domingo, 5 de enero de 2025

Por una actitud inutilitarista.

 

Por una actitud inutilitarista
O del porqué de lo “inútil”.

 

Recuerda siempre que las cosas más hermosas en la vida
son las más inútiles: lirios y pavos reales, por ejemplo.

 


John Ruskin (1819-1900)

Dr. Xavier A. López y de la Peña


Hace algún tiempo quise dedicar unas horas a hacer una reproducción en madera de un Botiquín de Farmacia del siglo 19 aprovechando un cierto grupo de frascos e instrumentos médicos antiguos que, por mi gusto por la historia de la medicina con el tiempo he coleccionado, utilizando en ello algo de la madera que me ha sobrado de algunos muebles que hice para mi casa.
Sin embargo, me asaltó la pregunta siguiente: ¿para qué hacerlo si no tendría ninguna utilidad?
Rodeado e inmerso de una apabullante cultura consumista, capitalista y utilitarista, era lógico que esta pregunta me asaltara y, hasta cierto punto me reprimiera, si se recuerda que lo útil se refiere a todo aquello que pueda hacerse para ser usado y servir para algo. De ello se origina el utilitarismo, palabra que expresa la teoría ética de que lo bueno, correcto y útil es hacer todo aquello que sirve y produce la mayor felicidad para uno y para todos (Jeremy Bentham, fue quien impulsó esta teoría). Por tanto, se implica en ello intrínsecamente un fin hedonista.
            Luego entonces, el gozo que me produciría hacer este botiquín no tendría ninguna utilidad de servicio o práctica. Así que después de terminarlo podría caer en el desánimo, abatimiento o apatía, recordando la frase del filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset que dijo: El esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Sin embargo, recapacité y en contrapartida actué a satisfacción acorde con la frase expresada, esta vez, por el escritor japonés Haruki Murakami al decir que:  Pero, si se me permite formular una anodina teoría general, en nuestra vida imperfecta las cosas inútiles son, en cierta medida, necesarias.
            Esto me lleva a reflexionar que si nuestras acciones en la vida fueren carentes de un determinado propósito nos guiarían a través de un camino sin sentido, en un movimiento sin dirección haciendo que nuestra vida sea entonces trivial, insignificante y ciertamente inútil.
Sin embargo, nuestras acciones no pueden y de hecho, no están orientadas exclusivamente a la necesidad y la utilidad ya que el ser humano es el único organismo vivo que puede ocuparse en hacer cosas consideradas usualmente como inútiles y encontrar en ellas solaz, gozo y placer.
            Por ejemplo, dedicar tiempo y esfuerzo a discernir sobre la bondad, la libertad, la malicia o nuestro propósito en la vida como ocupa la filosofía, no lleva a un objetivo útil en sí sino al simple hecho de llegar a conocer y tratar de explicar algo que de alguna manera nos satisfaga y conecte. Esto quiere decir que un atributo más que nos define y distingue como seres humanos es que no todas nuestras acciones deban estar destinadas a la “perfección o el progreso” basados en la necesidad, la utilidad y su beneficio.
Las manifestaciones artísticas como la pintura, literatura, escultura, música, etc., por ejemplo, podrían también considerarse inútiles (Todo arte es completamente inútil, sentenció Oscar Wilde) ya que no sirven o sirven para nada a excepción del disfrute -si acaso-, del ejecutor y del observador. Es así que sólo el ser humano hace arte, aquello que escapa a la programación ortodoxa de lo implícitamente necesario y útil, comprendiendo con ello la satisfacción, el placer y el gozo inenarrable de su intrínseco valor y su antitética utilidad.1 
Recordamos que nuestra cultura está orientada y regida por la productividad, la eficiencia y la practicidad que desdeña encarnizadamente lo considerado como inútil. No obstante, es importante y deseable detenernos a reflexionar un poco sobre todo aquello que pueda parecernos sin utilidad para descubrir, si así fuere, su valía capaz de enriquecer nuestras vidas de diversas maneras más allá de los considerados estándares convencionales de su utilidad, éxito o progreso.
Con este fundamento se hace necesario pues, incentivar y cultivar la curiosidad y la libre búsqueda de conocimientos y prácticas indecorosamente llamadas inútiles que demuestren, como en el pasado lo han hecho, tener notables consecuencias y accesar con ello a una forma de liberación de lo considerado necesariamente como útil.
Bajo estas consideraciones lo inútil intrínsecamente podría representar una expresión que alimente el alma, estimule la imaginación y contribuya a relacionarnos íntimamente con los otros acrecentando nuestra humanidad.
            Podemos entonces vivir sin la imperativa necesidad de crear un objeto tangible que se pueda producir, comerciar o consumir, esto es e insistimos lo meramente considerado como útil, ocupándonos con más frecuencia en elucubrar y soñar despiertos sobre “algo” que ponga en marcha nuestra creatividad y pensamiento crítico en diversos órdenes sin un propósito necesariamente definido que nos ofrezca satisfacción y alimento a nuestro ser, haciéndonos con ello unos gozosos inutilitaristas.
           

Por ello es importante saber aprovechar nuestro tiempo libre, poder liberarnos del ajetreo del vivir cotidiano utilitarista disfrutando de la belleza de un árbol, del canto de un jilguero, del aroma de la madreselva, la tersura de la seda, la música, la literatura, la poesía, la escultura, la pintura o pensar y hacer la reproducción de un Botiquín de Farmacia del siglo 19 y más.
Ello nos hará, si se puede expresar así: más humanos disfrutando de un mundo en el que ortodoxamente se desdeña y malinterpreta lo considerado inútil, en la búsqueda y seguimiento de todo aquello así tildado que nos ofrezca un íntimo significado, conexión y trascendencia.2
Así, al abrazar lo inútil o, lo que es lo mismo, volviéndonos inutilitaristas recuperaremos nuestra humanidad en un mundo en el que a menudo esto se relega y olvida.

La pasión constituye todo lo humano.
Sin ella, la religión, la novela, el arte, serán inútiles.
 
Honorato De Balzac.


1 . Raquel Cascales. Metafísica y Persona Filosofía, conocimiento y vida.  Metafísica y Persona, Año 9, No. 18, Julio-Diciembre 2017. DOI: 10.24310/Metyper.2017.v0i18.4737.
2. Laura Luque Rodrigo. Reflexiones en torno a La utilidad de lo inútil. Manifiesto, de Nuccio Ordine (traducción de Jordi Bayod. Barcelona: Acantilado, 2013). El Genio Maligno. marzo 2014 / Publicación semestral. ISSN:1988-3927. Número 14, marzo de 2014.