domingo, 1 de diciembre de 2024

Anomia.

 

ANOMIA

La disrupción social que nos devora.

 

Mucha gente invierte su tiempo en estudiar las características de animales o de plantas.
¡Cuánto más importante sería estudiar a la gente con que tenemos que vivir o morir!
 
Baltazar Gracián y Morales (1601-1658).


 
Dr. Xavier A. López y de la Peña.

 

Estratigrafía del asunto.
De manera cotidiana y sin restricciones o tapujos se muestran en programas televisivos diversos asaltos a mano armada, tiroteos en las calles, robo a transeúntes, a transportistas, a comercios. Accidentes carreteros, atropellados, coches bomba (de reciente aparición), personas desaparecidas, extorsiones, fraudes, asesinatos por doquier, violaciones a derechos humanos, enfrentamientos del ejército con criminales, narcotraficantes detenidos, homicidas no detenidos, robos no aclarados, hallazgos de restos humanos embolsados en la vía pública, fosas clandestinas con cantidades de restos humanos aquí, allá y acullá. Pero eso sí, y hay que destacarlo, nos refieren las diversas autoridades que, al respecto y de inmediato ya se han abierto las centenas de miles de “carpetas” correspondientes a cada caso.
La información impresa a través de los diarios dedica también un importante porcentaje de su espacio a temas relacionados con hechos violentos, al igual que los noticieros en la televisión. Como un mínimo ejemplo hace poco se mostró en esta, la salvaje agresión física sufrida por una joven a manos de su pareja sentimental captada por una cámara de vigilancia en una calle de la ciudad de México.
De hecho, el Consejo Nacional de Televisión en nuestro país informó que entre septiembre y octubre de 2023, el tema policial fue el que más tiempo ocupó en pantalla con un 21,3%, con la excepción del noticiero 24 Horas Central de TVN. Sobre este tópico un 53% se destina a delitos contra personas y propiedades como asaltos y robos. Un 15% a casos judiciales y un 10% al narcotráfico y lavado de dinero.1
De acuerdo con lo reportado por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre seguridad pública (ENVIPE) 2024, en 2023, 27.5 % de los hogares en México tuvo, al menos, una o uno de sus integrantes como víctima del delito; Hubo 21.9 millones de víctimas de 18 años y más; La tasa de prevalencia delictiva fue de 23 323 víctimas por cada 100 mil habitantes, cifra superior respecto a 2022; Los delitos más frecuentes fueron fraude, robo o asalto en calle o transporte público y extorsión y ocurrieron 31.3 millones de delitos: 92.9 % no se denunció o la autoridad no inició una carpeta de investigación. Este subregistro se denomina cifra oculta o cifra negra.2
En otro orden, la tasa nacional de divorcios por cada mil habitantes de 18 años y más pasó de 1.4, en 2014, a 1.8, en 20233 producidos, de alguna manera, al menoscabo o falta de valores familiares y a la importancia que se da a la individualidad preconizada en las sociedades desarrolladas que dificultan el mantenimiento de la relación a largo plazo. 
 Entre 2013 y 2023, la tasa de suicidio presentó una tendencia creciente: pasó de 4.9 a 6.8 suicidios por cada 100 mil habitantes. Mucha gente ya no encuentra salida a sus problemas y recurre a ello con más frecuencia.
En 2012 la Estadística de Matrimonios (EMAT) reportó que la tasa nacional fue de 7.64 matrimonios por cada mil habitantes de 18 años o más, y para 2021 esta tasa fue de 5.11 matrimonios. Ya las personas -dicen- no quieren perder su libertad y además es costoso, sin sentido si ya estamos juntos, etc.
En asuntos de xenofobia y discriminación se ha dicho que, durante casi dos siglos, la política de control de población extranjera en México estuvo basada en prejuicios étnicos y nacionalistas, pero encubierta con argumentos de protección al trabajador mexicano y, más recientemente, como un tema de seguridad nacional. De ese modo, ha sido discriminatoria respecto de poblaciones procedentes de latitudes geográficas consideradas perjudiciales para el bienestar del trabajador mexicano.4 Además, debe entenderse que vivimos en un mundo en el que la xenofobia se convierte cada vez más en una forma de discriminación normalizada.5 El INEGI reporta que, en cinco años, la discriminación declarada en nuestro país aumentó: en 2022 alcanzó 23.7%, 3.5 puntos porcentuales más que en 2017.6
Nuestra sociedad también se ha “polarizado” (estás conmigo o contra mí; fifís o chairos) gracias a que los gobiernos han sido incapaces de llegar a acuerdos con sus oponentes políticos, difundiéndose entre ellos odio, inquina y aversión a través de las variadas redes sociales, más la desigualdad, desinformación y los malos manejos administrativos ejecutados (corrupción), son factores que impulsan a la inseguridad, desconfianza y a la violencia.7
El esbozo anterior que hemos delineado con algunos datos interesantes a los que faltaría agregar muchos más, nos llevan a considerar que nuestra sociedad está sufriendo una grave desorientación a causa de la falta de normas sociales que guíen y regulen las conductas de las personas en una comunidad. Esto es lo que se ha dado en llamar: Anomia.
Anomia, es un término que proviene del griego antiguo, formado por el prefijo “a-” (sin), y la raíz “nomos” (normas) y significa la ausencia o desprecio hacia las normas o las leyes.
Luego entonces, la falta o degradación de las normas sociales o anomia, surge cuando se producen ciertos cambios sociales rápidos, crisis políticas o económicas, o transformaciones culturales y religiosas en las que las normas tradicionales dejan de tener autoridad sobre la población.
De esta manera, las personas se perciben entonces sin guía o propósito, generando entonces sentimientos de aislamiento y desconexión, rechazo y oposición o de trasgresión ante las normas establecidas. La persona así vela por sus propios intereses y motivaciones por encima de los de los otros a los que ha dejado de respetar porque, para él, ya no tienen sentido. Este comportamiento suele ser llamado como anomia social.
Dentro de la anomia se suelen distinguir otras varias formas:
            En medicina se llama así al trastorno del lenguaje en el que la persona es incapaz de llamar a las cosas por su nombre y que suele ser frecuente en los síndromes afásicos.
La anomia psicológica, es la que incapacita a la persona para comportarse según las normas y convenciones establecidas, ya sean culturales, morales o jurídicas normadas en una determinada sociedad.
La anomia asiliente o conducta negativa y tergiversada de la persona tiene sobre sí misma que le hace incapaz de superar obstáculos, llevándole a la marginación y discriminación social.
La anomia cultural, cuando los objetivos de una cultura y su acceso se encuentran disociados para la persona, lo que le lleva a expresar por ello conductas inadecuadas y antisociales.8
Actualmente vivimos tiempos de fuerte polarización política, la escasez y detrimento en el ámbito laboral, merma educativa y de salud, científica y cultural. El auge de los movimientos populistas como en el que vivimos refleja la desilusión con las normas e instituciones tradicionales, mientras que las altas tasas de ansiedad y depresión entre jóvenes pueden estar relacionadas con la incertidumbre respecto al futuro.
Todo ello sazonado por los cambios rápidos que ocurren en la sociedad: revoluciones tecnológicas, globalización y crisis económicas que pueden desestabilizar las normas usualmente tradicionales. Por la desigualdad social vivida en la que los recursos para alcanzar metas socialmente aceptadas no están equitativamente distribuidos y que generan tensiones que conducen a comportamientos desviados. Por la falta de cohesión comunitaria particularmente en las sociedades urbanizadas, cuya pérdida de vínculos comunitarios y familiares fomentan un estado de aislamiento desconexión. Por el incremento de comportamientos desviados en los que el crimen, la corrupción y las adicciones son respuestas comunes ante el vacío normativo, y la erosión de la confianza social que incapacita para confiar en las instituciones y sus normas encaminándonos a la fragmentación social. Y, por último, a la crisis de identidad por no tener guías claras para definir y poder ubicar nuestro lugar en la sociedad.
Bien, pero ¿Qué se puede hacer para combatir la Anomia? 
Ello requiere un enfoque multidimensional que entienda, acepte y atienda tanto las causas estructurales como las consecuencias emocionales y sociales del fenómeno.
Promover valores comunes como la equidad, solidaridad y el respeto en las instituciones educativas, los medios de comunicación y las políticas públicas.
Reestablecer las tradiciones comunitarias y sus prácticas culturales para recuperar y acrecentar el sentido de pertenencia del grupo.
Las autoridades y los líderes deberán transparentar las reglas comunicándolas con claridad y resaltando su importancia, promoviendo con ello una percepción de justicia e imparcialidad.
Hacer políticas que aseguren una justa distribución de los recursos económicos para reducir las desigualdades sociales y sus consecuentes tensiones.
Invertir en educación, salud y empleo para que todas las personas tengan igualdad de oportunidades y los medios legítimos para alcanzar sus metas.
Combatir la exclusión social con apoyo a los diversos grupos vulnerables para evitar su marginación y fomentar su integración en la sociedad.
Fortalecer las instituciones con transparencia y responsabilidad, vigilando que actúen con mayor integridad y respondan efectivamente a las necesidades sociales.
Fomentar la participación de la ciudadanía creando canales para que las personas se involucren activamente en la toma de decisiones, fortaleciendo la confianza en el sistema.
Reforzar el estado de derecho para garantizar que las leyes se apliquen de manera equitativa, abatiendo la percepción de injusticia o impunidad.
Fomentar el sentido de pertenencia mediante la construcción de comunidad y redes de apoyo en donde las personas puedan conectarse y colaborar en proyectos comunes.
Promover actividades culturales y recreativas que ayuden a reconstruir vínculos sociales y a reducir la alienación.
Desarrollar programas de voluntariado que permitan a las personas contribuir al bienestar colectivo y el fortalecimiento de los lazos sociales.
Enseñar en escuelas la importancia de la cooperación, la responsabilidad y el respeto por las normas (civismo).
Brindar servicios de salud mental accesibles para abordar el aislamiento y la desconexión personal.
Adaptarse a las nuevas “realidades” con el desarrollo de políticas y estrategias para manejar el impacto de la globalización, la tecnología y otros cambios disruptivos. Y participar en la construcción del futuro creando soluciones para los problemas emergentes, generando con ello un sentido de agencia colectiva que nos permitiría a todos adaptarnos a la nueva realidad y en armonía, como una sociedad cohesionada con normas claras y valores compartidos que dejarán atrás a la anomia que nos agobia.


1. https://www.emol.com/noticias/Espectaculos/2024/01/14/1118556/estudio-cntv-contenidos-noticieros-policiales.html
2 . https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/ENVIPE/ENVIPE_24.pdf
3 . https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/ED/ED2023.pdf
4. Manuel Ángel Castillo y Germán G. Guerra. Xenofobia y discriminación en México. https://ru.micisan.unam.mx/bitstream/handle/123456789/21399/L0089_0251.pdf?sequence=1
5. Eynel Pilatowsky Cameo. Xenofobia en México. Políticas de Estado y actitudes sociales frente la inmigración extranjera en el siglo XXI. Tesis doctoral en ciencias políticas y sociales. UNAM México 2024. https://ru.dgb.unam.mx/bitstream/20.500.14330/TES01000853371/3/0853371.pdf
6 . https://www.inegi.org.mx/tablerosestadisticos/discriminacion/
7. https://www.reporteindigo.com/reporte/mexico-polarizado-y-desigual-politica-violencia-ciudadanos-gobierno-redes-sociales/#:~:text=La%20falta%20de%20capacidad%20de%20los%20gobiernos%20para,el%20aumento%20de%20la%20violencia%20y%20la%20desconfianza
8 . https://www.significados.com/anomia/