jueves, 1 de febrero de 2024

Digestión digital.

 

Digestión o…
indigestión digital. 


La nueva camada de nativos de este mundo digital es tan diestra
en el uso de teclados como torpe en la interpretación,
en tiempo real, de la conducta ajena,
especialmente en lo que respecta a advertir la consternación
que provoca la prontitud con la que interrumpen una conversación
para leer un mensaje de texto que acaban de recibir. 

Daniel Goleman (Inteligencia emocional, 1995)


Dr. Xavier A. López y de la Peña. 


La palabra "digestión" proviene del latín digestio y significa "acción y efecto de transformar un alimento en una sustancia propia para la nutrición". Sus componentes léxicos son: el prefijo di- (divergencia/separación múltiple), gerere (hacer, llevar a cabo), más el sufijo -ción (acción y efecto).
Y “digital” hace referencia a un cierto dispositivo o sistema que crea, presenta, transporta o almacena información mediante la combinación de bits. En donde bit (o dígito) es la unidad de medida de cantidad de información, equivalente a la elección entre dos posibilidades igualmente probables.
Luego entonces, entendemos la digestión digital como la acción y efecto de transformar la información sensorial que recibimos en “información digital” accesible solo mediante un determinado chisme electrónico de plástico, para procesarla e incluirla en nuestro estado de conocimiento, permitiéndonos con ello decidir y actuar consecuente y pertinentemente.
Reconocemos que en nuestra sociedad somos ahora unos seres humanos altamente tecnificados, convertidos en una especie de cyborg (del acrónimo en inglés cyborg: de cyber [‘cibernético’] y organism [‘organismo’], ‘organismo cibernético’): criatura compuesta de elementos orgánicos y dependiente de dispositivos tecnológicos y cibernéticos varios, cuya palabra proviene del griego kybernḗtēs, que se refiere al timonel, el cual "gobierna" la embarcación.
            Por ello, vivimos en un mundo en donde lo tecnológico se ha extendido y socializado de una manera tan importante, que la información y la comunicación a través de plataformas de medios sociales construyen y dan forma a nuestra cotidianidad, haciéndola fundamental y ya necesaria para la condición humana.1
            De esta manera, la vida se hace ya imposible sin contar entre muchos otros, con el teléfono celular (smartphone) haciendo, con frecuencia, que estemos más interesados y estar al pendiente de él, que de atender a lo que nos está diciendo en la conversación un amigo, la petición de un hijo o el reclamo de la esposa. De llegar a padecer al extremo, un miedo irracional a estar sin dicho teléfono móvil, lo que se da en llamar nomofobia, anglicismo derivado de “no-mobile-phone-phobia”.
            Por ejemplo, entre la población española se ha determinado que casi un 70% de ella tiene dependencia tecnológica, esto quiere decir, concentración del conocimiento de la tecnología y el know-how tecnológico para el diseño, la creación y producción de maquinaria y equipo en el "primer mundo"2, que se concentra, entre otras, en el uso abusivo de los aparatos electrónicos, generalmente conectados a la Internet, como el teléfono móvil, la tablet, el ordenador, la Smart TV o la videoconsola); 45% reconoce que pasaría más tiempo con su pareja si no le prestara tanta atención a sus dispositivos; que el 40% duerme menos tiempo por atender a sus aparatos tecnológicos y que un 20% siente envidia o tristeza porque su vida no es tan perfecta como la que se ve en Instagram, WhatsApp, X, Facebook, Snapchat y Tik Tok.3
                El autoproclamado futurista, bloguero, digerati (termino derivado del inglés digital y litterati, se refiere a las personas que hacen un alto uso de las tecnologías digitales para expresarse como individuo; es decir aquellos individuos que usan blogs, guardan sus fotos en internet, etc.), escritor, conferenciante y consejero alemán, Gerd Leonhard, propuso cinco derechos humanos que deberían ejercerse en la vida digital: Derecho a permanecer neutral, el derecho a ser ineficiente, el derecho a desconectar, el derecho a ser y permanecer anónimo y el derecho a emplear o contratar personas en lugar de máquinas.4
Con esto, Miller y el citado Leonhard, han profundizado en el derecho a ser ineficientes, algo que se ha considerado como el núcleo de la humanidad. El autor de La tecnología vs. La humanidad ha explicado que la tecnología imprime la idea de que todo tiene que ser eficiente.

            Veamos ahora algunas ventajas y desventajas del internet:

Ventajas internet: Acceso rápido a la información sobre cualquier tipo de conocimiento. Conexión con personas de todo el mundo. Posibilidad de traducir y practicar idiomas. Posibilidad de no solo ser consumidores de contenido informático, sino de ser sus creadores. En el terreno educativo impulsa la imaginación y creatividad de los alumnos, así como la formación y educación a distancia. Recibir sugerencias acordes a nuestros intereses. Generar una publicidad mejor dirigida. Obtener información personalizada. Con el internet de las cosas podremos controlar múltiples aparatos domésticos. Facilitan el traslado y transporte de bienes y personas a distintos puntos y a un menor tiempo. Incentiva a nuevos empleos como en la ingeniería de software, especialistas en análisis de datos y otros. Mejorar y facilitar la productividad industrial controlando procesos anteriormente manuales y más.
Desventajas: Falta de interacción en el mundo real. Sentimientos de soledad, después de la euforia. Puede crear dependencia por su empleo excesivo causando con ello depresión, aislamiento social y ansiedad. Recopilación de nuestra información privada. Causar la sensación de ser espiado (mismo que puede ser cierto). Con la robotización de múltiples acciones se puede causar desempleo. Afecta la productividad en el ámbito laboral, estudiantil y personal al actuar como distractor. Su obsolescencia programada obliga a consumir nuevos productos. Compromete la seguridad del usuario (particularmente en redes WiFi abiertos). El uso de tecnologías de vigilancia masiva biométrica viola el derecho a la privacidad y reprimen la participación democrática. Las filias y fobias del programador pueden causar un sesgo algorítmico que incrementen la desigualdad, la discriminación y la alineación entre la sociedad. Constituye un terreno fértil para la difusión de Fake news y otras.5
            Estas ventajas y desventajas han propiciado que se emitan ciertas normas y leyes regulatorias tanto en su diseño como en su práctica, que salvaguarden de manera particular los derechos humanos en riesgo. De hecho, en la primera propuesta de    Ley de Inteligencia Artificial emitida por la Unión Europea (2021) se establecen obligaciones para proveedores y usuarios en función del nivel de riesgo de la Inteligencia Artificial (IA), de la siguiente manera:
Riesgo inaceptable.
Aquellos que se consideran una amenaza para las personas y serán prohibidos.
Incluyen: la manipulación cognitiva del comportamiento de personas o grupos vulnerables específicos: por ejemplo, juguetes activados por voz que fomentan comportamientos peligrosos en los niños.
Puntuación social: clasificación de personas en función de su comportamiento, estatus socioeconómico o características personales.
Sistemas de identificación biométrica en tiempo real y a distancia, como el reconocimiento facial.
Aunque existen algunas excepciones a esta calificación. Por ejemplo, los sistemas de identificación biométrica a distancia "a posteriori", en los que la identificación se produce tras un retraso significativo, se permitirán para perseguir delitos graves y sólo cuando haya previa aprobación judicial.
Alto riesgo.
Sistemas de IA que afecten negativamente a la seguridad o a los derechos fundamentales, divididos en dos categorías:
1. Los sistemas de IA que se utilicen en productos sujetos a la legislación de la UE sobre seguridad de los productos. Esto incluye juguetes, aviación, automóviles, dispositivos médicos y ascensores.
2. Los sistemas de IA pertenecientes a ocho ámbitos específicos que deberán registrarse en una base de datos de la UE: identificación biométrica y categorización de personas físicas; gestión y explotación de infraestructuras críticas; educación y formación profesional; empleo, gestión de trabajadores y acceso al autoempleo; acceso y disfrute de servicios privados esenciales y servicios y prestaciones públicas; aplicación de la ley; gestión de la migración, el asilo y el control de fronteras; asistencia en la interpretación jurídica y aplicación de la ley.
Todos los sistemas de IA de alto riesgo serán evaluados antes de su comercialización y a lo largo de su ciclo de vida.
IA generativa.
Como ChatGPT, tendría que cumplir requisitos de transparencia, como son: revelar que el contenido ha sido generado por IA; diseñar el modelo para evitar que genere contenidos ilegales; publicar resúmenes de los datos protegidos por derechos de autor utilizados para el entrenamiento.
Riesgo limitado.
Estos sistemas deben cumplir unos requisitos mínimos de transparencia que permitan a los usuarios tomar decisiones con conocimiento de causa. Tras interactuar con las aplicaciones, el usuario puede decidir si desea seguir utilizándolas. Los usuarios deben ser conscientes de cuándo están interactuando con la IA. Esto incluye los sistemas de IA que generan o manipulan contenidos de imagen, audio o vídeo (por ejemplo, deepfakes).6

 

            Bien, ya estamos inmersos en lo Digital. Lo consumimos y muchas veces lo devoramos para satisfacer nuestros deseos de conocimiento, creatividad, comunicación, información, capacitación, aprendizaje, desarrollo, productividad, progreso, eficiencia, bienestar, solaz y esparcimiento.
El impresionante desarrollo tecnológico alcanzado en las últimas décadas y su gran impacto en nuestra cultura nos ha llevado a convertirnos en un nuevo Homo sapiens-sapiens: el Homo sapiens-sapiens-digitus.
Sin embargo, dicho cambio obliga a vencer la resistencia que se observa a manejar estas nuevas herramientas y procesos que demandan cierto grado de capacitación, a su vez que desarrollar nuevas habilidades y destrezas para su uso. Asegurar su protección ante posibles amenazas, que se adapte a nuestras necesidades y de poder acceder a ella, dado su frecuente elevado costo.7
Y de asegurarnos y recordar siempre -eso sí-, que nuestro mundo está en vivir en relación con nuestros congéneres y en la naturaleza toda que nos rodea, y no adosados al screen o pantalla del computador; de despertar a un nuevo día al término de un sueño reparador y no con el sonido de un despertador activado previamente por la instrucción que le dimos a Siri o Alexa; en poder calcular que al comprar 2 kilos de manzanas (con precio de 30 pesos el kilo) tendremos que pagar 60 pesos, sin tener que recurrir al smartphone y su función de “calcular” para poder hacerlo; en identificarnos diciendo nuestro nombre ante una autoridad y no, con solo poner el rostro frente a una cámara que pueda asegurar que, efectivamente (y si es que estoy registrado en su database), soy yo; escribir un poema sobre el “desenfado de vestir casual”, sin tener que recurrir al ChatGPT para ello; o poder coger un libro de un estante y saborear su lectura en nuestro sofá preferido, sin tener que recurrir al Smart Audiobook Player o Storytel que, por cierto, está ya sin batería o ya con su software obsoleto; ir a visitar a la abuela Gertrudis caminando por la calzada del Bosque hasta llegar al cruce con la avenida Constitución, dar vuelta a la izquierda y avanzar tres cuadras más hasta  llegar a su casa, sin necesidad de tener que recurrir al Waze para ello, etc.
 
Finalmente, por causa de la tendencia creciente, progresiva e imparable de digitalizar los libros, me permito registrar unas palabras alusivas a esta resistencia al cambio digital expresadas, y que comparto, del escritor, periodista y académico español Arturo Pérez Reverte, dadas a conocer en su artículo Leer con luz de luna (noviembre 2010) y que dice:

 

Si los libros de papel han de acabar siendo patrimonio exclusivo de una casta lectora mal vista por elitista y bibliófila, reivindico sin complejos el privilegio de pertenecer a ella. Que se mueran los feos. Y los tontos.

Tengo casi 30 mil libros en casa; suficientes para resistir hasta la última bala. Quien crea que esa trinchera extraordinaria, su confortable compañía, la felicidad inmensa de acariciar lomos de piel o cartón y hojear páginas de papel, pueden sustituirse por un chisme de plástico con un millón de libros electrónicos dentro, no tiene ni puta idea. Ni de qué es un lector, ni de qué es un libro.8

 


Este es, pues, un motivo más de mi indigestión digital porque, como refiere el estadounidense e ingeniero en robótica Daniel H. Wilson: nosotros, los humanos, tenemos una relación de amor-odio con nuestra tecnología. Amamos cada nuevo avance y odiamos cuán rápido está cambiando nuestro mundo.9


1 . Liceaga Mendoza, R,I (2022). rue&db=asn&AN=156442723 &lang=es&site=ehost-live «Esclavitud Y Tecnología. Una Aproximación Filosófica, Política Y Ecológica.». Andamios,19(48), 183–206. Consultado el 09-06-2022.
2 . https://estudiosdemograficosyurbanos.colmex.mx/index.php/edu/article/view/380#:~:text=La%20dependencia%20tecnol%C3%B3gica%20se%20refiere,estos%20medios%20f%C3%ADsicos%20de%20producci%C3%B3n.
3 . https://cadenaser.com/cmadrid/2023/04/25/un-70-de-la-poblacion-tiene-dependencia-tecnologica-segun-un-estudio-de-kaspersky-ser-madrid-sur/
4 . https://mundo.cloud/noticias/innovacion-noticias/la-dependencia-tecnologica-y-el-riesgo-de-amputar-las-habilidades-humanas
5. https://www.liberties.eu/es/stories/regulacion-ia/43740
6 . Noticias Parlamento Europeo. Creado: 12-06-2023. Accesado el 24 de enero de 2024 en:https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20230601STO93804/ley-de-ia-de-la-ue-primera-normativa-sobre-inteligencia-artificial
7. https://mioti.es/es/6-obstaculos-de-la-transformacion-digital-que-superar/
8 . Citado por Cordón, J. A. (2011). La revolución del libro electrónico. Barcelona: Ed. UOC., p. 71.
9 . https://estilonext.com/frases-y-reflexiones/frases-tecnologia-era-digital