domingo, 1 de septiembre de 2019

Anestesia en Aguascalientes.


EL ÉTER
 EN AGUASCALIENTES.
  
Dr. Xavier A. López y de la Peña

 El dolor es una manifestación que nos hace reconocernos, es también, una expresión sensorial indicativa de que “algo” en el organismo no marcha bien.
El ser humano desde tiempo inmemorial ha tratado de controlar y combatir el dolor en cualquiera de sus manifestaciones, ya como síntoma de una enfermedad o para lograr un estado de insensibilidad para poder realizar algún procedimiento quirúrgico necesariamente doloroso.
Para este último propósito sabemos que ya los asirios alrededor del año 3000 a. de C. recurrían a un método eficaz aunque ciertamente muy riesgoso: comprimir las arterias carótidas a nivel del cuello para provocar en la persona una isquemia cerebral que le llevara a la inconsciencia transitoria y con ello poder realizarle alguna intervención quirúrgica.
Los antiguos egipcios por allá del año 1000 a. de C. conocían y utilizaban la adormidera o amapola (planta papaverácea de hojas hendidas y grandes flores rojas o blancas, originaria de Oriente y de cuyo zumo se extrae el opio) como inductor del sueño o narcótico y productor de insensibilidad al encontrarse bajo sus efectos. Como paréntesis y sobre esta planta, merece aquí nuestro reconocimiento al ilustre médico poeta, naturalista, lingüista, ensayista etc., aguascalentense Jesús Díaz de León Ávila (1851-1919) quien en 1878 obtuvo reconocimientos por parte del Ministerio de Fomento y de los Jurados en las Exposiciones de Aguascalientes y Guadalajara, por sus muestras del primer opio recolectado por él en México1.
Hipócrates, el llamado padre de la medicina, empleaba por los años 460-377 a. de C. la llamada “esponja soporífera” que contenía una preparación de opio, beleño y mandrágora2.
El filósofo español Ramón Lull en el siglo XIII y Paracelso (1493-1541), combinaban ácido sulfúrico con alcohol caliente dando como resultado éter sulfúrico que, al inhalarse era capaz de producir un sueño profundo, sin embargo, no apreciaron sus propiedades como verdadero anestésico y habrían de transcurrir unos trescientos años más para que, seguido por los estudios del médico norteamericano Crawford Williamson Long (1815-1878) quien se había dado cuenta de que las personas que inhalaban el éter (este producto se utilizaba en su época como una “droga recreativa” en las fiestas) se producían lesiones sin percatarse de ello, le llevó a utilizarlo como anestésico propiamente, quitando exitosamente unos quistes sebáceos en el cuello a un muchacho en 1842; publicó posteriormente sus experiencias en el Southern Medical and Surgical Journal de 1849. El crédito histórico, sin embargo, se le otorgó al dentista norteamericano de Boston, William Thomas Green Morton después de la conocida demostración pública que hizo el 16 de octubre de 1846 en el Hospital General de Massachussets3.
La anestesia con éter marcó un capítulo brillante en la historia de la medicina mundial al lograrse un anestésico que permitiera abrir el campo de la cirugía, ahora sin temor al terrible y muchas veces insoportable dolor.
Aguascalientes no se mantuvo a la zaga de tan importante acontecimiento y utilizó, en manos de sus médicos, este notable recurso de manera exitosa, marcando con ello una primicia médica estatal en el año de 1847.
Para ese año del cuarenta y siete con el país enfrentando la agresión norteamericana, la ciudad de Aguascalientes contaba con una población estimada en 20,000 habitantes y el Ayuntamiento daba cuenta de 1918 niños bautizados y haber dado curso a 1660 entierros. Las causas de mortalidad dadas a conocer en 1649 por casos específicos la encabezaban los problemas infecciosos como era de esperarse: El primer lugar lo ocupa el sarampión con 437 defunciones (la quinta parte de los niños bautizados), seguidos por la Alferecía (convulsiones) 199, Tos 148, Cólico 133, Empacho (diarrea – enteritis) 132, Inflamación 129, Diarrea 124, Fiebre 107, Dolor de costado 96, Hidropesía (cirrosis) 36, Reumas 34, Parto 30, Apoplejía 17, Ictericia 16 y Heridas 11.4,5.
Bajo este escueto panorama, el día 20 de noviembre de 1847 fue realizada en Aguascalientes la primera anestesia con éter de acuerdo con la nota publicada en El Patriota, Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes, del 27 de noviembre de 1847 y que a continuación reproducimos con correcciones ortográficas básicamente:6

Operación practicada bajo la influencia del Éter, con el aparato de insensibilidad.
El día 20 el Sr. Rivera, asociado de los Sres. Rodríguez, Rayón y Cierra, amputó el brazo izquierdo a una mujer de 56 años de edad, y en ella es la 1a. en que ha usado el aparato de insensibilidad por medio de las aspiración de éter, y sobre cuyo aparato tanto se ha escrito en pro y contra. Se preparó con 8 onzas de éter y se colocó para que la paciente lo aspirase. El ser la primera vez que se usaba el aparato, hacía que el facultativo procediese sin la confianza de la certeza, y sin la habilidad que da la práctica, de manera que todo era imperfecto. Bajo estos auspicios comenzó la operación, y tan luego como la paciente aspiraba éter y comenzaba a sentir los primeros síntomas de la embriaguez, hablaba, gritaba y aun lloraba aspirando el aire que nulificaba la influencia del éter. Así concluyeron las 8 onzas sin dar resultado, por lo expuesto; mas se dio observación al facultativo, que determinó cargar de nuevo el aparato con 4 onzas de éter, y que si concluidas no se conseguía la insensibilidad de la paciente, se procediese de todos modos a la amputación del brazo.
Comenzó la aspiración de este 2°. éter del mismo modo que la del primero, pero estaba al concluirse cuando a la paciente se le obligó a que se aspirase sin interrupción, y a los 8 minutos se observó que había en ella mucha fatiga, se quejaba, lloraba y aun gritaba, y entonces habiéndola pellizcado, vimos que no sentía, creímos ya conseguido el efecto de la insensibilidad y no nos engañamos, pues se le dio una ligera cortada y no la sintió, y en el instante se le amputó el brazo izquierdo, sin dar mas muestras de sensación que las que antes estaba dando, llanto, gritos y desasosiego, efecto de la embriaguez de la eterización. La operación fue felizmente terminada y la eterización siguió lo mismo después como por una hora. Se recuperó la paciente, entró en calma y dijo, que nada había sentido, ni nada le había dolido: que se acordaba cuando le aserraron haber sentido una cosa amorosa, y que cuando le ligaron las arterias conocía que le estiraron una cosa pero que le era sabrosa. Objetándole que debió haberle dolido mucho, pues gritó, lloró, y se inquietó o fatigó, respondió, que ella no se acordaba haberlo hecho, y que si lo hizo seria porque estaba borracha, y que como nunca lo había estado sentía cosas muy feas. De este hecho rectamente inferimos: 1°. que la acción del éter en esta enferma, determinó una fuerte embriaguez; 2° que esta embriaguez fue causa del llanto, gritos, fatiga y desasosiego de la paciente, antes, durante y después de la operación; 3° Que se produjo una perfecta insensibilidad en la misma operación por confesión de la paciente, y que la amputación se practicó sin conciencia; 4°, por último, que con la aspiración del éter sin interrupción y con practica en el manejo del aparato, la insensibilidad se producirá a una media hora, y con 4 onzas de éter.
Se ha referido el caso tal cual ha pasado en el honor del facultativo operante, y para que de él deduzcan las inferencias a que dé lugar, los médicos prácticos en el uso del aparato de insensibilizar, y para que por ellos sea tratado este punto tan interesante en cirugía.

¿Quiénes fueron los protagonistas de este jirón de la historia médica en Aguascalientes? Por el orden en que fueron descritos la encabezó el Sr. Guadalupe Rivera, facultativo médico como se le llamaba, y político muy activo que ocupó -entre otros muchos puestos- un lugar como diputado en el Congreso del Estado en 1846 y venía ejerciendo su profesión cuando menos desde 1835 en Aguascalientes. En seguida se menciona al Sr. Rodríguez, en referencia a don Atanasio Rodríguez Ramírez, activo y muy conocido farmacéutico local que anunciaba la farmacia de su propiedad en los siguientes términos ya sin correcciones ortográficas:

AVISO en “El Patriota” de 1847:
El establecimiento de BOTICA, cita en la plaza de armas conosida con el nombre de RODRIGUEZ, se ha vuelto a abrir con un exselente surtido de medicinas nuevas y selectas, que espenderán al público y a las personas que deseen igualarse a precios muy cómodos, obserbando la esactitud debida en el despacho de resetas, para que obren con la energía apetesible contra las enfermedades a que han sido aplicadas7.

Este hombre fue descrito por don Agustín R. González como “un hombre de pueblo, farmacéutico y médico sin título, no muy conocedor de los ramos de la administración pública; honrado, devoto, de trato afable y desinteresado. Tenía relaciones con casi todas las familias, era consultado por muchas de ellas, y de otras conocía hasta los secretos que le confiaban. Era popular y su popularidad crecía hasta el puesto que desempeñaba; pero irresoluto, débil, una bandería explotó a este hombre convirtiéndole en su instrumento8.” Ocupó el puesto Jefe Político del Estado de 1850 a 1853 cuando fue anexado como partido político de Zacatecas y al dejar don Jesús Terán el cargo.
El tercer personaje es el de don Antonio Rayón, gobernador interino en Aguascalientes de febrero a abril de 1862, descendiente de la familia de los héroes de la independencia y también descrito por Agustín R. González como “un hombre de baja estatura, color moreno, frente ancha, ojos pequeños. Era farmacéutico y su botica fue un club político en donde se reunían muchas personas. Rayón leía y escribía mucho. Fue liberal como pudo ser conservador, pues su temperamento flemático, su indiferencia, su escepticismo no le permitía preocuparse por nada ni por nadie. No fue hombre de pasiones y vio con frialdad, con calma cuanto pasaba. Se dejaba persuadir fácilmente, y a los terribles ataques que por la prensa le dirigían sus enemigos, contestaba con una sonrisa que nunca alteró su fisonomía. Como diputado, le era indiferente que sus proyectos de ley fuesen aprobados o reprobados. Por lo demás, era Rayón desinteresado, buen amigo y protegía a los pobres9.”
El cuarto y último personaje protagonista de este acontecimiento fue probablemente el médico cirujano José María Sierra que se anunciaba como tal y despachaba en la botica San Rafael allá por el año de 1867.
Esta primicia médica es, a todas luces, un orgullo para la anestesiología nacional y estatal ya que habla muy bien de la información y recursos que tenían nuestros médicos y farmacéuticos, y parece ser la segunda en el país realizada por mexicanos si se considera que la primera anestesia con éter en México conocida hasta hoy, se hizo en Yucatán el 12 de junio de 1847 por el Dr. José Matilde Sansores en el Hospital de San Juan de Dios al realizar una amputación de la mano izquierda en la persona de José María Juchim y cuya descripción está consignada en el diario “El Noticioso de Yucatán” fechado el 15 de junio de 1847.10
La primera anestesia con éter en Aguascalientes es, ciertamente, una lasca histórica orgullosamente aguascalentense.


1. El Instructor, 1 de agosto de 1894, páginas 6 y 7.
2. Luis F. Higgins G., César Cortez Román. Cronología de la historia de la anestesia. Tomado de: http://www.anestesia.com.mx/histor2.html el 10 de julio de 2001.
3. Westhorpe R. William Morton and the first successful demostration of anestesia. Anaesth Intens Care 1996;24:529.
4. El Patriota, Periódico Oficial del Estado, 29 de enero de 1848.
5. Secretaría de Economía. Catálogo de las sinonimias populares mexicanas de las enfermedades y su clasificación conforme a la clave internacional detallada. México 1956.
6. Xavier A. López de la Peña. Primera anestesia con éter en Aguascalientes, México. Gac Med Mex 2001;137(1):85-86.
7. El Patriota, Periódico Oficial del Estado, septiembre 3 de 1847.
8. González Saldaña, Agustín Rómulo. Historia del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes. México. 4a. Ed. 1992. pág. 170.
9. González Saldaña, Agustín Rómulo. Historia del Estado de Aguascalientes. Instituto Cultural de Aguascalientes. México. 4a. Ed. 1992, págs. 206-7.
10. Carlos Sáenz Larrache. ¿Es la primera anestesia por inhalación administrada en Yucatán, la primera en la República Mexicana?  Rev Mex Anest 1985;8:151-154.

jueves, 1 de agosto de 2019

Física o metafísica.


ES O NO ES.


Deepak Chopra comenta: Todo lo que está mal en el mundo se debe a que
la ciencia ha evolucionado sin incluir a la espiritualidad.
Richard Dawkins contesta: El oscurantismo ideal, [es] el verdadero enemigo de la ciencia,
 si viene de la religión o de la voluntad.

Palabras de estos dos personajes en la confrontación que sostuvieron
en el Complejo Cultural Universitario (CCU) de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla (BUAP), en el marco de la sexta edición
de la Ciudad de las Ideas (CDI).
Puebla, Puebla, México, 9 de noviembre de 2013.

Dr. Xavier A. López y de la Peña

             El mundo de las ideas, en términos muy simples,  gira en torno de dos supuestos. Lo que se conoce y lo que se desconoce. Todos nosotros nos manejamos cotidianamente entre ambos extremos. Conocemos el espectro de la luz al descomponerse a su paso por un prisma como demostrara Isaac Newton desde 1666, y que la longitud de onda de la luz roja equivale a unos 645-700 nm en tanto que la violeta corresponde a 44 nm; que la velocidad de la luz en el vacío se desplaza a 299 792 458 m/s1 y sabemos también la posición precisa que diversos aminoácidos guardan en la estructura de la insulina humana, la hormona que interviene en la homeostasis de la glucosa, entre muchas otras cosas.
             Desconocemos sin embargo, qué es la conciencia y dónde radica, o porqué un grupo ordenado y extraordinariamente complejo de macromoléculas se llegan a integrar y se “activan” en lo que conocemos simplemente como “vida”, por mencionar sólo unas pocas incógnitas.
             Un ejemplo sobresaliente para ilustrar este negocio sobre el ordenamiento de lo que conocemos y lo que desconocemos (lo palpable o impalpable, dicho de otra manera) lo tenemos en la historia al recordarnos que, al clasificar los escritos que hiciera Aristóteles para darlos a la publicidad en Roma, Andrónico de Rodas, el filósofo peripatético griego del siglo I a.C, tropezó con la dificultad de asignarles un título acorde con el tema de que trataban algunos de ellos; para no quebrarse más la cabeza, decidió que los títulos que no se referían a la física, a hechos concretos, se integraran en un grupo aparte bajo el nombre de meta ta physika, es decir, “después de la física”2 para incorporarse luego en el término conocido por metafísica. Hoy, la moderna metafísica se acepta como un método, un procedimiento o un conjunto de pensamientos o consideraciones profundos que se realizan acerca de un tema de forma especulativa.
             El quehacer diario de la humanidad en su conjunto sigue rigiéndose, sin embargo, entre certezas e incertidumbres. El vivir es decidir constantemente ante la incertidumbre que da la vida. El ser humano antes que ocuparse de sí mismo se pre-ocupa por sí mismo y para ello debe actuar, debe decidir sobre qué, cuándo y cómo hacer alguna cosa. Al preocuparse por qué hacer, y haciéndolo, se ocupa a su vez en construirse a sí mismo.
             Preparar la tierra para sembrar maíz a partir de mañana -pensaría un campesino- implica, para el que lo desea hacer, tomar las providencias necesarias para ello, esto es, que se pre-ocupe y, al siguiente día, se ocupe en ello. Debe entonces esta persona tomar ciertas decisiones a seguir: proponerse el levantarse temprano al siguiente día, luego vestirse, lavarse, desayunar algo, proveerse de un recipiente con agua para resistir la temperatura elevada que prevé tener para el día siguiente, tener a mano los implementos necesarios para roturar la tierra, y luego caminar hasta llegar a la parcela que se sitúa a 5 km de distancia, etc. En lo referido, la persona tiene la certeza de lo que habrá de hacer al siguiente día, sin embargo, también existe la incertidumbre de si podrá hacerlo, tal vez porque el cielo se ha visto nublado hace unos días y podría llover, también tiene incertidumbre en saber si se logrará la cosecha del maíz que se propone sembrar porque podrían atrasarse o adelantarse las lluvias, ser muy escasas o abundantes, y más.
             La física y la metafísica en sentido amplio, se amalgaman en la vida. Con otras palabras dicho, la certeza y la incertidumbre se reúnen. Lo que se conoce con lo que se desconoce. Lo natural con lo sobrenatural. Lo que puedo con lo que no puedo controlar. Lo que sé con lo que no sé.
             El ser humano vive haciendo su propio camino en un mundo de hechos, creencias, ideas y conceptos, preocupado por su futuro entre la certeza y la incertidumbre. Los animales tienen un destino preconcebido y por tanto no necesitan preocuparse.
             Lo cierto nos da seguridad en tanto que lo incierto atemoriza, sobrecoge en algunos casos extremos y quizá hasta aterroriza. En nuestro hacer cotidiano solemos darles explicaciones a los hechos que desconocemos. Justificamos los hechos o situaciones inciertas de una u otra forma y con ello la angustia se desvanece y recuperamos seguridad, estabilidad, certeza.
             Si desconozco porqué la célula cardíaca se contrae rítmicamente y me refiero, no sólo al conocimiento que pudiera tener de los cambios en los potenciales de membrana que en ella se suscitan, de la estructura molecular de sus elementos constitutivos ni de la compleja termodinámica que ello determina, entonces debo asignar a algo la razón que “explique” porqué la célula cardiaca se contrae y ello podría ser asignado a un fenómeno sobrenatural -metafísico- o justificarlo con un simple “hasta ahora no lo sé, pero es posible que mañana pueda descubrirlo”. Si doy una u otra explicación (válida o no a la luz de la inteligencia o conocimientos de otras personas) a algo que por ahora no sé o desconozco, entonces cede la angustia y me tranquilizo.
             En el campo de la medicina suele suceder algo similar. Hace un largo tiempo tuve la oportunidad de leer un libro titulado Curación Cuántica escrito por el Dr. Deepak Chopra3, médico endocrinólogo de origen indio formado en la medicina occidental y orientado en su quehacer profesional ahora hacia la medicina Ayurvédica, la pseudociencia y la magia, eso sí, con un extraordinario éxito comercial.
             Enfoca de inmediato en su libro el conflicto entre la certeza y la incertidumbre en que el ser humano se desenvuelve al decir que la “base física de la ciencia es muy sólida, “certeza, physica” y, para un médico, sumamente convincente. En cambio, el poder de la mente es harto sospechoso “incertidumbre, metaphysica”.
             El título del libro ya es en sí mismo sugerente: Curación Cuántica. Considero que atrae y, de alguna manera, pretende explicar algo hoy inexplicable aparentemente. Ello lo hace a su vez más interesante comercialmente. La curación, que en este caso representa la certeza de que una enfermedad tenida por una persona, se esfuma y, cómo no sabe cómo, le vino en gana darle el calificativo de cuántica en consonancia con los conceptos del físico alemán  Max Planck (1858-1947) de 1900 al determinar que la radiación se compone de “cuantos”, ondas-partículas cuyo dualismo demostró ulteriormente el físico Compton.  Por radiación cuántica (se refiere a la emisión continua de energía desde la superficie de cualquier cuerpo, esta energía se denomina radiante y es transportada por las ondas electromagnéticas que viajan en el vacío a la velocidad de 3·108 m/s), se refiere al paso de un nivel de funcionamiento a otro superior. El paso o “salto” que se da cuando el enfermo -dice el Dr. Chopra- sabe o intuye que va a curarse, y siente que la fuerza responsable viene de dentro y a la vez no se limita al interior, expandiéndose más allá de sus fronteras personales, hacia la Naturaleza. Es más, un concepto clave en la charlatanería de Chopra es el concepto del Dosha o la "esencia humana del cuerpo cuántico", que al parecer se puede determinar con facilidad mediante la comprobación del pulso del paciente.4

             Este “salto cuántico” que podríamos decir, del cuerpo  (física) a la mente (metafísica) lo reúne también con el término “holístico”,  cuyos requisitos cubre de forma satisfactoria -dice también-, la medicina Ayurvédica.
             El o los efectos de la mente sobre el cuerpo son, de tiempo atrás harto conocidos. Se sabe que una persona con mente sana tiene por lo general un cuerpo sano. Que una actitud positiva, de superación ante la adversidad o una enfermedad le hace sobrellevarla de mejor forma e incluso superarla. El organismo responde afirmativa o negativamente a nivel inmunológico ante el estrés. El encéfalo, bajo determinadas circunstancias, puede liberar  “endorfinas” capaces de controlar el dolor, etc.
             No es la medicina ayurvédica, china, alopática u homeopática la que cura por sí misma. Es la certidumbre, en síntesis, que la persona cree poseer que tal o cual orientación terapéutica restablecerán el equilibrio entre el cuerpo y la mente para que el sistema inmunológico -entre otros- reaccione favorablemente. A este nivel, las células que conforman el sistema inmunológico no repararán en saber si el médico cree o no en la medicina tradicional o las otras referidas.
             En la medicina, como en todos los campos del conocimiento humano no hay nada sobrenatural o metafísico. Quizá no comprendamos ahora todos sus secretos pero a la larga, sus misterios serán revelados.             Mientras tengamos alguna incógnita sobre la naturaleza o el universo, seguiremos subsanándola con la explicación que nuestras ideas, creencias, hechos, cultura y conceptos generen. La incertidumbre entonces se trocará en “nuestra certeza” y esta sólo será cien por ciento válida a partir de la física.
             Aún en mecánica cuántica, la relación de indeterminación de Weiner Heisenberg o “principio de incertidumbre” (1927) donde se afirma la imposibilidad de reducir el error en la posición sin incrementar el error en el momento, y que ha sido leído  a menudo como que el conocimiento científico está a merced de los caprichos imprevisibles de un Universo donde el efecto no sigue necesariamente a la causa, viene a recordarnos que el Universo es más complejo de lo supuesto, como ha señalado Isaac Asimov.5

             Materia y energía6 integradas en la naturaleza de manera organizada, se presentan acumulando energía en forma ascendente y jerarquizada. Cuerpo y mente conforman una unidad de naturaleza física  tratando de comprenderse a sí misma. Somos, como dijera Carl Sagan, polvo de estrellas.


1  Asimov I. Introducción a la ciencia. Plaza y Janés, Editores. S.A. Barcelona (España) 3a. Ed. 1979 p. 316.
2  Martí Ibañez F. El hombre que miraba las estrellas. MD en Español, febrero de 1967 p. 11.
3  Chopra D. Curación cuántica. Editorial Plaza y Janés, S.A. Barcelona (España),  2a. Ed. 1991.
4 . Wiki Pseudociencia. Deepak Chopra. Consultado en internet en: https://pseudociencia.fandom.com/es/wiki/Deepak_Chopra
5  Asimov. Ob Cit. P. 349-350.
6  Césarman E. Hombre y Entropía. Editorial Pax-México, S.A.  1974 p. 28-9

lunes, 1 de julio de 2019

Fobia Social o Cenoniofobia.


Cenoniofobia

Galileo Galilei dijo: No se le puede enseñar nada a nadie,
sólo se le puede ayudar a que lo encuentre dentro de sí.

Y Anthony de Mello expresó que: Cuando trato de cambiar
lo que hay en mí de desagradable luchando contra ello,
lo único que consigo es ocultarlo.
Si lo acepto, saldrá a la superficie y se evaporará.
Si intento resistirme a ello, seguirá perviviendo obstinadamente.



Dr. Xavier A. López y de la Peña.


             En el camino de nuestra vida habremos de enfrentarnos a diversas situaciones que nos gustan o disgustan, esto es entre otras muchas, a variadas filias o fobias. Ello creará un modelo personal de conducta para con los otros, será una manera de definir nuestro yo con nuestro entorno a la manera en que el filósofo español José Ortega y Gasset lo expusiera.1
             En este caso nos referiremos específicamente a las fobias, es decir, a las situaciones que nos producen diversos grados de temor, miedo, o miedo extremo (pánico).
             Las fobias ocupan un muy amplio espectro y por tanto su nomenclatura es extensa.            

  Mencionamos a algunos personajes que se han hecho notables en algún campo y que también tienen sus fobias, como por ejemplo: Alfred Hitchcock le tenía miedo a los huevos; Walt Disney a los ratones; Federico Chopin tenía miedo a los espacios abiertos o agarofobia; Alejandro Magno sufría fobia a los gatos o ailurofobia; Steven Spielberg fobia a las arañas y a las alturas o acrofobia; Uma Thurman fobia a los espacios reducidos o claustrofobia; Erasmo de Rotterdam tenía fobia al olor del pescado; Johnny Depp le teme a los payasos o coulrofobia,2 igual que Daniel Radcliffe y Robert Pattinson; Cristina Ricci fobia a las plantas o botanofobia; Wynona Ryder terror al agua o hidrofobia; Penélope Cruz pánico a volar o aerofobia; Tobey Maguire, horror a las alturas o acrofobia; Salma Hayek fobia a las serpientes u ofidiofobia; Brad Pitt fobia a los tiburones o selacofobia; Alejandro Fernández temor y asco a las cucarachas o entomofobia; Rihanna, miedo a los peces o ictiofobia; Jennifer López fobia a contaminarse o misofobia; David Beckham fobia al desorden o ataxofobia; Nicole Kidman fobia a las mariposas o papiliofobia y, finalmente Pamela Anderson fobia a los espejos o eisoptrofobia.3
             Esta pequeña muestra nos dice que, de una u otra manera, todos tenemos alguna fobia a algo, en mayor o menor grado pero la tenemos y ello generalmente no nos llega a afectar o a complicar la vida en relación con nuestros congéneres. Sin embargo existe una fobia que sí puede llegar a hacerlo, esta es la fobia social o cenoniofobia (de las voces griegas cenonion =comunidad y phobos=miedo, temor, pánico).

             La Fobia Social, está catalogada dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, 2014, como trastorno de Ansiedad Social y es definida como el miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales como mantener una conversación, reunirse con personas extrañas, ser observado comiendo o bebiendo y actuar delante de otras personas como dar una conferencia.
             El individuo tiene miedo de mostrar ante otros su ansiedad y de que por ello lo humillen o avergüencen; que se ocasione rechazo hacía sí o de que pueda ofender a otras personas. El  socializar le provoca miedo o ansiedad.
             El miedo o la ansiedad suelen ser desproporcionados ante la supuesta amenaza prevista por cierta situación social y su contexto, y se causa una molestia clínicamente determinable ya en los ámbitos familiares, sociales o laborales.
             Estas molestias no son atribuibles a algún fármaco o droga ni a una determinada enfermedad concreta como el trastorno dismórfico corporal (un desajuste mental en el que no se puede dejar de considerar algún defecto percibido en tu apariencia, que para otros es menor o imperceptible), y que por ello se eviten los contactos o relaciones sociales.4
             Este miedo y ansiedad disminuyen crecientemente (como una bola de nieve) la autoestima del fóbico social si no recibe tratamiento. Se aísla y afecta tanto su vida familiar como social y laboral; además, prepara el terreno para la depresión que, en muchos casos, suele paliarse con el abuso del alcohol o drogas.
             El alterado comportamiento personal hacen que el fóbico social rehúya ciertas prácticas habituales como asistir a la peluquería, comprarse ropa o zapatos, ir al supermercado, visitar tiendas, acudir a eventos familiares como cumpleaños, fiestas, ceremonias, salas de cine o teatros; es alérgico a la burocracia, etc., etc. Así mismo su productividad laboral suele verse mermada.5

Posibles orígenes  socio-culturales de la Fobia Social:

          Malos ejemplos de comportamientos sociales ya en padres, familiares u otros adultos cercanos que no le brindaron una manera razonable y eficaz de relacionarse socialmente.
          Por situaciones traumáticas o desagradables ocurridas en la vida o por aprender ciertas creencias disfuncionales como: nadie puede amarme; soy gordo, flaco, o gordo; tienes que hacerlo todo perfectamente; deben aprobarte porque si no, no vales nada, etc.6

Relacionado con alteración en neurotransmisores: la oxitocina.

             Se ha demostrado que las relaciones sociales entre los seres humanos dependen críticamente de nuestras experiencias afectivas con los demás y que la oxitocina mejora el comportamiento pro-social, pero no se conoce su efecto en la experiencia afectiva con los demás por parte de los humanos.
             En un estudio con personas, se probó si la oxitocina influye en las calificaciones afectivas y en la actividad cerebral subyacente al ver las imágenes de rostros que han sido condicionadas de manera adversa. Empleando un condicionamiento estándar, los autores indujeron calificaciones afectivas negativas diferenciales en caras expuestas a un condicionamiento aversivo en comparación con la manipulación sin condicionamiento.
             Este efecto evaluativo negativo diferencial fue abolido por el tratamiento con oxitocina, observando un efecto asociado con una atenuación de la actividad en la corteza anterior medial temporal y cingulada anterior. En la amígdala y el giro fusiforme, esta modulación fue más fuerte para los rostros con mirada directa, en relación con la mirada desviada, lo que concuerda con una especificidad relativa para señales socialmente relevantes.
             Finalmente, los datos sugieren que la oxitocina modula la expresión del condicionamiento evaluativo para caras socialmente relevantes a través de influencias en la amígdala y el giro fusiforme, un efecto que puede explicar sus efectos pro-sociales.7

Causa genética: Serotonina.

             Se ha descubierto que el gen llamado SLC6A4 que está implicado en el transporte de la serotonina, está relacionado con los pacientes afectados por el trastorno conocido como Fobia Social. El neurotransmisor serotonina regula varias funciones, entre ellas, el humor, el apetito y el sueño. Reprime también los sentimientos de miedo y depresión. Aunque ya se sospechaba que la serotonina podía estar implicada en la fobia social, hasta ahora no se había obtenido esta evidencia concluyente.8

Imagen del Fóbico Social:

             La psicóloga Ana Isabel Zuazu señala que el fóbico social es un narcisista que no se atreve a serlo. Una persona ansiosa que teme a ser ella misma y que se preocupa por asumir un control inteligente de los asuntos que le horrorizan, mismos que podrían afectarle en su dignidad y su capacidad de control. Por ello también suele ser un inseguro y reprimido.

              El fóbico reprime de su consciencia afectos, emociones e instintos inaceptables, e intenta abolirlos con tal rigidez que quedan cautivos en el inconsciente, pero con tal fuerza perturbadora que parecen una olla a presión a punto de estallar.
             Por ello, el control de sus deseos negados pugnan por salir con conductas que teme sean repudiadas, particularmente por figuras de autoridad, dando paso a la angustia y a respuestas incontroladas y explosivas.
            
          El fóbico se agobia con sus propias posibilidades, se retrae y refugia en su propio mundo, se ensimisma.
          Su corazón se acelera, tiembla, suda y se le seca la boca ante el escrutino público. Su autoestima es baja. Odia a los “otros” que le hacen ver (directa o indirectamente) que su vida aún es una incógnita.
          Se inhibe para negarse a algo o de protestar si se considera víctima de alguna cuestión. Es resignado, tímido e inseguro ante los retos que la vida social y laboral exigen, por lo que rehúye responsabilidades y compromisos del mundo exterior al que considera complejo.
          Temiendo la crítica, desaprobación o ridículo, su talante demuestra una ansiedad y temor irracional ante un posible adversario. Resignado con lo habitual transita lo consuetudinario, lo previsto.9

Una mirada al tratamiento:

             Hay diversos tratamientos que incluyen generalmente terapias psicológicas y ocasionalmente fármacos ansiolíticos o antidepresivos.
             En la “terapia de exposición”, con la decisión personal o, si el caso lo amerita, con la ayuda de un  terapeuta (psicólogo o psiquiatra), el paciente se va enfrentando paulatinamente con la situación que provoca sus síntomas fóbicos para que pueda irlos conscientemente controlando.
             Otra manera consiste es la recreación imaginaria en el paciente de las situaciones fóbicas hasta el límite del control de su ansiedad y repitiéndolo nuevamente hasta que tolere por tiempos más largos dicha exposición.
             Sea como sea, el paciente adulto con fobia social o cenoniofobia que consciente de su problema y del trastorno que el mismo le ocasiona en su vida ya social como laboral y/o familiar, requiera someterse a alguna forma de tratamiento, debería hacerlo (si no puede hacerlo por sí mismo), con la ayuda de un profesional.



1 . José Ortega y Gasset. Meditaciones del Quijote. Meditación primera. Publicaciones de la residencia de estudiantes. Madrid, España. 1914, pp. 43-44.
2 . Julieta Sanguino. Personajes famosos y sus fobias. 5 de julio, 2015. En Estilos de vida: https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/personajes-famosos-y-sus-fobias
3 . Roxana Navarro. Las fobias más extrañas de los famosos. 15 de agosto 2011. En: https://holadoctor.com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/las-fobias-m%C3%A1s-extra%C3%B1as-de-los-famosos
4 . Clínica de ansiedad. Consultado en internet el 25 de junio de 2019 en: https://clinicadeansiedad.com/problemas/fobia-social/sintomas-de-la-fobia-social-criterios-diagnosticos-segun-las-clasificaciones-internacionales/
5 . Wittchen HU, Stein MB, Kessler RC. Social fears and social phobia in a community sample of adolescents and young adults: prevalence, risk factors and co-morbidity. Psychol Med. 1999;29(2):309-23.
6 . Vanessa Abrines Bendayán. Aspectos de la Fobia Social. En: http://www.psicoterapeutas.com/paginaspersonales/Vanessa/Fobia_social.html
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8 . Forstner AJ, Rambau S, Friedrich N, Ludwig KU, Böhmer AC, Mangold E, Maaser A, Hess T, Kleiman A, Bittner A, Nöthen MM, Becker J, Geiser F, Schumacher J, Conrad R. Further evidence for genetic variation at the serotonin transporter gene SLC6A4 contributing toward anxiety. Psychiatr Genet. 2017;27(3):96-102.
9 . Ana Isabel Zuazu. Las crisis existenciales del nuevo siglo. Retrato de un fóbico social. 27 de marzo de 2007. En Asociación AMTAES: https://ansiedad-social.com/2007/03/27/retrato-de-un-fobico-social/