jueves, 1 de mayo de 2025

Ideas sobre el libro.

 

IDEAS SOBRE EL LIBRO.

Lee y conducirás,
no leas y serás conducido.

 
Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada
«Santa Teresa de Jesús» (canonizada en 1622)
 

Dr. Xavier A. López y de la Peña

            Haré referencia a un objeto producido por aquel organismo que pertenece al super reino Eukariota, reino Animalia, filo Chordata, clase Mammalia, orden Primates, Familia Hominidae, tribu Hominini, género Homo y especie Homo sapiens sapiens.1 Esto es importante aclararlo porque ningún chango, león, cacatúa, salmón, chinche, bacteria, virus u otro cualquier ser “vivo”, hasta ahora, ha producido el objeto en cuestión: un libro. Luego entonces sólo el ser humano lo ha hecho.
            El libro es un producto cultural del ser humano. Lo conforma con su lenguaje improntado en símbolos sobre diversos materiales: piedra, hueso, madera, arcilla, algodón, seda y otros, que dan cuenta de determinado conocimiento2 entendido como hechos, o datos de información adquiridos por una o más personas a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad.
            El libro, como una manifestación cultural le da al ser humano la capacidad de reflexionar sobre sí mismo identificándolo como un ser precisamente humano, racional, crítico y éticamente comprometido. Al través del libro el ser humano discierne valores y realiza opciones, se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, cuestiona sus propias realizaciones, se mantiene a la búsqueda de nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden.3
            El libro es el eje y pivote que le provee a la cultura toda la información y habilidades que posee el ser humano. El libro está conformado por muchos memes, esto es, en las teorías de la difusión cultural, la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro, o de una mente a otra, o de una generación a la siguiente. Estos memes (neologismo acuñado por Richard Dawkins en su obra “El gen egoísta”)4 también se replican.
Por analogía con la agrupación genética en los cromosomas, se considera que los memes también se agrupan en dimensiones culturales, incrementables con nuevas adquisiciones culturales. La gran diferencia es que, mientras los cromosomas son unidades naturales independientes de nuestras acciones, las dimensiones culturales son nuestras construcciones. De hecho, el ser humano añade a su propia “naturaleza”, una exponencialmente creciente “culturaleza” (palabra que fusiona los vocablos cultura y naturaleza para referirse a una forma "naturalizada" de comportarse mediada por construcciones culturales que operan como un conjunto de hábitos, respuestas y formas de pensar que una persona adopta tan profundamente por su cultura que llegan a parecerle naturales o innatas que le crean así, una "segunda naturaleza" formada por normas, valores, costumbres, que guían su comportamiento sin necesidad de reflexión consciente).
La cultura entonces, no es tanto un conjunto de formas conductuales, sino más bien información que las especifica.
            El término meme, considero importante señalar, deriva del griego mnemosime “memoria”, personificada por Mnemosina, diosa Titánide, hija de Gea y Urano, y la madre de las Musas con Zeus, en la mitología griega. Hermosa alegoría esta de la memoria, como hija de la tierra y el cielo, y madre de la inspiración y la fuerza o el poder.5
            Pues bien, el libro es el desiderátum de la cultura.
            Pero ¿Por qué se escribe?
            El escritor y periodista británico Georges Orwell6 (pseudónimo de Erick Arthur Blair) refiere que:

·         Quizá por egoísmo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta.

·         Por entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte, en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.

·         Por impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.

·         Por propósito político, entendiendo lo "político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.

            Todo lo anterior está bien, más yo creo que el que escribe un libro es porque ha terminado de pensar -espero que creativamente, y le parece importante o valioso expresarlo y darlo a la luz pública.
Escribir un libro requiere, previa a la intención, tener una idea, y si es buena insisto, mucho mejor.
            También se necesita constancia, algo de tiempo, trabajo, orden e información y de conocimiento previo pertinente del asunto a tratar y una autocrítica limitada, con esto quiero decir, que después de 30, 110 o más lecturas de lo escrito con correcciones, adiciones, supresiones y hasta hartazgo, se decida ponerle punto final al libro y no agregarle una palabra, nota, imagen o idea nueva, aunque tal vez quedara mucha tinta en el tintero.
            Al escribir un libro, las palabras hiladas que construyen su camino deben ser propias, y solicitar, obtener licencia y dar los créditos correspondientes en su caso, de los textos, gráficos, tablas, fotografías u otros elementos de autoría ajena que se incluyan en el texto.
            Escribir un libro también puede atormentar. Las ideas se disipan rápidamente si no se tiene un lápiz a la mano, tampoco quiere hacerse un “refrito” de más de lo mismo, quiere uno ser original, creativo, propositivo y constructivo. Sin embargo, las ideas no llegan, las palabras se atropellan, pasa el tiempo y no acabamos el libro. Cuando el libro se hace en conjunto con otro u otros autores el problema se multiplica a veces de manera alarmante.
            La segunda pregunta que un escritor debiera hacerse es ¿Qué diferencias, ventajas y aportaciones ofrece mi libro, comparado con otras obras similares, si las hubiere?
            ¿Qué título? ¿Cuántos capítulos? ¿Qué extensión? ¿A qué público está dirigido? y otras, tienen la mayor importancia en concordancia con el fin propuesto.
            Ya terminado o en su curso, el autor quisiera tener opiniones de sus pares, preferentemente, y debe uno aceptar que estas no siempre sean buenas y con ellas, si es posible, mejorar su trabajo.
            Después viene lo más problemático para un autor novel, sin padrino, “sin historial,” sin apellidos García Márquez o Vargas Llosa, entre otros: la búsqueda de un posible editor. Un paso importante previo es haber hecho el registro de la obra en la oficina del Derecho de Autor.
            De acuerdo a la naturaleza del libro el autor selecciona una, dos o más posibles casas editoriales que pudieran interesarse en él. Para tal efecto, el libro debe presentarse con ellas de la mejor manera posible y… esperar sentados o abrir el bolsillo y editarlo por cuenta propia.
            Las respuestas del editor en su caso y si es que le contestan o cuando menos le envían un “acuse de recibo” de su obra, suelen ser:
            “Agradecemos cumplidamente la confianza depositada en nuestra casa editora al enviarnos a consideración su libro tal… Sin embargo, nuestro programa editorial está actualmente cubierto y por tanto no estamos en condiciones de aceptar su meritorio trabajo.”
            “El gran problema por el que atraviesa actualmente la industria editorial en el país, nos limita importantemente en la adquisición de nuevos compromisos editoriales.”
            “El libro me parece estupendo, pero su edición ya no representa un negocio para nosotros, le sugerimos proponérselo a una empresa farmacéutica (si se trata de un libro médico) para que ella lo compre, y nosotros haríamos con ellos la edición.”
            Otro editor al fin, y si es que lo logra, le contestará que sí acepta su trabajo y le cita para acordar los pormenores de su edición.
            Hablaré ahora de la importancia, concretamente, de publicar un libro de medicina.7
            La principal característica de un libro de medicina frente a los generales es el tema, seguido de su terminología particular. Su especialidad se define por la temática. Tiene como objetivo y fin informar con precisión, claridad y economía a un receptor que está supuestamente al mismo nivel de comunicación que el emisor y que por lo tanto no tendrá problemas a la hora de decodificar el mensaje. Debe estar escrito con claridad, esto es, con oraciones bien construidas, ordenadas y sin sobreentendidos; con sencillez sintáctica.
Procurará ser preciso, evitando terminología ambigua y subjetiva.
Deberá tener verificabilidad, es decir, veracidad de los enunciados comprobables tanto ya por leyes científicas como de hipótesis y estar, enfáticamente actualizado.
Otra característica deberá ser la universalidad: Posibilidad de que en cualquier parte del mundo la obra pueda ser entendida por cualquier miembro del grupo al que va dirigida.
Y, por último, pero no por ello menos importante, deberá contar con objetividad, dando primacía a los hechos y datos sobre las opiniones y valoraciones subjetivas del autor.
 
Actualmente los avances tecnológicos e informáticos permiten la elaboración de libros en formato electrónico. Tiene sus ventajas, pero yo prefiero el libro impreso en papel y creo que sobrevivirá por mucho tiempo más.
Los libros son uno de los interfaces (En informática, el vocablo interfaz se refiere a la dinámica física y lógica de interconexión entre dos aparatos o sistemas independientes, o bien entre un sistema informático y su usuario humano) más estables que la humanidad haya desarrollado, cápsulas de sentido que circulan a través del tiempo y el espacio, propiciando la comunicación entre seres humanos, generando comunidades de intereses y de saber.8
Para terminar, es oportuno recodar las siguientes frases:
 
Un libro abierto es un cerebro que habla;
Cerrado un amigo que espera;
Olvidado, un alma que perdona;
Destruido, un corazón que llora.
 
La capa de polvo de cubre a un libro en una biblioteca pública,
es directamente proporcional a la cultura de la población en la que éste se ubica.
 
Es probable que el organismo de los nuevos nativos digitales
cree otras redes neuronales que les permitan preferir lo electrónico
al papel, pero mientras tanto, hoy el resto de la población
sigue prefiriendo el contacto con las históricas hojas.


1 Homo sapiens. http://es.wikipedia.org/wiki/Homo_sapiens
2 Conocimiento. http://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento
3 http://aulasvirtuales.wordpress.com/category/fundamentos-socioculturales/
4 Richard Dawkins. El gen egoísta. http://es.wikipedia.org/wiki/El_gen_ego%C3%ADsta
5 Mnemosine diosa de la memoria. http://www.fotolog.com/mastershaka/96206213
6 Georges Orwell ¿Porqué escribo? http://www.1001libros.com/george-orwell-%C2%BFpor-que-escribo/
7 Características textos científicos. http://www.mitecnologico.com/Main/CaracteristicasTextosCientificos
8 De Joaquín Rodríguez en El libro 2010. http://www.madrimasd.org/blogs/futurosdellibro/2007/03/29/62547:


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