El universo a ritmo.
La armonía
existente entre cómo el universo
parece y cómo es,
tiene que ser
un logro de nuestra magia neuronal,
porque lo blanco y lo negro no se presentan en
la retina.
En: Cómo
funciona la mente (1997), Steven Pinker.
Dr. Xavier A. López y de la Peña.
Hace dos mil quinientos años el filósofo y matemático
griego, Pitágoras de Samos, personaje a quien el también filósofo, Heráclito de
Éfeso, se refería diciendo que había
practicado el examen y la investigación más que ningún otro hombre y cimentó su
sabiduría fuera del prejuicio y de las malas artes,[i]
experimentando con el sonido dedujo que las longitudes de las cuerdas que dan
una nota, su quinta y octava se hallaban en la relación 6:4:3, encontrando así
la armonía en los sonidos de una cuerda al dividirla en ciertas porciones.
Con
ello, más sus conocimientos matemáticos, astronómicos y geométricos, dedujo la
teoría de que el universo se correspondía con este esquema numérico en el que
la distancia entre la Tierra y los demás planetas se hallaba en armonía con una
progresión musical (la música, definida como el arte de organizar sensible y
lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios respetando los
principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo).
En
la leyenda de los martillos atribuida a este personaje, se rumora que éste, al
pasar frente a una herrería y gracias a su particular agudeza auditiva, era
capaz de distinguir y diferenciar el sonido emitido por cuatro martillos de
diferente tamaño. Con esta capacidad auditiva (probablemente lo que hoy
conocemos como tener “oído absoluto”) y sus demás conocimientos -como ya
citamos-, emitió
la teoría de que el universo está regido por proporciones numéricas en armonía
o Teoría de la armonía de las esferas.
Sí, y que el observado movimiento de los distintos planetas se correspondía con
determinadas proporciones musicales; esto es, que las distancias entre los
planetas corresponderían, según esta teoría, a diversos intervalos musicales.[ii]
Por otro lado, el filósofo griego
Platón, hizo alusión a su vez que el ritmo (del latín rhythmus, y este del
griego ῥυθμός, de ῥεῖν, fluir. Orden acompasado en la sucesión o acaecimiento
de las cosas) es orden del movimiento.
Y abundaba…, distinguiréis el ritmo en el
vuelo de un pájaro, en las pulsaciones de las arterias, en el paso del
bailarín, en los períodos de una oración; también advertía que… la música es una ley moral (que) dota de alma al universo, de alas a la
mente, permite a la imaginación volar, da encanto y alegría a todas las cosas,
a la vida misma. Es decir, reconocía el ritmo en los movimientos del
animal, en las funciones fisiológicas, en los desplazamientos estéticos de un
artista, en el habla sometida a la respiración. Porque Platón advierte y busca
el ritmo en lo que está vivo.[iii]
Esta misma armonía celestial fue
descrita por este personaje cuando, en el diálogo Epinomis, (sostenido entre los personajes Clinias de Creta, Megilio
de Lacedemonia y un ateniense) se declaró que los astros ejecutaban la mejor de
todas las canciones.
Es así que esta visión mística
pitagórica de la Naturaleza, manifiesta en la doctrina de los números, permea
tanto en el pensamiento griego que el mismo filósofo y médico griego, Alcmeón
de Crotona, ubicó al ser humano como una miniatura del Universo o microcosmos y
que su cuerpo refleja con ello la estructura del mundo, y su alma constituye
una armonía del número; en una tenencia de alma tanto en el ser humano como en
los astros, e identificó entonces a lo que llamó la armonía con una ley universal.
Poco después el jurista, político y
filósofo romano, Marco Tulio Cicerón, también se refirió en el sueño de Escipión (obra de la autoría de
Macrobio, que comenta el texto ciceroniano Sobre
la república, sobre las propiedades místicas de los números, sobre la
naturaleza del alma, sobre astronomía y sobre música) a ese sonido tan intenso
como agradable que llenaba los oídos de su héroe y que se originaba en las
órbitas celestes, reguladas por intervalos desiguales que originaban diferentes
sonidos armónicos.
Más adelante Johannes Kepler, -el
último pitagórico- publica, mezclando tanto ideas religiosas como místicas en
su libro Harmonices mundi (1619), la
fórmula en las que sienta las bases del conocimiento matemático de nuestro
sistema planetario, en el que, entre la armonía de los planetas y sus susurros
geométricos se cimientan sus leyes. Impresionado por el sistema copernicano,
refería lleno de exaltación: ¡Yo declaro
tal sistema como verdadero en lo más profundo de mi alma, y contemplo su
belleza con increíble y embriagador deleite!
Si bien sus tres leyes del
movimiento planetario fueron precedidas por los conceptos del primer astrónomo
moderno, el danés, Tycho-Brahe (1546-1601) y éstas sirvieron de base a los
conceptos astronómico de Isaac Newton, Kepler creía firmemente que Dios creó al mundo acorde con el principio de los
números perfectos y atribuía a la armonía matemática, la música de las esferas,
la causa real y efectiva de los movimientos planetarios.
Bueno… Así sigue la historia.
Y recientemente un grupo de
astrofísicos coreanos observaron que la dirección de rotación de varias
galaxias a una distancia de 400 millones de años luz, tendía a ser coherente
con el movimiento promedio de sus vecinos cercanos dentro de la distancia de 1
megapársec (Mpc es como se abrevia; es decir, 1 millón de pársecs, donde 1
pársec equivale a 3.26 años luz), encontrando en ello una importante sincronía en el movimiento de las
galaxias, lo que les sugiere una sorprendente coherencia armónica a gran escala en todo el universo.
Descubrieron que la rotación de
cada galaxia estaba vinculada al movimiento de decenas de miles de galaxias
vecinas y que la coherencia rotacional era más significativa en las regiones
externas de la galaxia que en la parte central de la constelación,
considerándolo de esta manera ya que, si las galaxias se forman de dentro hacia
afuera (como lo demuestra el Universo en expansión), la mayor fuerza de la
gravedad está en el interior y deja a las partes externas más expuestas a
influencias de otras galaxias.[iv]
Finalmente,
como refiere el doctor en neurofisiología por la Universidad de Bolonia,
Italia, David Muehsam, también participa activamente como profesor de yoga/meditación
y es un músico consumado, tocando la flauta y el saxofón desde la infancia;
relacionando el mundo físico con el biológico nos dice que: toda la vida existe dentro de un mar de
vibraciones, y el ritmo es fundamental para toda la vida. Los ciclos diurnos,
estacionales, lunares y solares, y las oscilaciones del campo electromagnético
resonante (EMF) de nuestro planeta constituyen la sinfonía de ritmos en los que
existe la vida en la Tierra.
Nace con ello un nuevo propuesto paradigma
capaz de unificar múltiples disciplinas, que trata de revelar las conexiones
entre la vida, lo social y el universo físico: todo ello con ritmo y en armonía como si se tratase de una
orquesta universal. Tal paradigma, podría influir enormemente -como se destaca-
en los problemas médicos y terapéuticos. Por ejemplo, en la genómica psicosocial se ha demostrado que la expresión
génica puede ser modulada no sólo por campos electromagnéticos no térmicos y
vibraciones sonoras, sino también a través de las actividades de la mente, las
emociones, la música, el arte, los rituales, la cultura y la vida espiritual.
[v]
Miguel Martínez Meguélez, pedagogo,
psicólogo y pensador venezolano nos lo dice así:
Es
tiempo de comprender que vivimos inmersos en esa red de sistemas que se
integran en un orden (armónico y)
jerárquico; y que la validez y método de este enfoque es clave para la
comprensión de las ciencias en general. Desde hace unos 50 años, las ciencias
de la complejidad, como el pensamiento sistémico, la holonómica, la resonancia
mórfica, la teoría del caos, la teoría de cuerdas y súper cuerdas, y otras… (Apuntan
a que) eso es lo que somos también cada uno de nosotros mismos: un
"todo
físico-químico-biológico-psicológico-social-cultural-espiritual" que
funciona maravillosamente y que constituye nuestra vida y nuestro ser. Por
esto, el ser humano es la estructura dinámica o sistema integrado más complejo
de todo cuanto existe en el Universo.[vi]
En el pensamiento ortodoxo actual
de la física teórica, la teoría de las súper cuerdas (es un esquema para
explicar todas las partículas y fuerzas fundamentales de la naturaleza en una
sola teoría, que modela las partículas y campos físicos como vibraciones de
delgadas cuerdas súper simétricas, las cuales se mueven en un espacio-tiempo de
más de cuatro dimensiones, más exactamente 10 dimensiones y una temporal) tiende
a reconciliar la teoría de la gravitación con la mecánica cuántica y, al mismo
tiempo, la de unificar todas las fuerzas y partículas conocidas en la
naturaleza. De allí que en la jerga se la llame, con un toque de sutil ironía,
la Teoría del Todo.
Esto es, algo similar a lo que en
lenguaje actual podríamos llamar el universo a ritmo, o la Teoría única de la
energía-materia, en el periplo rítmico y armónico del espacio-tiempo del universo,
regidas por el acorde de las fuerzas: gravitatoria, electromagnética, nuclear
fuerte y nuclear débil.
Dr. Xavier A. López y de la Peña
Aguascalientes, Ags., a 24 de febrero de 2020.
[i]. Dampier-Whetham.
Historia de las ciencias. Méxicolee, 1944, p.34.
[ii] . Armonía de las
esferas. Consultado en internet el 18 de febrero de 2020 en: https://es.wikipedia.org/wiki/Armon%C3%ADa_de_las_esferas
[iii] . Teodoro Pedro
Cromberg. Reflexiones sobre el ritmo en
la perspectiva del siglo XXI. Rhuthmos, 12 septembre 2015 [en ligne].
http://rhuthmos.eu/spip.php?article1600
[iv] . Joon Hyeop Lee, Mina Pak, Hyunmi Song, Hye-Ran Lee,
Suk Kim, and Hyunjin Jeong. Mysterious
Coherence in Several-megaparsec Scales between Galaxy Rotation and Neighbor
Motion. The Astrophysical Journal. Vol. 884, Num. 2. (October 2019).
DOI:https://doi.org/10.3847/1538-4357/ab3fa3
[v]. David Muehsam and Carlo Ventura. Life Rhythm as a Symphony of Oscillatory
Patterns: Electromagnetic Energy and
Sound Vibration Modulates Gene Expression for Biological Signaling and Healing.
Glob Adv Health Med. 2014 Mar; 3(2): 40–55. Published online 2014 Mar 1. doi:
10.7453/gahmj.2014.008
[vi] . Miguel Martínez
Meguélez. Sobre la armonía del universo. Rev. Heterotopía. 2012. Consultado en
internet el 20 de febrero de 2020 en: http://prof.usb.ve/miguelm/Sobre%20la%20Armonia%20del%20Universo.html
Francamente provocador
ResponderEliminarHabía escuchado sobre estas teorías, en particular de las esferas que vibran a una octava de diferencia, pero no presté atención
En el artículo nos abre un panorama fascinante y con desconocidas e inimaginables consecuencias
Mil gracias