatura y derecho entre otras. Bagdad fue erigida cerca de las ruinas de Babilonia en 637-40 por los califas coreichitas y en 756 el califa abbasida El Mansur, de 762 a 766, la eligió como residencia dándole el nombre de "Madinah al-Salam", o "Ciudad de la Paz", o ciudad de salvación. En el año 800 la ciudad, que entonces se encontraba en la orilla occidental del Tigris, fue ensanchada precisamente por el califa Harun Al Raschid y, entre 1116 y 1246 Al Munstasir fundó una academia de medicina, química y farmacia que alcanzó una gran celebridad. Sorprenden las siguientes cifras para la Bagdad que, entre los siglos X y XI había alcanzado su probablemente máximo esplendor: 12,000 molinos, 12,000 paradores, 100,000 mezquitas y capillas, numerosas escuelas coránicas, 80,000 bazares y ¡2 000,000 millones de habitantes!
Bagdad, en la historia de la humanidad, guarda un lugar eminentemente privilegiado. Cuna de la civilización sujeta a conflictos que parecen interminables ya por su situación estratégica como cruce de las antiguas rutas de caravanas, presa codiciada de todos los conquistadores y fundadores de imperios de aquella lejana región. Hoy aún se debate, con todo su bagaje histórico milenario a cuestas, por sobrevivir sobre su enorme mar de petróleo.
El mogol Hugalu sometió a Bagdad en el 1258 junto con todo el califato, y en 1401 cayó de nuevo en manos del gran conquistador Tamerlán. El visir Solimán Ibrahim Bajá la conquistó en 1534, pero los persas la reconquistaron en 1623 y, en 1638, los turcos impusieron su soberanía integrando el imperio de los vilayatos de Mosul, Bagdad y Basora. En 1927, Gran Bretaña reconoció su independencia, e Irak fue admitida en la Sociedad de las Naciones, luego en 1945 se afilió a la Liga Árabe e intervino en la invasión de Palestina en 1946. Bagdad vive atado a su pasado. Su religión está constituida por musulmanes en un 97% y el Corán rige estrictamente la vida de sus habitantes. Un escritor en 1945 refería que en los bazares y lugares de diversión de la ciudad, se tocaba una música de una clase muy peculiar al Oriente, de un tono monótono y repetitivo, principalmente de un carácter lánguido y quejumbroso. Hace varios años -seguía diciendo- un conjunto de árabes pertenecientes a unas tribus del desierto fueron llevados a Leningrado, Rusia, donde asistieron a una función de la Ópera. Cuando cayó el telón estuvieron de acuerdo en que la parte más hermosa de la función había sido la afinación de los violines. Este último párrafo, viene a cuento no de forma gratuita. Demuestra la diferencia interpretativa que diferentes culturas poseen y viene al caso mostrar ahora un desacuerdo, también con ésta tónica sobre el concepto de Derechos Humanos en el Islam.
“En casi toda la literatura árabe contemporánea sobre el tema [Derechos Humanos], encontramos una lista de los derechos básicos establecidos en las convenciones y declaraciones modernas, y acto seguido un intento serio por trazarlos hasta los textos coránicos”. Es decir, la realidad “moderna”, actual, requiere necesariamente en el pensamiento árabe islámico remitirse al Corán para validarse. Jack Donnelly en 1994 refiere que muchos autores afirman incluso que las doctrinas contemporáneas de los derechos humanos se limitan a emular ideas islámicas de hace 1400 años y Khalid M. Ishaque alega que “los musulmanes tienen prescrito buscar siempre los medios para garantizarse mutuamente lo que en la fraseología moderna llamamos ‘derechos humanos’ aunque, admite luego, el término ‘derechos humanos’ no puede traducirse al lenguaje de las obras sagradas del Islam, pero sostiene que yacen el la médula de esta doctrina. Es más, hace un listado de catorce ‘derechos humanos’ que el Islam reconoce y establece, sin embargo, estos supuestos ‘derechos humanos’ resultaron ser únicamente deberes de los gobernantes y de los individuos, no derechos detentados por todos.
“Los preceptos sociales y políticos del Islam reflejan, en efecto, una fuerte preocupación por el bien y la dignidad del ser humano. Tal preocupación es de por sí importante e incluso es un prerrequisito para las nociones sobre los derechos humanos. Pero no equivale -termina diciendo Donnelly- de ningún modo a un interés o a un reconocimiento de estos derechos”. Interpretativamente hoy, el tema de los Derechos Humanos en Bagdad o en el mundo islámico como se prefiera, es con relación al Corán, lo que la Ópera en Leningrado fue a los músicos tribales arriba descritos.
Abbas Qalandar y Nahrain Yusuf médicos al servicio del Consejo de Salud de Bagdad fueron detenidos por negarse a realizar amputaciones de miembros y orejas o de practicar marcas en la frente a detenidos hace algún tiempo (Informe de 1995 de Amnistía Internacional). Este trato degradante e inhumano fue producto de los decretos promulgados por el Consejo del Mando de la Revolución, el órgano ejecutivo de mayor autoridad de Irak. Estos decretos incluyen la amputación de la mano derecha a la primera vez que se comete un delito y del pie izquierdo la segunda, o el cercenamiento de ambas orejas. A las personas condenadas en virtud de estas leyes se las marca también en la frente con una señal distintiva. Tras la «Guerra del Golfo» originada el 16 de enero de 1991 contra Saddam Hussein por su invasión al vecino Estado de Kuwait (Dawlat al-Kuwayt), Irak y su capital Bagdad, han sufrido el inenarrable sufrimiento de la guerra lidereada por los Estados Unidos de América y el tema de las violaciones a los derechos humanos sigue atrozmente vigente.
La Prisión de Abu Ghraib, ubicada en la región de este mismo nombre en Irak, construida en la década de los 80 y que fuera utilizada por Saddam Husein durante su régimen para retener y torturar a prisioneros políticos, pasó a ser controlada por los Estados Unidos y en ella se escenificaron iguales o peores violaciones a los derechos humanos de los allí retenidos.
Bagdad, asiento del Paraíso Terrenal o Edén ha quedado en el pasado. La cuna de la civilización en la que otrora el califa gozara de la mayor magnificencia que el mundo hubiera podido ver, con más de ocho mil criados en su palacio, ostentando una enorme variedad de adornos de oro y plata, y en cuya Sala de Audiencias se levantaba el famoso árbol dorado sobre el cual, según la tradición, había pájaros de oro y plata con incrustaciones de piedras preciosas que revoloteaban con alas mecánicas y cantaban deliciosamente, ha quedado borrada.
Bagdad vive aún hoy férreamente anclada a su pasado, unida por los dátiles y el Corán entre los ríos Tigris y Éufrates, en medio de una lucha fratricida entre sunitas y chiítas, y bajo la mirada imperialista occidental ávida del control de su riqueza petrolera. La terrible paradoja es que estas fértiles tierras a la vez puedan ser la cuna y la mortaja de nuestra civilización.

jueves, 3 de julio de 2014

Laicismo en la Salud.

Nuestro sistema sanitario ¿es laico?
© DR. Xavier A. López y de la Peña.
En el terreno de la salud en México se ejerce un Guadalupanismo nacionalista operacional, contra un Juarismo republicano nominal. No tengo un mejor ejemplo que resuma, como la frase anterior, la ideología en torno a la salud en México en su relación general, y evidentemente, no laica.
El artículo 3 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de julio de 1992 (vigente al 27 de junio de 2014), fundamentada en el principio histórico duramente alcanzado de la separación entre el Estado y las iglesias, así como en la libertad de creencias religiosas especifica contundentemente que,
El estado mexicano es laico. El mismo ejercerá su autoridad sobre toda manifestación religiosa, individual o colectiva, solo en lo relativo a la observancia de la constitución, tratados internacionales ratificados por mexico y demás legislación aplicable y la tutela de derechos de terceros. El estado no podrá establecer ningún tipo de preferencia o privilegio en favor de religión alguna. Tampoco a favor o en contra de ninguna iglesia ni agrupación religiosa. Los documentos oficiales de identificación no contendrán mención sobre las creencias religiosas del individuo.
Por consecuencia, el Estado mismo debe actuar y garantizar a los ciudadanos, en sus ámbitos ejecutivo, legislativo y judicial su proceder ciento por ciento laico. Siguiendo esta línea, y aplicada al ámbito de la salud, ninguna institución del Estado que provea estos servicios, ya de orden público, social o descentralizado podrá entonces regirse y actuar bajo órdenes clericales; y debe garantizar además, el derecho de los usuarios (todo aquél que requiera y obtenga un servicio de salud) a recibir prestaciones de salud (por supuesto, laicas) oportunas y de calidad idónea y a recibir atención profesional y éticamente responsable, así como trato respetuoso y digno de los profesionales, técnicos y auxiliares, como especifica el artículo 51 de la Ley General de Salud. Con esta introducción nos podremos preguntar: ¿Cómo puede proceder el Estado en asuntos de salud de manera laica en un país que profesa la religión católica en su gran mayoría?
El reto es enorme. El engranaje articulado en torno a los problemas de salud se mantiene aceitado por la ideología religiosa. Como ejemplo, diremos que la atención a ciertos problemas de salud en México enfrentan una situación conflictiva, como con el caso de la planificación familiar y el aborto. En este último asunto, y aún cuando se acepta amplia y legalmente la no punibilidad del mismo si el embarazo fue resultado de una violación, recuérdese que el Estado (y la Iglesia católica con sus filiales) articuló cuanto pudo para evitarlo y negarlo como sucedió con el caso de Paulina, la niña ultrajada y embarazada en Baja California.
En este sentido, la Procuraduría de Derechos Humanos y Protección Ciudadana de la referida entidad federativa que analizó el asunto concluyó que: el problema central de la menor [Paulina] y sus familiares estuvo dominado por las preferencias religiosas de los funcionarios involucrados, ideas que se caracterizan por un rechazo contra toda decisión que conlleve la interrupción del embarazo, creencias respetables para esta Procuraduría, pero de naturaleza objetiva, personalísima, que no deben imponerse a quienes tienen concepciones diferentes, salvo que con ello se vulnere la libertad, intimidad y dignidad de las víctimas, valores que son parte esencial de los derechos humanos. Concluyendo que por tanto, es de considerarse que se violaron sus derechos humanos de salud, información, libertad, dignidad, intimidad, confidencialidad, legalidad, fundamentación y competencia. Sus recomendaciones enviadas al gobernador, fueron desoídas.
Temas como la eutanasia, ni hablar, generan un miedo pánico en el ambiente sanitario y el simple término ni siquiera aparece en la legislación sanitaria del país (Ley General de Salud), aunque ya se aprueba el dejar de suministrar los medicamentos o retirar aparatos que mantienen con vida artificialmente a un paciente terminal, en tanto que se desaprueba tajantemente la eutanasia activa que provoca directamente la muerte del enfermo. Los profesionales de la salud generalmente callan al respecto, y las autoridades sanitarias con mucho esfuerzo abordan la posibilidad de iniciar o seguir una discusión multidisciplinaria sobre el tema y su contextualización en el sistema legal que nos rige. Hay, no obstante, algunos esbozos de investigación sobre el asunto que revelan que casi un tercio de profesionales de la salud está de acuerdo con alguna forma de eutanasia. Este tema, como el anterior que nos muestran conflictos extremos entre la vida y la muerte, están sujetos al ordenamiento religioso que se impone en el país.
Los procedimientos de esterilización voluntaria como la salpingoclasia y la vasectomía enfrentan serios retos como métodos de control de fertilidad, basados en la oposición de la Iglesia católica hacia ellos, de manera general, y particular en toda aquella institución de este corte que llega a colocar “avisos” en su entrada que rezan: Este es un hospital católico y no se permiten las salpingoclasias. De hecho, casi todos los procedimientos relacionados con la reproducción asistida también resisten serias barreras, basadas en lo antedicho y a la falta que hace para legislar a favor del derecho a la procreación.
La ideología religiosa imperante, también se muestra intolerante para con otras ideologías en el terreno de la atención a la salud, como en el patético asunto de los Testigos de Jehová que se oponen a que se les transfunda sangre y no se les hace caso. El argumento esgrimido, cualquiera que sea, se escuda fundamentalmente en un menosprecio hacia ésta particular forma de interpretar la realidad, y que les lleva a desconocer consecuentemente la autonomía del individuo con capacidad natural y legal para decidir.
El tema de los pacientes con VIH/SIDA se ha constituido también en un ariete moralizador que condena sustancialmente las conductas sexuales “personales” de estos sujetos y justifica la enfermedad como un castigo divino a su proceder haciéndoles indignos de ser considerados y tratados médicamente, además del riesgo que representan para la propia salud del profesional sanitario, y el alto costo de la terapéutica que, al fin de cuentas no le curará. Este es otro filón en la historia y presente sanitarios en México en el que medra fuertemente la apreciación religiosa. La vida y consecuentemente la salud y la enfermedad, su generación, control y la muerte mismas, temas todos estrechamente vinculados, se niegan al control personal y se asignan fuertemente al doctrinal. Todo obedece a que en nuestro país, vamos a decirlo sintéticamente como al principio indicamos, en toda su extensión y en todos los asuntos que no sólo en el campo de la salud, se ejerce ya de manera sutil o francamente abierta un Guadalupanismo nacionalista operacional en oposición a un Juarismo republicano nominal.
¡Acéptese si es su deseo y como manda la ley, pero... –bajando luego la voz, o sólo pensándolo-, Dios nos libre de fomentarlo, permitirlo o cumplírselo como nos lo señala la otra ley!
La bioética, como herramienta dúctil de conocimiento, abre aquí una puerta para dar luz en el asunto. Pero siempre y cuando se trate de una bioética no adjetivada que reúna los diversos puntos de vista de una sociedad pluricultural y multiétnica como la nuestra, y no construida como un instrumento biomoral que se imponga como una hegemonía espiritual, apropiada para un sistema totalitario, y en absoluta contraposición con un régimen democrático que vele por el interés común dentro de un pluralismo social y cultural.
La lucha por la laicidad en el terreno de la salud, es otro frente en el que la ciudadanía que pretende vivir en una democracia participativa y liberal, apenas comienza a librar.

lunes, 9 de junio de 2014

Iatro- ¿lúdico o histriónico?

Sobre el hacer médico.
© DR. Xavier A. López y de la Peña.
El arte y ciencia de la medicina giran en torno a lo lúdico, y al histrión. El hacer en las artes de la sanación desde siempre se ha rodeado de diversos escenarios, maniobras, gesticulaciones, frases, poses, ritmos, malabares, prestidigitación y locución, entre otros, que producen un gran impacto sobre el ser humano enfermo.
La sorpresa y cuasi adivinación de lo que acontece en el enfermo, podría decirse, suele dejar perplejos tanto a los estudiantes de la profesión como a los pacientes mismos y sus familiares como también al potencial auditorio presencial, máxime si se le logra rodear el acto de una particular teatralidad. El aguzar los sentidos y pulir la vena perceptiva de los gestos, expresiones, y ambiente que rodea al paciente en la búsqueda de datos y señales acerca de la enfermedad suele redituar en prestigio profesional. De hecho, el médico griego Claudio Galeno (130-200 a.C.) refiere el caso en la que su astucia le llevó a ganar la confianza del enfermo de la siguiente manera: al acudir al llamado del paciente y entrar a su casa se topó con uno de los sirvientes que salía con un recipiente en el que llevaba las heces del paciente, y en cuyo color y consistencia advirtió de manera rápida que se trataba de una afectación hepática. En una mesa cercana advirtió también de que había un recipiente conteniendo hisopo e hidromiel, por lo que dedujo que el paciente estaba siendo tratado como si tuviese una pleuresía. Luego “pulsó” al paciente y le anunció, de manera solemne que su enfermedad estaba situada del lado derecho del cuerpo y por debajo de las falsas costillas; después predijo un ataque de tos, que se produjo casi simultáneamente, y luego añadió que sin duda alguna el dolor se le agudizaba con la inspiración profunda. Pronto habrá de sentir -predijo Galeno- dolor a nivel del hombro derecho, hecho que fue confirmado posteriormente y remató, diciéndole al paciente que, sin duda alguna el diagnóstico anterior a su llegada había sido de cierto confundido con una pleuresía. Este ejemplo ilustra las dotes de observación de Galeno que le dieron las pistas adecuadas para el diagnóstico correcto de un mal hepático, ciertamente, no constitutivas de una arte de adivinación de su parte, sino de una magistral forma de deducción ante las evidencias y experiencias acumuladas a lo largo de su vida práctica. Igualmente el escritor inglés Arthur Conan Doyle, médico de profesión, dio vida al personaje de Sherlock Holmes mediante su asombroso método deductivo basado en la también minuciosa observación de los personajes o de la escena del crimen en su caso. A esto puede llamársele con el neologismo presticoncientización (como símil de la prestidigitación) de los hechos. Si a esta capacidad perceptiva de los elementos por parte de los profesionales de la salud se les agregan ciertas destrezas histriónicas, el resultado sobre el paciente es el esperado anticipadamente y con gran impacto colectivo.
Las artes dramáticas como la música, el teatro, la danza, la poesía, constituyen herramientas utilizadas por las personas dedicadas a la atención de problemas de salud en la historia de la humanidad, haciéndole aparecer imponente y lleno de teatralidad. Baste evocar la imagen del shaman actuando en cualquier ceremonia ritual de sanación individual o colectiva. Ya se trate de una ceremonia indígena de los norteamericanos paviotsos de entre Nevada y California, o como la de nuestros huicholes para referirnos a nuestro folclore, o a las “ceremonias” postmodernas que se escenifican diariamente en los grandes centros médicos de París o Australia. De las tertulias que el médico austriaco Frederick Antón Mesmer en el siglo XVIII realizaba en torno del baquet, una cuba llena de bolsas que habían sido cargadas con “magnetismo animal”, y sobre las cuales la gente se congregaba y se aliviaba de una u otra afección, hasta los modernos equipos de resonancia magnética y de emisión de positrones, el patrón de influencia sobre el paciente sigue siendo el mismo.
Los indígenas que referimos arriba utilizan ya vestimentas con plumas, con telas de vistosos y llamativos colores (Mesmer solía utilizar extravagante ropa de color lila), sonajas y emiten ruidos, cantos y hasta bailes con aromatizante de incienso. Hoy, el sanador viste ropas blancas, cubrebocas, gorros o cofias y blande en sus manos ya el estetoscopio o el electroestimulador y se rodea del ruido de las máquinas que actúan a telecomandos en un ambiente con olor aséptico. El teatro constituye una herramienta en las manos del profesional (o no) de la salud. El campesino Velentine Zeileis, también austriaco como Mesmer, adicionó a las ideas de este último términos atómicos y “curaba” empleando una varita que emitía una corriente eléctrica que producía diversos colores ¡Imagínese el espectáculo que representaba Zeileis lanzando coloridas chispas con su varita en medio de un auditorio de 50 a 100 personas a diestro y siniestro y en semi oscuridad! Hoy, con el simple toque en la frente del indiciado, el influyente sanador puede hacer que se desmaye y al volver en sí, se muestre “recuperado” de sus males. El uso de imanes está todavía muy difundido y se colocan en cualquier parte del cuerpo; sirven ya para control del apetito como para corregir un espasmo muscular a más de atraer buena suerte o para protegerse de ciertos maleficios; en algunos casos, basta con ejecutar este procedimiento en un familiar muy cercano al paciente para lograr que éste -dicen- se cure. El psicodrama como método acompañante de estos procesos sin embargo, obtuvo su patente científica al través del “Teatro Psiquiátrico” que impulsó a mitad del siglo pasado el Dr. Jacob. L. Moreno en Nueva York. En esta modalidad terapéutica, los mismos pacientes hacían los guiones y participaban como actores. En ellos expresaban sus tendencias, emociones, represiones, miedos, odios y más y eran entonces analizadas y encauzadas por el propio psiquiatra hacia la curación. Así mismo lo espectadores, pacientes también, expresaban con sus respuestas hacia la obra y sus personajes sus propios problemas emocionales y/o conductuales.
La música así mismo ha sido siempre socorrida aliada de la medicina. “Levanta el ánimo de tus pacientes al son de la viola y el salterio” reza la frase de Henri de Mondeville, considerado el padre francés de la cirugía, allá por el año de 1316. La música tiene propiedades sedantes o estimulantes y combinada con la danza ha logrado importantes alternativas de curación en diversos trastornos tanto de orden psíquico como somático. Estimulan la convivencia, la cooperación, la interacción y la acción física misma tonificante, relajante. Permiten ayudar a reducir el aislacionismo de algunas personas, la timidez y retracción de otros, como a expresar ya sutil o explosivamente sentimientos no manifiestos por otros medios. Una persona autista podría, en ciertos casos, por medio de la danza percatarse de su propio cuerpo y superar con ello su crisis.
La poesía ha sido utilizada también como un catalizador psicoterapéutico en el que, después de la lectura de un poema se interroga al paciente sobre su percepción del mismo, con ello se inician pasos hacia el traslado del contenido poético a la realidad vivida. Manejo técnico de la palabra de los modernos terapeutas que transforman, paso a paso, la percepción del poema en la interpretación más variopinta del complejo psicodinámico del paciente. La ludoterapia gana cada día más adeptos engalanándose con las bellas artes que ejecutan los modernos sanadores de cuerpos y almas en múltiples latitudes. México, ciertamente, no es uno de los más beneficiados de esta herramienta a pesar de que la comedia y el drama conforman una unidad en el arte de curar. La ludoterapia no aparece en ninguna currícula escolar.
El arte galénico, más que ejercerse iatrolúdicamente en nuestro medio, se ejerce iatrohistriónicamente.

lunes, 5 de mayo de 2014

La cuadratura de la realidad.

Sobre Ramón Llull.
© DR. Xavier A. López y de la Peña
Entró impetuosamente a galope en forma sacrílega a la iglesia de Santa Eulalia, en Palma de Mallorca, a la que momentos antes había llegado la dama que le inspiraba tan irreverentes pasiones. Ella era una mujer de extraordinaria belleza, una devota y ferviente religiosa y, por demás casada. El hombre, un rico caballero de 30 años, arrogante, conquistador y también casado, fue echado con lujo de violencia junto con su caballo a la calle por la exaltada e indignada feligresía al percatarse de tan bochornoso e irrespetuoso acto. La mujer se sintió extraordinariamente disgustada y ofendida por tamaña deshonra personal y pública que no había alentado y, de forma discreta aunque firme pensó terminar con el acoso sexual del apasionado, temerario y adúltero caballero invitándolo a su cámara. Una vez allí en la exaltación del momento, ella le mostró los senos que tantos poemas habían inspirado al hombre de su lado dejando ver en uno de ellos la deformante y terrible realidad del cáncer que le carcomía. ¡Ved -exclamó- la vileza de este cuerpo que ha merecido vuestra pasión! ¡Cuánto mejor no haríais poniendo vuestro amor en Jesucristo, de quien podrías recibir un premio que es eterno!
El hombre se retiró lleno de vergüenza, arrepentimiento y agitación. Sin embargo, sus pasiones no menguaron mucho y a poco tiempo, mientras escribía poemas amorosos se vio sorprendido en varias ocasiones por visiones de Cristo colgado en la Cruz, impidiéndole proseguir. Por fin recapacitó y, en acto de particular trascendencia se decidió a abandonar el mundo, dejando a su mujer e hija protegidos con una renta vitalicia y enfocando todo su esfuerzo y sus pasiones hasta su muerte, a reconquistar para la cristiandad el mundo islámico y su aberrante averroísmo. Su obsesión por convertir a los musulmanes al cristianismo le llevó a marchar al África del Norte solo, donde -dice la tradición mallorquina- fue apedreado por la enardecida multitud musulmana fiel a sus creencias y recogido moribundo por unos mercaderes falleció en el barco de éstos cuando se encontraban a vistas de Mallorca.
Este hombre que llevó el nombre de Ramón (o Raimundo) Llull, nació en la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca allá por el año de 1232, en el seno de una adinerada familia catalana y es considerado por algunos historiadores como el iniciador de la moderna lógica simbólica y, por su amplia producción sobre poesía amorosa se le reconoce también como el precursor de la literatura catalana. El ideal de la unificación de la ciencia tan deseado por los empiristas, se vio fuertemente favorecido en las teorías expuestas por Ramón Llull. Su pasión por los números, luego de dejar a la pasión por las mujeres, se ve reflejada en sus obras iniciales como en el Libro de la contemplación de Dios, obra dividida en 5 partes para honrar las cinco llagas de Cristo; cuarenta subdivisiones en referencia a los cuarenta días que Cristo pasó en penitencia en el desierto; 366 capítulos para leerse uno cada día y el último sólo en los años bisiestos; cada capítulo contiene 10 parágrafos en concordancia con los Diez Mandamientos; cada parágrafo con tres partes en alusión a la Trinidad y que en total hacen treinta secciones por capítulo para representar a las treinta monedas de plata.
Fue un polemizador de grandes dotes y elocuencia, con una vasta cultura para su época y dedicado febrilmente a la escritura de la que se le reconocen cientos de obras y hasta miles según otras apreciaciones, algunas de carácter enciclopédico como su Árbol de ciencia compuesto de 1300 páginas en la que se lamenta tener que haber escrito de forma tan abreviada.
Escribió sobre misticismo, filosofía, astronomía, física, química, medicina, leyes, psicología, mnemónica, táctica militar, gramática, retórica, zoología, arte de caballería, ética política, romances, poesía y muchos tópicos más. Todos ligados directa o indirectamente a los números y las letras en un intrincado y complejísimo simbolismo interpretativo que, a pesar de su esfuerzo, no convencía a algunos sabios como Philotheus Boehner al decir en la introducción a su Lógica Medieval de 1952: Hemos excluido el trabajo de Ramón Llull pues hemos de confesar que no estamos suficientemente familiarizados con su peculiar lógica para poderla tratar mejor de lo que la valoración habitual de los historiadores podría hacernos creer. Tres años después en 1955 Etienne Gilson en su libro Historia de la Filosofía Cristiana en la Edad Media decía: cuando intentamos usar las “tablas lulianas” chocamos con las peores dificultades, y no podemos evitar preguntarnos si el propio Llull fue alguna vez capaz de utilizarlas.
El método luliano hacía referencia a que en cada aspecto del conocimiento hay un pequeño número de principios o elementos básicos y simples que es necesario admitir de forma irrestricta. Luego, al agotar todas las posibles combinaciones que puedan hacerse entre cada elemento básico, se podría explotar todo el conocimiento que nuestras mentes finitas puedan ser capaces de comprender. Para este fin proponía recurrir a la elaboración de diagramas como, para citar sólo un ejemplo, el de trazar un círculo que, intersecte los extremos de una figura octagonal en su interior. Cada punto de intersección que sería nominado con letras A, B, C, D, etc. y representaría a cada elemento básico identificado en el asunto a discernir, luego, siguiendo las líneas que unen los puntos A y B, A y C, A y D, A y E, A y F, etc. y ofreciendo las explicaciones necesarias para “ligar” un concepto con el otro, se tendría así, al completar todas las combinaciones posibles un conocimiento amplio del asunto tanto en los particular como en lo general.
A tal grado de complejificación llegó su arte que le llevó a diseñar un aparato móvil que constaba de 2 círculos concéntricos (hechos con pergamino o metal con llamativas figuras coloreadas profusamente) y, al que llamó nonario por contener 9 principios u objetos de conocimiento. En el círculo exterior se registababan 9 elementos básicos: Dios, cielo, ángel, hombre, imaginación, lo sensible, lo imaginativo, lo elemental, lo negativo. El círculo interior también contenía nueve preguntas a saber: ¿cuál de ambos? ¿qué? ¿de dónde? ¿cómo? ¿cuánto? ¿de qué clase? ¿cuándo? ¿por qué? y ¿para qué?. Haciendo girar el círculo interior con un movimiento y, luego al detenerse al azar, iniciaba toda una explicación que reunía las palabras que quedaran unidas entre ambos círculos. La fascinación de este hombre por los círculos concéntricos, máquinas de la sabiduría y el conocimiento según su entender, le llevó al extremo de su máxima realización en la conocida como figura universalis con, nada más, catorce círculos concéntricos. Resulta casi inimaginable concebir la enorme variedad de posibilidades y complejidad de los temas que con éste aparato pudieran haberse realizado.
Ramón Llull fue un escritor infatigable que recorría el pensamiento plasmándolo en palabras y artilugios varios para explicar la realidad circundante -muy a su modo, por supuesto- y los caminos en busca de la verdad. Visitó Roma, Jerusalén, Abisinia, Egipto, Palestina, Tartaria, Marruecos, Georgia, Armenia, París, Génova, Túnez y muchos más. Sufrió penalidades extremas, prisión y, con su saber enciclopédico henchido de una verborrea inacabable polemizó con cuantos pudo venciendo con su retórica, entre muchos otros grandes personajes en su vida, a más de una cuarentena de predicadores árabes y en su propio idioma.
Fue también un polígrafo enorme al que se ha llamado el Doctor iluminado que tuvo intuiciones tan grandes como el de haberse anticipado a las teorías de la termodinámica modernas, ser iniciador de la mecánica cibernética aplicada al pensamiento, profetizar la invasión de los tártaros y preceder a Bocaccio en el humanismo.
El caballero insolente, irrespetuoso, adúltero y profanador de templos, se convirtió en un trotamundos místico, en el soldado de la fe que luchó hasta su muerte por convertir a los herejes a la cristiandad cantando al amor y la belleza humana y sobre humana. Hoy reposa en la iglesia de San Francisco de Asís en Palma de Mallorca aún señalando -como la luz de un faro a los buscadores de la cuadratura de la realidad en la tormenta impetuosa del océano de las ideas- desde la obscuridad filosófica medieval con su mensaje de amor cifrado en intrincados artilugios y felicísimos poemas.
Un asteroide descubierto en 1997 por el astrónomo Manuel Blasco, lleva el nombre de (9900) Llull.
Desde el año 2001 es considerado como patrón de los informáticos en España.

miércoles, 2 de abril de 2014

Ideas sobre las manos.

LAS MANOS.
© DR Xavier A. López y de la Peña.
La mirada acaso muestre el estado de nuestro ánimo, mas la mano traduce todo a la vez, los secretos del cuerpo y del pensamiento.
Honorato de Balzac.
Las manos han sido las herramientas del intelecto y sin ellas los seres humanos no hubieran podido alcanzar su desarrollo actual. Las manos y el cerebro guardan vínculos muy estrechos y es prácticamente inconcebible disociar una estructura de la otra. En la forma gráfica de representar la influencia que la corteza cerebral concede a la mano, de acuerdo con el neurocirujano canadiense Wilder Graves Penfield, la zona motora que corresponde a la mano en la zona cerebral, representa aproximadamente un 28% -¡una tercera parte!- del total del área en cuestión, evidenciando la enorme importancia que tiene esta estructura anatómica nuestra.
Las manos nos sirven tanto para acariciar como para destruir y sin ellas nos vemos terriblemente limitados, incapaces incluso de sobrevivir sin una ayuda externa eficaz. El ser humano ha conformado su entorno en concordancia siempre con sus manos y sin ellas, ve reducida su capacidad operativa a nada. Desde los interruptores eléctricos, los libros, el martillo o destornillador, hasta las mismas monedas o el ordenador, están elaborados acorde a nuestras manos para poder manipularlos.
Aunque para todas las personas las manos constituyen un apoyo a su expresión verbal en mayor o menor grado, en algunas de ellas es tan sobresaliente que, si se les atara, prácticamente no podrían comunicarse o lo harían con enormes dificultades. Las manos así les sirven como complemento a sus conversaciones. Los movimientos, las posiciones y direcciones que le imprimen a las manos apoyan de una forma gráfica y simbólica al tema de la conversación ya moviéndolas en forma de círculo cuando se habla de un grupo y reuniendo los dedos para completar y dar forma a la idea de que el grupo de que se habla, de alguna manera se mantiene unido o sólido, quizá congruente con un ideal. Las manos son parte de lo “humano” y transmiten no sólo ideas, emociones, pasiones y sentimientos diversos sino que ofrecen a la vista de los otros, la imagen, concepto y costumbres del poseedor. ¡Muéstrame tus manos y te diré quién eres! Pero cuidado, podría caerse en el mismo error en que incurrió el doctor Adolphe Desbarolles (1804-1886) -quiromántico científico, como solía llamarse a sí mismo- quien habiendo estudiado las manos de Alejandro Dumas y de Musset, leyó también las manos del romántico escritor francés Alphonse de Lamartine y, en un grito de dolor y con las manos elevadas al cielo le confesó: ¿Queréis que os diga, señor, una cosa? -exclamó- . Yo creía que tendríais una mano femenina, delicada, blanca, con dedos afilados, las manos que han escrito Graziella, Las meditaciones y Jocelin. Tenéis, en cambio, perdonadme señor, una mano gruesa, con dedos gordos y nudosos ¡Una mano de mercader!
Los artistas, anatomistas y psicólogos se han dado a la tarea de descubrir en las manos ya su maravillosa estructura y funcionalidad, como sus más sutiles e intrincados secretos que le dan una plasticidad incomparable, y la gitana, en un ambiente de superstición, hechicería y magia sazonado con perfumes o incienso, anuncia la buena o la mala nueva al personaje que ansiosamente busca “saber” lo incognoscible siguiendo la “lectura” de los hechos pasados y futuros impresionados en los surcos (pliegues) de la línea de la vida, del amor o la fortuna evidenciados en la mano.
Las manos conectan con el corazón -creencia añeja-, residencia de las emociones y los sentimientos, así que no es inverosímil entonces que al dedo medio se le llame cordial y que los corazones de los desposados se unan simbólicamente con un anillo colocado, también en uno de los dedos de la mano: el anular. De la amada, se pide la mano, no más. Las manos de la mujer que se ama, se muestran perfectas al enamorado ya por su suavidad y tersura, por el contorno suavemente delineado de los dedos o quizá por los hoyuelos que su mano regordeta hace a nivel de los nudillos. Con las manos, sin embargo, se toma al sujeto amado y se nos toma en el acto del amor. Las manos guían, exploran, reconocen conducen, quizá -y porqué no- también contienen o detienen pero nunca podrán ser indiferentes a la emoción que la intención les imprime ya de manera impetuosa y ardiente, o mesurada y sutil, brusca o suave, tímida o enérgica. En los últimos instantes de la vida del creador de La comedia humana, Honorato de Balzac, se acercó a su lecho Defina de Girardin y aquél le dijo: “Mi gran amiga dejad vuestras manos entre las mías, que yo siento vuestra belleza por el tacto... porque no veo más”. El amor llegó a su vida, a su lado, acompañado de la muerte en la unión de sus manos.
Las manos realizan el último acto del pensar que es el escribir dando certeza a la frase que dice que “escribir es terminar de pensar”, creando, descubriendo, trasmitiendo ideas, sentimientos, emociones, pasiones, incoherencias, estupideces o ya simples informes. Con las manos damos la bienvenida a los visitantes con un gesto amistoso y con ellas también les despedimos. La mano abierta representa una señal de amistad como si se “estuviese diciendo” al otro: mira, soy capaz de empuñar un arma, sin embargo, no lo hago; vengo en paz; no tengo nada que te amedrente. El puño cerrado denota ira, rabia, enojo y amenaza -fuerza agresiva- o expresa en otro contexto dolor e impotencia, o fuerza, decisión y coraje. Unidas las manos ayudan a solicitar clemencia o perdón, denotan concentración o ensimismamiento y pretenden, en la oración, como si su conjunción sirviese de guía para llevar hasta la deidad simbolizando una zambullida celestial. Formando con los dedos pulgar e índice un circulo y los dedos medio -o cordial-, anular y meñique extendidos; la ideología oriental expresa concentración y contacto místico profundo del Yo con el Ser Supremo.
Al estrechar una mano proyectamos y recibimos información sobre la persona, y para el Dr. Gregorio Marañón las manos encerraban el gesto simbólico de nuestro ser. En sus estudios endocrinológicos hacía referencia a que las manos húmedas y frías eran comunes en las personas hipoemotivas, indiferentes e hipogenitales, en tanto que las cálidas pertenecían a los apasionados, vehementes, ansiosos, impetuosos e hipertímicos. La mano que saluda con firmeza revela aplomo y seguridad en quien la ofrece y la proyecta a quien la toma, y en contrario, el saludo huidizo, fláccido y breve transmite de inmediato inseguridad y timidez. Las manos que se ocultan tras el hábito (que no es lo mismo que guardarlas en los bolsillos del pantalón) de ciertas órdenes religiosas quizá sirva para demostrar a su poseedor y a los ojos de los demás, que no son sus manos -herramientas del intelecto- públicas, sino manos privadas dedicadas exclusivamente al servicio de Dios y que sólo pueden ser mostradas unidas y elevadas en la oración.
Algunas personas en fin, lejos de reconocer en sus manos unos apéndices maravilloso que, como el rostro nunca se muestran inexpresivas, pretenden darle lucimiento -bárbara idea- con adornos en la muñeca o en los dedos y les llenan de anillos con piedras preciosas o no, engarzadas en metales varios siguiendo una antigua tradición en el uso de los anillos que otorgaban -aún pretenden hacerlo- ya posición social, eclesiástica y preeminencia en otros órdenes al poseedor que establece con ello en ciertos casos -como cuando se besa el anillo de un jerarca de la iglesia- probablemente un límite artificioso entre los labios del gentil, del miserable o plebeyo y la mano indigna de ser tocada.

martes, 4 de marzo de 2014

Sobre la Ley.

LA LEY: SU VALOR Y LA BASE SOCIAL.
© DR Xavier A. López y de la Peña
El valor de los derechos del hombre está en... “el de los derechos que, aunque todavía no los son conforme a los textos de las leyes, han alcanzado o van alcanzando reconocimiento en la conciencia de los pueblos o en sectores importantes de ellos; pero no una conciencia pasiva o contemplativa sino, si se me permite la expresión, una conciencia militante, no en un sentido bélico, claro, sino en el de una voluntad de luchar, de asumir riesgos por una causa en que se cree.”
Antonio Carrillo Flores (1909-1986)
El punto de referencia entre las relaciones humanas se sitúa en la Ley y esta sirve para establecer orden y concierto en la sociedad orientándose hacia el bien común. Aristóteles con toda justicia en el siglo IV a.C. se refirió al ser humano como el de que es un “animal esencialmente sociable”. La ley, compuesta con diversos ordenamientos y utilizando un lenguaje propio se hace difícil, cuando no imposible de comprender para el ciudadano común que le mira receloso y se genera, aunado a la reiterada costumbre de violarla en nuestro medio, una gran desconfianza sobre la ley y el derecho.
La idea de la ley confrontada por los hechos en un juicio, inmediatamente trae a la memoria de las personas en general, la imagen de un tormentoso camino lleno de incomodidades, sinsabores y asperezas cargadas de enormes costos económicos y morales en manos de abogados que conocen, no una sino mil formas de “arreglar” el asunto a favor, por supuesto, de una y otra de las partes en conflicto. Hacen ver, además, que tanto una como la otra detentan la razón, es decir, su causa es legítima ¿quién entonces está equivocado? Los conflictuados así representados por sus abogados, cada uno con su pretendida “razón” se presentarán posteriormente ante el árbitro de la ley: el juez, quien teóricamente se hace cargo de seguir ciertas reglas encauzadas a la búsqueda de la verdad considerando las pruebas y los testimonios que de uno y otro lado se presenten, y que habrá finalmente de emitir una resolución, un juicio que sancione a favor de uno u otro el diferendo.
Históricamente los grupos sociales de antaño debieron subordinarse a una persona que hubo de constituirse en “jefe” emitiendo reglas o normas de conducta (leyes) para el buen desarrollo de la comunidad, tanto en el orden territorial, como en el de relaciones entre ellos mismos de forma organizada con lo que se sustenta de forma primitiva la idea del Estado. Este modelo primigenio de ordenamiento cimentó la estructura legal que aún nos rige, dando marcha atrás a la anarquía y la barbarie prehumanas. La palabra escrita desde sus orígenes hace 5000 años aproximadamente, ya registra testimonios de leyes y reglas dirigidas a las personas para hacerlas cumplir y lograr convivir en armonía y generalmente eran consideradas como provenientes de una divinidad.
El código babilónico de Hammurabi (1750 a.C) escrito en lenguaje sumerio es un ejemplo notable de ello ya que en la parte superior de la estela o cilindro de diorita que le contiene, tiene un relieve que muestra a el mismo rey Hammurabi recibiendo el código de manos del dios-sol Shamiash. Los hititas y sumerios posteriormente asimilaron las leyes babilónicas y las trasmitieron a la cultura judeo-cristiana. Algunas reminiscencias de este proceso quedaron plasmados en el Decálogo entregado por Yahvé o Jehová a Moisés en el monte Sinaí al año 1300 a.C y que a través de una recopilación pacientemente realizada durante siglos de este y más ordenamientos jurídicos, conformaron una serie de leyes conocidas como Ley mosaica. La ley hebrea que se conoció más ampliamente por su severidad ante el aserto del “ojo por ojo y diente por diente” (Éxodo 21:12). Solón (639-559 a.C.), el filósofo elegido como supremo arconte o gobernante de Atenas en el siglo 594 a.C., heredero de una cultura occidental rica en leyes y conceptos como los de la igualdad y libertad de los hombres, y sustentando el germen del conocimiento de que el real sentido de la ley es lograr una sociedad perfecta, transformó las despiadadas leyes de Dacrón ubicándolas en un ámbito de justicia dando seguridad a los ciudadanos de que las leyes no pudieran ser interpretadas por los jueces a discreción, y por ello, se le considera el verdadero fundador de la democracia. Dijo Solón que redactaría sus leyes de manera que todos los ciudadanos se convenzan de que les es más útil obedecerlas que violarlas.
El Corán (kitab-ullah, libro de Dios), la obra escrita que más ha influido en el mundo después de la Biblia, contiene la palabra divina para el mahometano revelada por Alá al profeta Mahoma ofreciendo el summum del saber y constituye la base de la política, la moral, las leyes y la religión musulmanas. El México prehispánico también tuvo un sistema legal conformado por tribunales y jueces encargados de la administración de la justicia encabezados por el cihuacóatl que hacía las veces de magistrado supremo y era nombrado por el rey. Tribunales como el tlacatecatl conformado por tres jueces y que despachaban en los palacios, o las solemnes audiencias que se celebraban cada 80 días, los nappapohuallatolli, que atendían los asuntos más graves y determinaban las sentencias, muchas veces severísimas, a los reos convictos. Los dioses en la cosmovisión náhuatl decididamente influían en las decisiones de los jueces y súbditos presentándose como señales diversas: la rotura de un cántaro o una lluvia de estrellas; por doquier se manifestaban, sólo habría que interpretarlas en el correcto sentido y proveer lo conducente. La Colonia en fin, ya tocando a su término, impuso en México una serie de leyes inspiradas en el depurado código napoleónico del que abrevó España y transmitió a Hispanoamérica vía descubrimiento, conquista y colonización.
Nuestras leyes actuales tienen una rica historia y tradición nutrida en muchas fuentes y que están amalgamadas en la Constitución. Empero, el precepto constitucional se ve violado con harta frecuencia. El sistema legal como inicialmente señalamos, se presenta ahora desvirtuado y parece manejarse en forma discrecional apartándonos de la opinión que Antonio Aparici y Guijarro (1815-1872) hiciera: ...si tenemos una ley, debemos cumplirla en el espíritu y en su letra; una mentira deshonra a un particular, una ley que es mentira corrompe a un pueblo. No queremos ver más a un puerco en el Congreso de la Unión como sucedió alguna vez en nuestro pasado histórico, como reflejo del desatino, desacierto, burla, mofa y descontrol de una sociedad de partidos, que verdaderamente están partidos, sumida en la desconfianza y la inseguridad, en la falta de respeto hacia las instituciones y en medio de una pobreza creciente en la que sienta reales la corrupción; el cáncer que devora despiadadamente a la sociedad mexicana como si fuese un buitre que hace suya la carroña. De una sociedad guiada por aquellos que tergiversan la verdad, aplican las leyes discrecionalmente y pretenden calificar la verdad o las leyes invocadas por una persona, o un grupo de ellas, en tener o no una base social, que no razón.
Los próceres de nuestra Independencia fueron tildados en su tiempo de rufianes sin base social, pero la razón de lo legítimo de sus ideales dio a su gesta insurgente luz en el camino del México en el que pretendemos vivir. A México lo oscurecen unos pocos. Por poco tiempo habrá de ser mientras se tenga el valor civil de denunciar y señalar los atropellos de los que hacen de las leyes, que hacen de ellas lo que les viene en gana y piensan que pueden engañarnos.
La sociedad está despertando y grita por la justicia. La ley tiene el valor de la base social que la creó, y el ciudadano o los ciudadanos que la invocan tienen la razón, aunque algunos ciegos y sordos a esta verdad no la quieran, todavía, ni “ver ni oír”. El último grado de perversidad es hacer servir las leyes para la injusticia, como dijo el enorme pensador Voltaire (1694-1778).

miércoles, 5 de febrero de 2014

Algo sobre la fibra

LA FIBRA EN LA DIETA
© DR Xavier A. López y de la Peña
Hace ya tiempo que se preconiza el establecimiento de nuevos patrones de conducta alimentaria dirigidos hacia la población en general con el propósito de evitar alteraciones a la salud entre los que se cuentan hemorroides, algunas formas de cáncer, la temida aterosclerosis y sus efectos en la esfera cardiovascular y muchos otros más.
La fórmula generalmente recomendada fue la de reducir el consumo de grasas hasta un máximo de 30 por ciento de las calorías totales diarias, incrementar el consumo de frutas, verduras y legumbres como fuente de fibra, y el de azúcares complejos de absorción lenta como los que contienen la papa y algunas legumbres y evitar al máximo posible el consumo de azúcar refinada, los alimentos ahumados y los preparados de alimentos que contengan conservadores.
La fibra, tema que nos ocupa, contenida en una amplia variedad de alimentos también ha merecido un importante y creciente interés y ha sido recomendada para el tratamiento de algunos padecimientos como la constipación, las hemorroides, el aumento de las grasas en la sangre (hipercolesterolemia), la obesidad y la diabetes mellitus entre otras, y como preventivo contra enfermedades del corazón y el cáncer del colon particularmente. La producción científica que se ha dado en la investigación de este campo y su ulterior difusión por la prensa ha sido determinante en estos cambios influyendo en los patrones de compra, consumo y producción de alimentos de manera sobresaliente. De hecho, el conocimiento de la importancia que el consumo de fibra tiene para la salud humana en general impulsó a la industria de los alimentos a destacarla como un contenido importante en sus productos, y se ha incorporado ya a la dieta de una buena parte de los mexicanos el otrora desconocido pero rico en fibra, brócoli.
La fibra de los alimentos está constituida por aquella parte de la planta que es resistente a la degradación por las enzimas que contiene el intestino delgado humano y está formada principalmente por polímeros de carbohidratos complejos como la celulosa, pectina, hemicelulosa y mucílago. A la fibra vegetal a su vez suele reconocérsele en dos formas: la soluble y la insoluble en agua y aún cuando ambas son resistentes a la degradación enzimática en el intestino delgado como arriba mencionamos, la fibra conocida como soluble sí es degradada de forma muy eficaz por las bacterias que contiene el colon en tanto que la fibra insoluble pasa sin modificaciones a través de todo el tracto digestivo.
Tiene mucho interés además el saber que, independientemente de que la fibra sea soluble o insoluble, ambos tipos de fibras poseen propiedades algo diferentes tanto sobre la mecánica intestinal como en varios efectos metabólicos, de tal suerte que la fibra soluble retrasa el vaciamiento gástrico en tanto que la insoluble no lo hace y ambos tipos de fibra regulan de igual manera el tiempo del tránsito del bolo fecal por el colon, su volumen y la frecuencia de los movimientos intestinales. La fibra soluble lentifica la absorción de glucosa por el intestino delgado y reduce el colesterol total de la sangre en tanto que la fibra insoluble no tiene estos efectos. Vamos a señalar por partes algunas de las acciones benéficas que la fibra en general tiene sobre las funciones del tubo digestivo, su empleo en la obesidad, la diabetes mellitus y la hiperlipidemia y por último sus efectos indeseables que también los tiene. Para un adecuado funcionamiento intestinal suele recomendarse la ingestión diaria de 30 gramos de fibra que puede conseguirse fácilmente con la adición de una o más porciones de frutas y vegetales al día en los alimentos o desayunar cereal e incrementar la ingestión de líquidos. A nivel intestinal la fibra tanto la soluble como la insoluble previenen y corrigen la constipación incrementando el bolo fecal al hidratarse en el intestino haciendo más fácil la evacuación con lo que mejora o previenen las hemorroides, la diverticulosis, la diverticulitis y la hernia hiatal al disminuirse la presión intra-abdominal que se ejerce al pujar. También a nivel de colon puede prevenir el cáncer ya que en diversos modelos experimentales se ha demostrado que la fibra contenida en la dieta puede inhibir la acción de ciertos carcinógenos. En el caso de la obesidad, la fibra ha cobrado una gran importancia dado que produce una sensación de "plenitud" en el estómago y por ello ha sido recomendada como complemento en las dietas de reducción de peso, además de que estas mismas dietas suelen ser bajas en grasas y en calorías totales. Para el caso de la diabetes mellitus, la fibra de la dieta ocupa un segundo lugar en importancia después de sus acciones directas sobre las alteraciones gastro-intestinales y esto ha hecho que la Asociación Americana de Diabetes recomendara una dieta que contenga unos 40 gramos de fibra al día en los diabéticos. Esta indicación está basada en múltiples estudios que han demostrado que consumiendo cantidades iguales del mismo azúcar pero en diferentes alimentos, se producía una diferencia importante en su absorción lo que llevó al concepto de que los alimentos tiene un determinado "índice glucémico" y ello puede deberse cuando menos en forma parcial, al contenido de fibra que los mismos tienen, particularmente la fibra soluble, por lo que se ha recomendado ampliamente su consumo como coadyuvante en el tratamiento de esta enfermedad. El ataque al colesterol y sus efectos devastadores a nivel cardiovascular particularmente, ha enfocado la atención hacia la fibra contenida en los alimentos ya que también se ha demostrado que el consumo de la misma en grandes cantidades en su forma soluble y purificada como el caso de la pectina y el psyllium, reducen los niveles sanguíneos de colesterol, en tanto que la fibra insoluble no tiene estos efectos. Los mecanismos que buscan explicar estas acciones son varias y entre otros se mencionan su efecto sobre el metabolismo de los ácidos biliares y cambios también en el metabolismo de los ácidos grasos por las bacterias del colon, sin olvidar asimismo que la simple adición de fibra a la dieta por si misma, tiene efectos sobre otros componentes de la misma como son sobre los azúcares y las grasas.
Por último algunas consideraciones sobre los efectos indeseables de la fibra contenida en los alimentos y entre ellos sobresale el de que puede aumentar la producción de gases en el intestino (metano, dióxido de carbono e hidrógeno) producidos por el metabolismo bacteriano sobre las fibras no digeridas en el colon, y la posibilidad de causar severa constipación y aún una completa obstrucción intestinal cuando la ingestión de fibra no se acompaña de cantidades suficientes de líquidos. También podría ser causa de cierto grado de deficiencia en calcio y zinc debido a que algunas substancias de las fibras pueden unirse a estos elementos e impedir su absorción a nivel intestinal. No deben pasar desapercibidos tampoco las reacciones alérgicas que algunas fibras pueden producir a algunas personas.