viernes, 13 de septiembre de 2013

Algo sobre Sectas

SECTAS, SALUD Y FE.
© DR. Xavier A. López y de la Peña
Diez y ocho anillos conforman la verdad reveló un loco, truhán, iluminado o místico. ¿Cuántos de ellos serán mentiras?, ¿Quién decide?, ¿Quién sabrá?, ¿Cuánto daño causará?, ¿Quién lo controlará?
La fe, suele decirse, mueve montañas es el aserto inicial. Ciertas personas con dotes y un carisma particular han tenido la facultad de crear ideologías capaces de impactar en lo más profundo el intelecto de sus semejantes ávidos, consecuentemente, de obtener dichos satisfactores que pueden ser: explicación, consuelo, reconocimiento, trascendencia, recompensa, perdón, salvación, inmortalidad y muchas otras. Estas ideologías se conforman hoy como religiones y, derivadas de ellas ciertas sectas, aunque este calificativo no suele ser bien recibido por sus integrantes, ya que consideran como más adecuado el llamárseles Iglesias (esto es, congregación de fieles que profesan una religión). Así, una secta se refiere a un grupo de personas que en reunión profesan alguna forma de religión escindida de otra. De hecho, el vocablo secta deriva del latín sectura que significa cortadura, incisión y suele aplicarse a un grupo de individuos que, profesando un culto religioso principal, se apartaron posteriormente de él pero conservando algunos nexos importantes. ¿Porqué se separan ciertas personas de su tronco religioso inicial? Seguramente es porque no les satisface, porque no es capaz aquél de completar las aspiraciones personales o porque se entra en conflicto con ella por mil y una circunstancias. Se convierten en verdaderos apóstatas que entretejen sus particulares concepciones, interpretaciones y formas de actuar a partir de su religión original, ya de manera profundamente convencida de sus bondades en ocasiones rayanas en lo místico o de forma mezquina para hacerse de poder y dinero, elemento siempre cercano y contaminante, en mayor o menor grado, de todas las religiones en el mundo.
Las religiones y las sectas giran en torno de la relación interpretativa entre el ser humano y la idea de Dios, siendo puntos particularmente sensibles los referentes a su origen y destino, la vida en suma aún antes de iniciarse o ya después de extinguirse.
El russelismo creado por Charles Taze Russell en 1874 y que cambió de nombre al de Testigos de Jehová en 1931 es un ejemplo de ello. Particularmente ha sido controversial en ciertos sectores de la sociedad su resistencia a la aceptación de sangre (elemento vital por excelencia) por vía transfusional dado que se sigue de forma literal la orden de Jehová dada al patriarca Noé de no comer la carne con su alma. Esta práctica judía tan antigua sigue siendo válida aún para los propios judíos al seguir el ritual kosher de comer sólo la carne que previamente ha sido privada de su sangre, tradición que sin embargo no se siguió posteriormente en el catolicismo como corriente derivada del judeo-cristianismo. La Biblia ha sido fuente en la que abrevaron otros ideólogos que le interpretaron de diversa forma también. El estadounidense y predicador laico metodista, William Miller (1782-1849) predijo, en base a sus estudios sobre el Antiguo Testamento, que el mundo se acabaría el día 22 de octubre de 1844 y como ésta, y otras predicciones no se cumplieron, los seguidores del Sr. Miller parecieron desencantarse hasta que llegó la recia y enorme figura de la cristiana, también estadounidense, Ellen Gould Harmon de White (1827-1915), quien afirmaba haberse comunicado directamente con Dios a través de un ángel y que le había explicado que no se trataba en realidad del fin del mundo como había predicho el Sr. Miller, sino del inicio del periodo del fin del mundo, conocido como el periodo de la Gran Encuesta de la que sólo al final se habrían de salvar únicamente sus conversos. Los milleristas impulsados fuertemente por las ideas nuevas de la Sra. Harmon que, en nueve volúmenes escribió las Revelaciones celestiales que se sucedieron en las Tablas de la Ley Adventista y que se conformaron en torno a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, también tienen la prohibición de aceptar las transfusiones de sangre, además de las de comer carne de cerdo, beber café o té. Imponen ellos el diezmo como aportación de cada uno de sus miembros a la congregación y profetizan la lucha que habrá de librarse contra ellos por parte de los católicos cuando se llegue el fin del mundo . Llegado el momento los adeptos a su Iglesia habrán de ser auxiliados por ángeles tras los cuales vendrá Jesucristo montado a caballo. Resucitarán entonces los Justos y serán llevados a la Gloria en carruajes alados. De extraordinaria y sobresaliente fuerza también, es la historia de la Sra. Mary Baker nacida en una granja de Bow, New Hampshire. E.U.A. el 16 de julio de 1821 y fundadora de la Ciencia Cristiana, ideología religiosa o «secta» que enfatiza la curación de los pacientes como un elemento esencial para la salvación de la humanidad en su conjunto. Dicha curación por mediación de la Ciencia Cristiana se aparta sensiblemente de la curación por la fe a secas, los métodos sugestivos o incluso de la psicoterapia ya que no se trata de tener una fe ciega, sino guiada siempre por la comprensión de Dios como verdad y amor infinitos que conducen a la mente humana hacia él. La Sra. Baker (la lisiada histérica calificada así por el neurólogo y psiquiatra español, Gonzalo R. Lafora) que evidenciaba desde la infancia una naturaleza enfermiza, poseía así mismo un temperamento muy fuerte capaz de dominar a los demás y de lograr todo lo que se proponía con una tenacidad admirable. Su carácter catalogado como neurótico fue moldeado en un ambiente familiar de rígidas creencias calvinistas de las que se apartó no sin fuertes sinsabores de adolescente contestataria y crítica. Padeció severas y frecuentes crisis religiosas-físicas que le llevaban a la cama por períodos prolongados que aprovechaba para profundizar en lecturas religiosas e iniciarse en la práctica de ciertos sistemas terapéuticos como la homeopatía y el espiritualismo. Luego de dos matrimonios tormentosos y llenos de sinsabores y problemas trabó amistad con el Sr. Phineas Parkhurst Quimby, relojero y maestro espiritual que gustaba de realizar curaciones por medio de la fe y quien, al morir, le dejó como herencia un manuscrito que guardaba celosamente. La Sra. Baker aderezó el voluminoso manuscrito con innumerables citas interpretativas de textos bíblicos hasta darle forma final a su obra Ciencia y salud con la llave de las Escrituras que vio la luz pública en 1875 con un éxito asombroso. Para la medicina alopática oficial, la Ciencia Cristiana representa un comprensible reto porque su modelo de enfermedad o alteración se sustenta en la premisa de que ésta es algo irreal o ilusorio . Están convencidos de que el enfermar es sólo el producto de un raciocinio equívoco; que todo se debe a un desatino consciente o inconsciente y que la única forma de resolverlo radica en conocer cuál fue el origen de la idea perturbadora y contrarrestarla mentalmente negándola con apoyo de las palabras de Dios: «... Yo soy la resurrección y la vida; el que creyere en mí aunque estuviera muerto, vivirá; y el que viva y creyere en mí nunca morirá.», «Busca primero el reino de Dios y su rectitud y todas las demás cosas te serán dadas.» La Ciencia Cristiana escinde también al ser humano en mente y cuerpo privilegiando a la oración y la fe para oponerse a la enfermedad, el mal, que no puede tener por lógica un origen divino. Los Practicantes de la Ciencia Cristiana de forma general y amplia son informados previamente de que los “casos” que habrán de tratar serán, en una gran mayoría, difíciles e infructuosos a pesar de la oración. Posiblemente el fracaso se deba a que el sufriente no encuentra la guía divina en la que debe depositar toda su fe. No se trata de una autocuración, si ésta llega, por medios individuales sino por la influencia directa y orientada por Dios. Se estimula entonces de forma reiterada al sufriente a que asuma una actitud férrea frente a sus problemas luchando con amor, comprensión, paciencia y oración. Cada domingo por la mañana llegan a la Iglesia central de Boston, en E.U.A., como en otros lugares en el mundo, las personas previamente aceptadas por ella, leen versículos de la Biblia y partes seleccionadas de la obra de la Sra. Mary Baker-Eddy (la “papisa de Boston” como se le llegó a conocer), cantan a coro y con vehemencia algunos himnos y terminan intercambiando testimonios varios sobre la cura, por medio de su religión, de sus múltiples alifafes.
Aquí en nuestro país operan oficialmente 285 sectas y miles más de forma extraoficial. Muchas de ellas corresponden a la clasificación de "sectas destructivas" en la que las personas que lo integran siguen un movimiento religioso o ideológico en el que se ejerce el control mental y cuyas consecuencias pueden ser peligrosas tanto para sus propios miembros como para el resto de la sociedad y rayar en la violencia con enfoque suicida, homicida o genocida, enmascaradas bajo la fachada de asociación cultural, deportiva, política, religiosa o de atención a problemas de salud, entre otras, donde persuaden coercitivamente a sus miembros mediante la seducción, la impronta de ideas apocalípticas y mesiánicas sobre las que impere la salvación o la curación, al tiempo que se allegan de jugosos recursos económicos para perpetuar e incrementar el nivel de su influencia, poder y control de la persona y su entorno. Estas sectas en algunos países han sido catalogadas como destructivas o peligrosas y por lo mismo prohibidas, por lo que a menudo actúan en la clandestinidad.
Recuérdese la denunciada Secta Neo Nazi que infiltró al gobierno federal del PAN en México (Jacobo Zabludovsky. El Universal, 21 de enero de 2013). ¿Qué sabe usted acerca de las siguientes sectas: La Nueva Jerisalén, Narcosatánicos, La Santa Muerte, Misiones de Shaddai, Iglesia Cristiana Restaurada, Iglesia de la Luz del Mundo, Cienciología o Defensores de Cristo? Contra el avance creciente de éstos movimientos sectarios, como ha ocurrido en Francia por ejemplo, se emitió la Ley About-Picard del 12 de junio de 2001 para fortalecer la prevención y represión de los movimientos sectarios que afectan a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Dicha ley refiere que puede ser impuesta, conforme a lo dispuesto en el su artículo inicial, la disolución de toda persona moral, independientemente de la forma jurídica de su objetivo legal, que lleve a cabo actividades con el propósito o el efecto de crear, mantener o explotar el sometimiento psicológico o físico de las personas que participan en dichas actividades, cuando éstas se realizaren en contra de la corporación, de ellos mismos o de sus dirigentes, de derecho o de facto, con condenas penales firmes por una u otra de las infracciones que en seguida enumeran.
Podríamos preguntarnos entonces, ¿cuándo se establecerá en México una Ley contra daños ocasionados por Religiones o Sectas?

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