Dr. Xavier A.
López y de la Peña
(...) Lo que me gusta es escribir y cuando termino
es como cuando uno se
va dejando resbalar de lado
después del goce, viene el sueño y al otro día ya hay
otras cosas que te golpean en la ventana,
escribir es eso,
abrirles los postigos y que entren.
Julio Cortázar
Veamos primero, ¿por qué se quiere
escribir?
Se dice y con razón, que escribir es
terminar de pensar.
Escribir es plasmar nuestras ideas,
conceptos, planes, programas, inquietudes, recuerdos, deseos, intenciones,
propuestas, etc., en palabras que
queremos transmitir a los demás.
Recuérdese que en el principio fue… la palabra o el logos (en griego λóγος -lôgos-) que significa: la palabra en cuanto
meditada, reflexionada o razonada, es decir: razonamiento, argumentación, habla
o discurso con la que se expresan acciones, procesos, estados o existencia que
afectan a las personas o las cosas; tiene variación de tiempo, aspecto, modo,
voz, número y persona y funciona como núcleo del predicado.1
Múltiples razones podría haber para escribir:
como método de enseñanza de algún arte u oficio, sobre cómo realizar
determinada técnica o proceso, para aclarar o explicar algún evento, para
expresar nuestros más variados sentimientos, como satisfacción personal, para
el registro a la posteridad de un suceso fuera o no de lo común, para describir
un concepto muy abstracto como el amor, el alma, la inmortalidad, o para
recordar el pasado y más.
El gusto por entretejer palabras que
den salida real o ficticia a un secreto (tal vez el nuestro), a un íntimo
deseo, a una inconfesable ambición y pasión o quizá para dar cuenta de un
horrendo crimen cometido diez años atrás por un primo hermano.
Las palabras salen, se moldean,
modelan y se dejan caer, una tras otra, tanto por su sonoridad como por su
riqueza conceptual, por su expresividad, su armonía, su sutileza, candor y
pudor; como también por su energía, fuerza, contraste, tensión y carácter ya
constructivo como destructivo.
Las palabras (como bien apunta la
filósofa y ensayista española María Zambrano) “van así cayendo, precisas, en un
proceso de reconciliación del hombre que las suelta reteniéndolas, de quien las
dice en comedida generosidad.”2
Se escribe pues dejando caer las
palabras ya poéticamente, con galanura, melancolía, desasosiego, cortesía o
vulgarmente; con caridad, amor, hastío o emoción; pulcramente, con lentitud o
premura; con claridad o torpeza; con una técnica y armonía deliciosamente
estructurada o gramaticalmente de forma atroz y con lenguaje soez.
Para empezar a escribir se necesitan
sólo algunas pocas palabras iniciales; recuerdo, como sencillo ejemplo, esta
bella dedicatoria en un libro (Plenitud, de Amado Nervo) que mi padre
obsequiara a mi madre a mitad del siglo pasado:
Mi
cielo, si alguna cosa te gusta de este libro tómala como mía, si por el
contario te disgustara, déjalo para los demás.
Pero ¿por qué se escribe? Porque nos
da la gana, porque algo nos impulsa a hacerlo, porque sufrimos o porque amamos y
con ello nos desahogamos, porque queremos demostrar que podemos hacerlo aunque
digamos puras aparentes tonterías, porque tenemos que hacerlo cada mes o cada
semana como nos propusimos, porque algo hay que decir ahora, porque queremos opinar
o influir en algún asunto económico, político o social, porque queremos
compartir nuestras ideas o experiencias, porque queremos dar a conocer una
noticia, porque se quiere ganar dinero o tener éxito, porque se nos considere
interesantes, importantes o grandes, porque buscamos la expiación de una culpa
o para calumniar a un vecino, por egoísmo, egocentrismo o fatuidad; por
despecho ante un desamor, por megalomanía o, simplemente por el gusto y placer
que nos ofrece el entretejido de palabras que ofrecemos cual si nos
desnudáramos ante nuestro lector.
Finalmente, como lo dice Primo Levi
“…llega un momento en el que puede parecer que escribes por costumbre, pero lo
que realmente ocurre es que escribes porque sientes el impulso y la necesidad
de hacerlo. Sencillamente, no sabes no escribir.”3
Pero ya sin más preámbulo ¿cómo
escribir un libro?4
En primer lugar, porque tenemos algo
que queremos comunicar. Segundo, sólo necesitamos una hoja de papel y un lápiz,
estilógrafo o bolígrafo y, ya. ¡Eso es todo!
Empiece
a escribir lo que se ha propuesto ya sea una novela, un ensayo, un
pasaje, una poesía, un relato, una crónica, una historia, un texto un verso,
etc.
Relate sus experiencias como
agricultor o como arquitecto, como analista informático o corredor de bolsa.
Sus peripecias como estudiante de secundaria o de las fallidas relaciones
intrafamiliares que supone, le fastidiaron el carácter.
Escriba sobre su primer viaje a Japón o
sobre la desgracia, la solidaridad y la catástrofe ocurrida durante el
terremoto de la ciudad de México en 1985. Estructure un manual para el operario
de máquinas troqueladoras industriales o sobre cómo elaborar plantillas para
cortar madera en una sierra de banco. Escriba sobre sus experiencias como
asistente social en un manicomio rural casi en ruinas o sobre cómo se inició en
el estudio del esperanto. También sobre cómo llegó a conquistar a su vecina
Angélica y lo engorroso, inquietante y quizá hasta peligroso encuentro que tuvo
con sus futuros cuñados.
Tal vez -como caso extremo-, desee
escribir sobre sus vicisitudes al tratar de leer y entender un mafufo ensayo
sobre “Los paralelismos entre la Apología de Sócrates y la Medicina Cuántica de
Deepak Chopra”.
Abra las puertas a sus emociones,
desperécese. Comparta sus ideas o sus inquietudes. Cierto es que en México no
hay muchos escritores ni lectores, pero si le provoca escribir, hágalo.
Si necesita más datos quizá esto le
sirva:
Defina el tema a seguir. Por ejemplo
una novela policíaca.
Piense en el protagonista principal
y el argumento básico. Si se trata de buscar a un ladrón o de resolver un caso
de homicidio. Tal vez ir tras la búsqueda de un valioso tesoro escondido en las
islas Salomón o de resolver un intrincado, multimillonario y truculento fraude
tramado por hackers croatas, a través de las bolsas de Nueva York, Hong Kong y Frankfurt.
Aunque es posible que sólo quiera
referirse a una apasionada y turbulenta relación amorosa entre dos lesbianas
con severos e inconcebibles desajustes psicopatológicos.
En fin, a usar el lápiz y dejar fluir y
caer las palabras. Eso sí, tiene que haber algo de constancia, dedicación,
perseverancia y tenacidad.
Haga borradores, planee capítulos si
es necesario, póngase metas y tiempos para cubrirlas.
Lea e inspírese en obras similares.
Busque la manera de describir a sus personajes dotándoles de una determinada
personalidad, desentrañe y desnude sus pasiones, pulsiones, errores y aciertos.
Detalle el entorno en el que se desarrolla la trama de cada escena tratando de
que el lector se ensimisme y vibre en ella, sufra en ella o ame en ella, según
el caso.
1 .
Verbo (cristianismo). Consultado en internet el 9 de agosto de 2018 en: https://es.wikipedia.org/wiki/Verbo_(cristianismo)
2 .
Zambrano, María: Por qué se escribe. Revista de Occidente, tomo XLIV, p. 318,
Madrid, 1934.
3
.Primo Levi. Consultado en internet el 10 de agosto de 2018 en: http://www.cosasqmepasan.com/2014/01/por-que-se-escribe-primo-levi-y-los.html#.W2x73M5KivE
4 .
Recuerdo el libro con este mismo título, del autor Rafael Pérez Lobo. Ed. Diana
1975.
5 . Rosie
Goldsmith. El país donde una de cada diez personas publica un libro. BBC, 21
octubre 2013. Consultado en internet el 11 de agosto de 2018 en: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/10/131014_cultura_islandia_escritores_saga_jrg