Símbolo
de Farmacia:
El
“Gusano de las piedras”
Los símbolos son signos sensibles […]
que poseen una significación determinada,
[…] un rasgo de la realidad que […]
designa inmediata y evidentemente algo
que puede comunicarse por medio del
intelecto.
Oswald Spengler
Dr.
Xavier A. López y de la Peña.
En la historia de
la ciencia y de la filosofía, la alquimia (del árabe الخيمياء [al-khīmiyā]) es
una antigua practica doctrinaria precientífica que estudia, experimenta y
procesa diversos elementos químicos y productos naturales y minerales,
particularmente metálicos, ayudados y rodeados de la física, la herbolaria, la medicina,
la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo, el ocultismo y
el arte.
Es,
entonces, un hacer y creer esotérico firmemente relacionado con la idea de la transmutación
de la materia que pretende la transformación de los metales básicos, el encontrar
la fórmula para la cura de diversas enfermedades y conseguir, en su caso, la
forma de prolongar la vida.
Como era de esperarse y desde sus
inicios, la alquimia se rodeó de un gran misticismo en el que campeaba la
invocación de diversas fuerzas tanto protectoras (deidades) como destructoras
(demonios), por ello la Iglesia Católica, en nuestra cultura occidental, se les
oponía vehementemente.
En
la alquimia está considerada la putrefacción o descomposición de la materia en
el proceso de transmutación como una etapa necesaria para la creación de
lo que se llamó la piedra filosofal que, se creía, tendría el poder de
transmutar o transformar metales comunes en plata y oro.
La
putrefacción era, a su vez, una representación de la muerte y la regeneración,
y se asociaba con la fase nigredo del proceso alquímico. Esta fase alquímica
se refiere a la primera de tres fases, previa a la albedo y la rubedo,
en la transmutación de la materia. La putrefacción involucra en sí, una
disolución de la materia prima, para la generación de otra de orden superior (como
el oro).
La alquimia se admite como formalmente
iniciada en el Antiguo Egipto (Alejandría) hacia el siglo III a.C., por
Alejandro Magno quien había ordenado construir un centro de conocimiento en el
que se estudiaran tanto el embalsamamiento de los cuerpos como las propiedades
y diversas combinaciones de metales y, de entre ellos, el oro era considerado
el más perfecto de todos.
El
máximo objetivo que se perseguía con la alquimia era, repetimos, la de
encontrar la piedra filosofal, esto es, el símbolo de pureza (oro) e
inmortalidad.
En China la alquimia se empezó a
practicar en el siglo VI a.C. y tenía como propósito lograr un producto capaz
de prolongar la vida de la persona o “Chin tan” (Elixir Dorado en el taoísmo,
una tradición fuerte seguida en la meditación para lograr la Alquimia
Interior); además, lograron hacer la pólvora, trabajar el cristal, la
porcelana y crear diversos colorantes.
Los
alquímicos árabes lograron grandes conocimientos en el procesamiento de
substancias mercuriales y arsenicales, entre muchas otras, y dando paso a lo
que hoy se conocen como los reactivos químicos.1
Gracias a la investigación y
experimentación alquímica en lo general se llegó entonces al
conocimiento y puesta en práctica de la destilación, amalgamación,
sublimación, cristalización y oxidación. Lograron la elaboración de la pólvora,
el procesamiento de metales o la metalurgia y más, constituyéndose
así en la precursora de la química moderna.
Ahora bien, nos preguntamos: ¿cómo
eran aquellos lugares en donde se practicaba la alquimia?
Bueno,
es de suponer que estos primitivos laboratorios fuesen lugares cerrados y
oscuros ya que la iluminación la proporcionaban algunas cuantas velas; lleno de
olores varios como producto de la combustión, mezcla, reacción o descomposición
de materiales orgánicos e inorgánicos utilizados en la búsqueda de
combinaciones ya supuesta o realmente útiles para uno u otro objetivo a lograr.
Lugares
rodeados de recipientes de barro o cristal conteniendo líquidos y sólidos variopintos;
colguijes en las paredes o techos, tablas simples como entrepaños en las
paredes y algunas sillas y muebles con cajoneras alojando substancias orgánicas
e inorgánicas; morteros, destilador (balneum mariae), alambiques o tribikos,
hornillas y quemadores, cedazos, martillos y cinceles, cucharas, tenazas,
cuchillos, sierras, pesas y alguno que otro instrumento de medición; papeles,
pinceles, plumas, huesos, pieles, plantas, tintas y libros, folletos y notas
aquí y allá; acompañados, además, de algún perro o gato.
Polvo
y un gran halo de secrecía pululando por doquier, sazonado de hermetismo,
misticismo, hechicería, nigromancia, magia y… ciencia; tal vez alguno que otro
ayudante siguiendo las instrucciones del alquimista quien contribuía, además, a
combinar su olor a sudor añejo al ambiente reinante y… alcanzando de vez en
cuando un resultado satisfactorio; tal vez algo fortuito, un ¡Eureka! inesperado
sobre algo logrado.
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Imagen:
Silvério Ferreira da Silva
Filho, Lattes CV: http://lattes.cnpq.br/7042681906158573 Consultado en internet
el 24 de abril de 2023 en:
https://quimicaexplica.wordpress.com/historia-da-quimica |
Todo
este panorama descrito ha llegado a nuestro conocimiento a través de las
descripciones escritas, grabados y pinturas hechas por diversos autores de
tiempo pretéritos y… algo que me ha llamado la atención en ellas es la alta
frecuencia en la que se suele mostrar en su ambientación, la presencia de un reptil
disecado y colgando del techo; con más precisión, el de un cocodrilo
como la que mostramos en la imagen anexa.
Me
pregunté entonces, ¿Por qué se presenta insistentemente en este ambiente
alquímico el cocodrilo?
Para
empezar, hay que recordar que el cocodrilo estuvo presente durante largo
tiempo en nuestro contacto humano primigenio con la naturaleza. Los seres
humanos solo podían vivir y sobrevivir en lugares cercanos al agua, como muchos
otros animales, con ellos fuimos haciendo cultura en los márgenes de los ríos
dando paso a las primeras civilizaciones.
De
hecho, actualmente una investigación, aún en controversia, ha encontrado evidencias
de que algunos primeros seres humanos anatómicamente modernos (homo sapiens) se
originaron hace unos 140 a 200 mil años en el África subsahariana cerca de un
enorme humedal al sur del río Zambeze, el 4º. río más largo y la cuarta mayor
cuenca fluvial de África atestada de cocodrilos, según se refiere en el estudio
realizado por la genetista e investigadora sobre la genómica del cáncer y la
genómica comparativa humana, Vanessa Hayes, investigadora del Instituto Garvan
de Investigación Médica de Sídney, en Australia, y se sabe que este lugar ha
sustentado a nuestros antepasados durante 70.000 años. Esta ubicación también
cubría partes de Namibia y Zimbabue.2
Luego
entonces, esta tan increíblemente añeja relación natural con el cocodrilo
(que está presente en el mundo desde la era de los reptiles o Mesozoica hace
250 millones de años: Deinosuchus o Phobosuchus) ha quedado improntada en nuestro
inconsciente colectivo como un arquetipo.
El
contacto milenario con este reptil nos hizo reconocer en él sus instintos
primarios por sobrevivir y reproducirse, que son su principal forma de actuar y
su simbolismo que incluye, además de la muerte, la sabiduría primordial, su
eficiencia, el sigilo y otras asociaciones poderosas.
Dada
su existencia en todo el mundo, incluidas las regiones tropicales de África,
Asia, las Américas y Australia, los cocodrilos llegaron a formar parte
importante del sistema de creencias espirituales, del folclore y la mitología cultural
en todas ellas.
Al igual que los caimanes, los cocodrilos
son animales prehistóricos que han evolucionado muy poco desde hace 50 millones
de años y su simbolismo está directamente relacionado con la ideación de cómo
mejorar en la vida, como un animal de gran poder que nos impulsa a la lucha contra
la adversidad y al logro de objetivos.
Es así que, en la alquimia, el cocodrilo
estuvo presente como un símbolo del mal por ser un animal que se arrastra, como
también lo hace la serpiente y por tanto considerados inductores del mal o del
pecado como lo instauró la religión, de la putrefacción y la descomposición; por
ello, se colocaban en el techo con el propósito de espantar o ahuyentar todo
aquello maléfico o pernicioso, en tanto que abajo se trabajaba en la búsqueda de
la piedra filosofal representando la transformación de lo impuro en
puro. Por esto mismo el cocodrilo fue empleado como un símbolo
generalmente hoy desconocido en la heráldica de las farmacias desde la Edad
Media, como expresión de sabiduría y prudencia.3
Cuando menos desde el siglo V al XV
era una práctica frecuente en Europa tener estos reptiles colgados en los
techos de hogares y templos religiosos para ahuyentar al mal. Por ejemplo, pueden
aun observarse en la catedral de Sevilla en España y en templos de Castilla, León
y Cataluña, así como en otros lugares de Europa.4
Ahora
bien, la palabra cocodrilo o Krokodéilos, deriva de las voces
griegas κρόκη kroké, que significa guijarro, canto o piedra redondeada y lisa
que suele abundar en las márgenes de ríos y lagos, y δρῖλος, ' drî ' los ',
atestiguada como 'pene', también 'gusano' o 'cualquier criatura semejante a una
serpiente', literalmente entonces, "gusano de las piedras",
pero en realidad se aplicó al principio a los lagartos y otros reptiles
pequeños como lagartijas, y posteriormente llegó a referirse a los cocodrilos.5
En
la cultura egipcia, Sobek (cuya figura era representada con cuerpo
humano y cabeza de cocodrilo) era el dios-cocodrilo por excelencia y
durante la Dinastía XIII se le adoptó como patrón de la realeza; dios de la
fertilidad y de la potencia creadora, dios protector a ultranza. El cocodrilo
constituyó,
además, un elemento fundamental de sus prácticas adivinatorias, mágicas,
religiosas, de enfermedad y de salud.
En
el hinduismo, Váruna es el dios del océano y su vehículo se representa como un
cocodrilo llamado Makara. Según el Ramayana, Váruna era dueño de Saumanasá, el
Elefante del Oeste, uno de los cuatro paquidermos que sostienen el universo.6
Entre los pueblos mesoamericanos
este milenario gusano de las piedras o cocodrilo fue llamado en
náhuatl como huey acuetzpalin (lagartija o lagarto grande de agua,
caimán) y era el primero de los signos del calendario náhuatl y estuvo presente
en su sistema de creencias, rituales y símbolos ligándole a la lluvia, el agua,
el rayo y la fertilidad; su hocico se consideraba como una puerta al
inframundo.
También se le reconocían propiedades
curativas, de hecho, el Dr. Francisco Hernández, protomédico de la Nueva España
en el siglo XVI, en su Historia Natural de la Nueva España, describió lo
siguiente:
No es menos notable que, cuando (los cocodrilos) tienen
hambre y carecen de otros alimentos, comen piedras, que se les encuentran éstas
en el estómago corroídas y casi consumidas, y que hechas polvo y tomadas curan
el mal de piedra. Además encontré en sus fauces unas glándulas casi del tamaño
de habas, que tienen un gratísimo olor de almizcle y curan eficazmente las
fiebres extinguiéndolas por completo. También el estómago de estos animales,
lavado y limpiado, bien secado al sol, molido y tomado oportunamente, rompe y
arroja la piedra de los riñones y de la vejiga, y provoca al punto la orina.7
En
la cultura Maya se le conocía en la época virreinal como el dios Itzam Kaab
Áayin (lagarto cocodrilo de la tierra) o Ya’ax Mumul Áayin (cocodrilo
colocho verde), considerado el señor supremo del panteón maya, dios relacionado
la vida que resurge de la tierra o dios de la fertilidad, relacionado con el
dios de la lluvia Chaak.
Así
también, habré de decir que el gusano de las piedras o cocodrilo,
por su abundante e inevitable presencia en el entorno primitivo de la humanidad
desarrollada cerca de las grandes corrientes de agua, dejó su presencia marcada
en muchas y diversas facetas ceremoniales, totémicas y simbólicas de nuestras diversas
culturas, como lo son la magia, el sigilo, la fuerza, el honor, la astucia, la
resistencia, la protección, las emociones más profundas, la esperanza, la
fertilidad, la muerte y el renacimiento, salud y enfermedad, entre otras. Llegó
incluso a ser símbolo de la farmacia como arriba señalamos.
Hoy,
para los citadinos habitantes del globo, los cocodrilos nos son ahora más
que unos simples y primitivos reptiles semiacuáticos y peligrosos que podemos
ver en el zoológico (si es que en ellos tienen ejemplares) y que se exhiben
cuando se les alimenta bajo horarios predeterminados. Absortos de ver cómo
hacen por llegar a la comida y como la tragan rápidamente, o como les obligan a
saltar fuera del agua para obtener dicho alimento.
O
cuando más cercanos y relacionados que pudiéramos estar del cocodrilo,
podríamos recurrir al uso del aceite de cocodrilo comercializado para
tratar algunos problemas de la piel como acné, espinillas, quemaduras, heridas,
quemaduras de sol, eczema y psoriasis; también como ayuda para disminuir las arrugas,
mejorar la limpieza y la salud de la piel.8
Actualmente
se consideran como símbolos de la Farmacia, entendida como la ciencia y
práctica de la preparación, conservación, presentación y dispensación de
medicamentos; así como el lugar donde se preparan, dispensan y venden los
productos medicinales:
En
primer lugar, la Copa de Higia con una serpiente enroscada en su fuste que
empezó a usarse desde 1796, en Francia, por Sociedad parisina de Farmacia y es
la más ampliamente reconocida en la actualidad. Sin embargo, debemos recordar
que la diosa griega Higia, hija del dios Asclepio (de la medicina) y de la
diosa Epiome (de la curación), dominaba particularmente los campos de la salud,
higiene y la limpieza, no la elaboración de medicamentos; de hecho, la palabra “higiene”
deriva de este nombre. En todo caso, el reconocimiento le correspondería más a
su hermana, la diosa Panacea (cuyo nombre se compone del vocablo pan, todo
y akos, remedio) ser la representante simbólica de la farmacia ya que
ella curaba mediante la elaboración de perfectas recetas con diversas hierbas
que permitían sanar (curación farmacológica) enfermedades y que fue, por
milenios, el buscado objetivo capaz de curar cualquier enfermedad o
-propiamente la panacea-, por los practicantes de la alquimia.
El
unicornio, animal mítico considerado símbolo de pureza y gracia por los
antiguos griegos, cuyo cuerno tenía el poder de curar, principalmente como un
anti veneno. Tanto el unicornio como el león son símbolos de la monarquía
británica y, en 1617, el rey Jaime I, otorgó sus estatutos a la Sociedad de
Boticarios junto con su escudo de armas que incluye a dos unicornios.
El
mortero. Este símbolo se hizo popular a partir de 1759, principalmente
en Escocia y en el centro de Europa. Hoy, este símbolo se emplea ampliamente en
los Estados Unidos de Norteamérica para identificar los establecimientos de farmacia.
Una cruz verde sobre fondo
blanco o una cruz griega, que también suele utilizarse en algunos países para
identificar a las farmacias. En 1984, la Real Sociedad Farmacéutica de Gran
Bretaña la eligió como el símbolo estándar de farmacia.9
Con
una A gótica y estilizada de color roja (la letra A, proviene de la
palabra germana Apotheke, Farmacia), en Alemania, que incluye la copa de Higia.
Y otros como la Vara de Esculapio,
la Cruz de Malta en color verde
y el símbolo de recipe (tómese): Rx.
Corolario.
El
cocodrilo, con su impronta y su simbolismo de sabiduría primordial y eficiencia
que incluyen tanto la lucha contra el mal, concepción, incubación y nacimiento
de ideas, así como el cómo pueden utilizarse para mejorar la vida como le
reconocían los esfuerzos alquímicos, ha quedado atrás y se va perdiendo sutilmente
su recuerdo en nuestro milenario inconsciente colectivo.
Por todo ello propongo que, ante la
gran cantidad de símbolos que hay para representar a la Farmacia en el mundo, el
símbolo que podría ser universalmente reconocido debería ser, simple y
llanamente, la imagen de un cocodrilo.
¡Sí!,
la de aquel animal perteneciente a familia Crocodylidae que convivió
cotidianamente con nuestros primitivos ancestros al que le dieron el singular y
alegórico nombre de gusano de las piedras, el saurio representado en el
territorio de la añeja alquimia precursora la Farmacia, el tótem temido,
respetado y deificado en muchas culturas.
1 . Briceño
V., Gabriela. (2020). Alquimia. Recuperado el 22 abril, 2023, de Euston96:
https://www.euston96.com/alquimia/
Redacción. BBC News Mundo. 29 octubre 2019. https://www.bbc.com/mundo/noticias-50222475
3. Origen: Conversación con Bing, 25/4/2023. Crocodylidae - Wikipedia, la
enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Crocodylidae. El simbolismo
animal en la cultura medieval, Ma. Dolores-Carmen Morales ....
http://www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/moralesmuniz/simbolismoanimalmedieval.htm.
La Edad Media, cuando los árboles dominaban el mundo.
https://elpais.com/cultura/2020/07/28/babelia/1595960218_485268.html.
4.
Historiador. Cocodrilos disecados en los techos de las iglesias en la Edad
Media. 7 diciembre de 2020. Consultado en internet el 30 de Abril de 2023 en: https://elhistoriador.es/cocodrilos-disecados-en-los-techos-de-las-iglesias-en-la-edad-media/#:~:text=En%20la%20Edad%20Media%20colgaban%20cocodrilos%20disecados%20en,pinturas%20iconogr%C3%A1ficas%20con%20diversas%20escenas%20del%20antiguo%20testamento.
5.
Etimologías de Chile. Consultado en internet el 24 de abril de 2023 en: https://etimologias.dechile.net/?cocodrilo
6.
Comisión Nacional del Agua. Deidades mitológicas del Agua. Consultado en
internet el 25 de abril de 2023 en: https://www.gob.mx/conagua/es/articulos/deidades-mitologicas-del-agua?idiom=es
7. Francisco Hernández. Historia Natural de la Nueva España. Consultado en
internet el 25 de abril de 2023 en: http://www.franciscohernandez.unam.mx/tomos/03_TOMO/tomo003_27/tomo003_027_005.html
8. Jacaré, aceite de cocodrilo. https://www.tecnobotanicademexico.com.mx/tienda/producto/754
9 . The origins and meanings of
pharmacy symbols. https://wellcomecollection.org/articles/We9Wqx4AAA5amD91