IDEAS SOBRE EL
LIBRO.
Lee
y conducirás,
no
leas y serás conducido.
Teresa
Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada
«Santa
Teresa de Jesús» (canonizada en 1622)
Dr.
Xavier A. López y de la Peña
Haré referencia a un objeto
producido por aquel organismo que pertenece al super reino Eukariota,
reino Animalia, filo Chordata, clase Mammalia, orden Primates,
Familia Hominidae, tribu Hominini, género Homo y especie Homo
sapiens sapiens.1 Esto
es importante aclararlo porque ningún chango, león, cacatúa, salmón, chinche,
bacteria, virus u otro cualquier ser “vivo”, hasta ahora, ha producido el
objeto en cuestión: un libro. Luego entonces sólo el ser humano lo ha hecho.
El libro es un producto cultural del
ser humano. Lo conforma con su lenguaje improntado en símbolos sobre diversos
materiales: piedra, hueso, madera, arcilla, algodón, seda y otros, que dan
cuenta de determinado conocimiento2
entendido como hechos, o datos de información adquiridos por una o más personas
a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de
un tema u objeto de la realidad.
El libro, como una manifestación
cultural le da al ser humano la capacidad de reflexionar sobre sí mismo
identificándolo como un ser precisamente humano, racional, crítico y éticamente
comprometido. Al través del libro el ser humano discierne valores y realiza
opciones, se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto
inacabado, cuestiona sus propias realizaciones, se mantiene a la búsqueda de
nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden.3
El libro es el eje y pivote que le
provee a la cultura toda la información y habilidades que posee el ser humano.
El libro está conformado por muchos memes,
esto es, en las teorías de la difusión cultural, la unidad teórica de información cultural transmisible de
un individuo a otro, o de una mente a otra, o de una generación a la siguiente.
Estos memes (neologismo acuñado por Richard
Dawkins en su obra “El gen egoísta”)4
también se replican.
Por analogía con la
agrupación genética en los cromosomas, se considera que los memes también se agrupan en
dimensiones culturales, incrementables con nuevas adquisiciones culturales. La gran diferencia es que, mientras los cromosomas son
unidades naturales independientes de nuestras acciones, las dimensiones
culturales son nuestras construcciones. De hecho, el ser humano añade a su
propia “naturaleza”, una exponencialmente creciente “culturaleza” (palabra que
fusiona los vocablos cultura y naturaleza para referirse a una forma
"naturalizada" de comportarse mediada por construcciones culturales
que operan como un conjunto de hábitos, respuestas y formas de pensar que una
persona adopta tan profundamente por su cultura que llegan a parecerle
naturales o innatas que le crean así, una "segunda naturaleza"
formada por normas, valores, costumbres, que guían su comportamiento sin
necesidad de reflexión consciente).
La cultura entonces, no
es tanto un conjunto de formas conductuales, sino más bien información que las
especifica.
El término meme, considero importante señalar, deriva del griego mnemosime “memoria”, personificada por
Mnemosina, diosa Titánide, hija
de Gea y Urano, y la
madre de las Musas con Zeus, en la mitología griega.
Hermosa alegoría esta de la memoria, como hija de la tierra y el cielo, y madre
de la inspiración y la fuerza o el poder.5
Pues
bien, el libro es el desiderátum de la cultura.
Pero
¿Por qué se escribe?
El escritor y periodista británico
Georges Orwell6
(pseudónimo de Erick Arthur Blair) refiere que:
·
Quizá por egoísmo. Deseo de parecer listo,
de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, etc. Es una
falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores
comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos,
abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de
la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta.
·
Por entusiasmo estético. Percepción de la
belleza en el mundo externo o, por otra parte, en las palabras y su acertada
combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la
buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia
que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil
en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de
texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no
utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de
los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de
ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.
·
Por impulso histórico. Deseo de ver las
cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la
posteridad.
·
Por propósito político, entendiendo lo
"político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al
mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la
clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún
libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener
nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.
Todo lo anterior está bien, más yo
creo que el que escribe un libro es porque ha terminado de pensar -espero que
creativamente, y le parece importante o valioso expresarlo y darlo a la luz pública.
Escribir un libro requiere, previa a la intención,
tener una idea, y si es buena insisto, mucho mejor.
También se necesita constancia, algo
de tiempo, trabajo, orden e información y de conocimiento previo pertinente del
asunto a tratar y una autocrítica limitada, con esto quiero decir, que después
de 30, 110 o más lecturas de lo escrito con correcciones, adiciones,
supresiones y hasta hartazgo, se decida ponerle punto final al libro y no
agregarle una palabra, nota, imagen o idea nueva, aunque tal vez quedara mucha
tinta en el tintero.
Al escribir un libro, las palabras
hiladas que construyen su camino deben ser propias, y solicitar, obtener
licencia y dar los créditos correspondientes en su caso, de los textos,
gráficos, tablas, fotografías u otros elementos de autoría ajena que se
incluyan en el texto.
Escribir un libro también puede
atormentar. Las ideas se disipan rápidamente si no se tiene un lápiz a la mano,
tampoco quiere hacerse un “refrito” de más de lo mismo, quiere uno ser
original, creativo, propositivo y constructivo. Sin embargo, las ideas no
llegan, las palabras se atropellan, pasa el tiempo y no acabamos el libro. Cuando
el libro se hace en conjunto con otro u otros autores el problema se multiplica
a veces de manera alarmante.
La segunda pregunta que un escritor
debiera hacerse es ¿Qué diferencias, ventajas y aportaciones ofrece mi libro,
comparado con otras obras similares, si las hubiere?
¿Qué título? ¿Cuántos capítulos?
¿Qué extensión? ¿A qué público está dirigido? y otras, tienen la mayor
importancia en concordancia con el fin propuesto.
Ya terminado o en su curso, el autor
quisiera tener opiniones de sus pares, preferentemente, y debe uno aceptar que
estas no siempre sean buenas y con ellas, si es posible, mejorar su trabajo.
Después viene lo más problemático
para un autor novel, sin padrino, “sin historial,” sin apellidos García Márquez
o Vargas Llosa, entre otros: la búsqueda de un posible editor. Un paso
importante previo es haber hecho el registro de la obra en la oficina del
Derecho de Autor.
De acuerdo a la naturaleza del libro
el autor selecciona una, dos o más posibles casas editoriales que pudieran
interesarse en él. Para tal efecto, el libro debe presentarse con ellas de la
mejor manera posible y… esperar sentados o abrir el bolsillo y editarlo por
cuenta propia.
Las respuestas del editor en su caso
y si es que le contestan o cuando menos le envían un “acuse de recibo” de su
obra, suelen ser:
“Agradecemos cumplidamente la
confianza depositada en nuestra casa editora al enviarnos a consideración su
libro tal… Sin embargo, nuestro programa editorial está actualmente cubierto y
por tanto no estamos en condiciones de aceptar su meritorio trabajo.”
“El gran problema por el que
atraviesa actualmente la industria editorial en el país, nos limita
importantemente en la adquisición de nuevos compromisos editoriales.”
“El libro me parece estupendo, pero
su edición ya no representa un negocio para nosotros, le sugerimos proponérselo
a una empresa farmacéutica (si se trata de un libro médico) para que ella lo
compre, y nosotros haríamos con ellos la edición.”
Otro editor al fin, y si es que lo
logra, le contestará que sí acepta su trabajo y le cita para acordar los
pormenores de su edición.
Hablaré ahora de la importancia,
concretamente, de publicar un libro de medicina.7
La principal característica de un
libro de medicina frente a los generales es el tema, seguido de su terminología
particular. Su especialidad se define por la temática. Tiene como objetivo y fin informar con
precisión, claridad y economía a un receptor que está supuestamente al mismo
nivel de comunicación que el emisor y que por lo tanto no tendrá problemas a la
hora de decodificar el mensaje. Debe estar escrito con claridad, esto es, con
oraciones bien construidas, ordenadas y sin sobreentendidos; con sencillez
sintáctica.
Procurará ser preciso, evitando
terminología ambigua y subjetiva.
Deberá tener verificabilidad, es decir, veracidad de los enunciados comprobables tanto ya por leyes
científicas como de hipótesis y estar, enfáticamente actualizado.
Otra característica deberá ser la universalidad: Posibilidad
de que en cualquier parte del mundo la obra pueda ser entendida por cualquier
miembro del grupo al que va dirigida.
Y, por último, pero no por ello menos importante, deberá contar con objetividad, dando primacía a los
hechos y datos sobre las opiniones y valoraciones subjetivas del autor.
Actualmente los avances tecnológicos e informáticos permiten la
elaboración de libros en formato electrónico. Tiene sus ventajas, pero yo
prefiero el libro impreso en papel y creo que sobrevivirá por mucho tiempo más.
Los libros son uno de los
interfaces (En informática, el vocablo interfaz se refiere
a la dinámica física y lógica de interconexión entre dos aparatos o sistemas
independientes, o bien entre un sistema informático y su usuario humano) más
estables que la humanidad haya desarrollado, cápsulas de sentido que circulan a
través del tiempo y el espacio, propiciando la comunicación entre seres
humanos, generando comunidades de intereses y de saber.8
Para terminar, es oportuno recodar las siguientes
frases:
Un
libro abierto es un cerebro que habla;
Cerrado
un amigo que espera;
Olvidado,
un alma que perdona;
Destruido,
un corazón que llora.
La
capa de polvo de cubre a un libro en una biblioteca pública,
es
directamente proporcional a la cultura de la población en la que éste se ubica.
Es probable que el
organismo de los nuevos nativos digitales
cree otras redes
neuronales que les permitan preferir lo electrónico
al papel, pero
mientras tanto, hoy el resto de la población
sigue prefiriendo el
contacto con las históricas hojas.
1 Homo sapiens.
http://es.wikipedia.org/wiki/Homo_sapiens
2 Conocimiento. http://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento
3 http://aulasvirtuales.wordpress.com/category/fundamentos-socioculturales/
4 Richard
Dawkins. El gen egoísta. http://es.wikipedia.org/wiki/El_gen_ego%C3%ADsta
5 Mnemosine diosa de la memoria.
http://www.fotolog.com/mastershaka/96206213
6 Georges Orwell ¿Porqué escribo?
http://www.1001libros.com/george-orwell-%C2%BFpor-que-escribo/
7 Características textos
científicos. http://www.mitecnologico.com/Main/CaracteristicasTextosCientificos
8 De Joaquín Rodríguez en
El libro 2010. http://www.madrimasd.org/blogs/futurosdellibro/2007/03/29/62547:
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