miércoles, 1 de junio de 2022

Filiación: filias y fobias.

 

Filias y fobias de la filiación (FiFoFi)
en una tertulia informal.

De Diógenes compré un día
la linterna a un mercader;
distan la suya y la mía
cuánto hay de ser a no ser.
Blanca la mía parece;
la suya parece negra;
la de él todo lo entristece;
la mía todo lo alegra.
Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.
 
Ramón de Campoamor. 

Dr. Xavier A. López y de la Peña


            Como es ya costumbre, todos los viernes a las 9 a.m., un grupo de amigos y yo nos reunimos a desayunar en un restaurante local. El buffet no suele ser maravilloso de ninguna manera, pero sí pasable. Lo que importa es el ambiente de camaradería con el que departimos, acompañados inicialmente con una buena taza de café, una y mil charlas de “tutti frutti”.
           Eso sí, la primera regla que se tiene es que cualquier tema, asunto u otro que quiera tratarse se deberá poner sobre la mesa y ya allí, el que quiera habrá de opinar, considerar, discutir, aceptar, rechazar o proponer lo que crea necesario. Las ideas allí siempre se podrán libremente exponer y no habrá consideraciones que les limiten más que el respeto y tolerancia irrestrictas hacia quien las emita.        Después de un click inicial, una vez ya reunidos, comenzamos.

            Buenos días amigos, -dijo Ricardo iniciando la conversación mientras todos bebíamos café-, debo decirles que para mi sorpresa me enteré de que nuestro vecino el Lic. Miraflores está tratando de dar con el paradero de su padre biológico. ¡Vaya! -en seguida exclamó-, mi esposa y yo ni por asomo pensamos que su padre, el señor Mariano, en realidad, y con esta noticia, fuera ahora su padre adoptivo.

            Interviene luego Pedro, el mayor (en edad, hay que aclarar) de todos nosotros, diciendo: no se para que hace esto. Total ¿Qué importa quién fue su padre?, ¿persigue tal vez una posible herencia?, ¿saber quizá que su pelo hirsuto lo heredó de él y no de don Mariano que para remachar está calvo y no sabemos cómo tenía su cabello?, ¿le asalta de repente la nostalgia por su ascendencia sanguínea? o solo quiere por snob hurgar en su pasado para dárselas de muy muy con eso de las pruebas de ADN que por doquier se mientan. Creo -finalmente dijo-, que lo mejor sería disfrutar de su actual familia que, en última instancia ha sido y es su familia.
 
           Cierto, -interviene diciendo ahora la inteligente Ariadna, con un dejo de nostalgia en el tono de su voz- y, hablando de la familia dijo: que ya las cosas y los conceptos ahora ya no son como antes como suelo con frecuencia decir. El concepto tenido antaño por familia como la célula básica de la sociedad y constituida por un grupo de personas con lazos de parentesco que cohabitan y comparten una vivienda ahora, dentro de la nueva “normalidad” y en esta “globalidad”, tiende a conformarse cada vez más con grupos que comparten dicha vivienda, pero sin tener ese vínculo entre ellos.
            Como ejemplos de familia tenemos a la llamada familia nuclear (o tradicional) conformada por los progenitores e hijo o hijos; la familia extensa, que incluye a abuelos, tíos, primos y otros parientes consanguíneos o afines; la familia monoparental en la que hijo o hijos tienen sólo a progenitor padre o madre; la familia homoparental conformada por dos hombres o dos mujeres que actúan como padres/madres de su hijo o hijos; la familia de padres separados en la que un solo progenitor convive con el hijo o hijos o alternan entre ellos la convivencia; la familia ensamblada, reconstituida o mixta: en la cual uno o ambos miembros de la pareja actual tiene uno o varios hijos de parejas anteriores; la familia de acogida o adoptiva en la que los menores (no hijos, aquí) no son sus hijos, si no menores acogidos de forma legal mientras están tutelados por la administración; la familia sin hijos por elección en la que sus integrantes deciden no tener hijos,1 y la familia compuesta, integrada por varias familias nucleares comúnmente formada por otras familias tras la ruptura de pareja, donde el hijo, además de vivir con su madre y su pareja, también tiene la familia de su padre y su pareja, pudiendo llegar a tener hermanastros.

            Por cierto -acota en seguida Apolonio, el amigo de las etimologías-, el termino familia se acepta generalmente entre nosotros, como aquel grupo conformado por los padres y los hijos; sin embargo, la palabra familia deriva de la voz latina famulus que significa “sirviente o esclavo” y dicha palabra también equivalía a patrimonio, incluyendo a los demás parientes y a la servidumbre. Además, -continúa diciendo-, la dichosa palabra familia se identifica a su vez con la voz famus o hambre, hecho relacionable con que dentro del grupo (o familia) se saciaba el hambre de sus constituyentes por parte del jefe o padre, y de aquí mismo deriva a su vez la voz de pater familias de los romanos, el padre que alimenta al grupo dentro de una casa.2

            Sentía inquieta a Georgina, la sicóloga que coquetea con la astrología, por su mirada frecuente a su reloj que alternaba con la carta que incluía los componentes del buffet, así que me permití abrirle la puerta a la conversación -si se me permite decirlo así- y le pregunté: ¿Qué opinas de ello Georgina?        
         ¡Bueno! -dijo por fin- a mí me parece que el licenciado Miraflores tiene todo el derecho a conocer a su verdadero progenitor, no por razones de interés económico u otro que pudiera considerarse mezquino sino por razones de descendencia, de origen, de nexo con un pasado que desconocía. Al fin y al cabo, todos necesitamos sentirnos pertenecientes a algo, de sabernos parte de un continuum vital. Además, también es cierto que si busca ello quiere decir, a manera de una expresión íntima, que él se siente incompleto, que algo le falta, con independencia de que en su familia actual su padre no sea su padre biológico.
            También -continuó diciendo-, sobre los asertos que se han expuesto sobre los cambios que se suscitan actualmente en derredor del término familia, no debe tampoco olvidarse que dichos cambios afectan o influyen en la relación que los padres tienen con los hijos, no sólo desde el punto de vista emocional, sino desde la óptica filial sobre la que quizás deberíamos hablar un poco más. Recuérdese que la filiación es la relación que existe entre padres e hijos y sus consecuencias, particularmente jurídicas que de ellas emanen. Es, en otras sintéticas palabras, la procedencia de los hijos respecto a los padres como señala el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, asunto que también ha cambiado aparejadamente con el de la familia.
            Todo ello parte de la base de que la unión entre dos personas (digámosle matrimonio) bajo el concepto intrínseco de que los seres humanos son seres sexuados: hombre y mujer o masculino y femenino. Esto es que los seres humanos nacen determinados, quiérase o no por el sexo al que pertenecen y que, mediante su unión (sexual, por supuesto) sustentan la supervivencia de la especie a través de su consecuencia: los hijos o familia. Ambos reunidos en y dentro de un grupo social que provee, lo que puede llamarse con toda propiedad, el proceso de la humanización. Este proceso constituye la columna vertebral iniciática de una interacción biológica-social de preservación de la especie humana.
            Insistimos entonces en que la filiación es la relación entre padres e hijos; y debe determinarse formalmente para generar efectos jurídicos, entre los que destacan la determinación de los apellidos, la obligación de los padres de proveer el adecuado desarrollo de los menores; así como, la de proporcionar alimentos, y los consecuentes derechos sucesorios, y a una nacionalidad.
 
           Seguidamente toma la palabra el doctor Adeodato (cuyo nombre significa entregado por Dios) quien se había mantenido callado saboreando sus enchiladas potosinas con gran regocijo (su habitus exterior o fisonomía daba clara cuenta de ello), diciendo que había estado muy atento a la plática y que todo ello resultaba muy interesante. Sin embargo -acotó-, dentro de estos temas de familia y filiación; es decir del asunto entre padres e hijos aún falta mucho que discutir, pero quisiera yo recalcar que nada se ha dicho de la procreación y, particularmente en estos tiempos de la tan llevada y traída globalización, sobre los métodos y técnicas innovadoras de los tratamientos de reproducción asistida o TRA.                
         De pronto, como si se hubiera escuchado un disparo de arma de fuego (¡por supuesto que estoy exagerando), terció la voz de Marcela, nuestra querida amiga economista, madre de tres hijos y extraordinaria conocedora de la cultura griega quien, a voz en cuello señaló:           ¡Nada de estos procedimientos es pertinente! Como bien lo ha señalado Lino Ciccone que, partiendo de la premisa de que el acto de amor conyugal es el único lugar digno de la procreación humana; entonces cualquier intervención en el proceso que excluya el acto conyugal, es éticamente inadmisible, e indigno de la procreación.

          Ricardo -terció interrumpiéndola-, diciendo socarronamente que, entonces, qué opinaba ella sobre el asunto de la Sagrada Familia en relación con esta aseveración de Ciccone. ¿Cómo se explica o resuelve entonces el problema de filiación en dicha familia?

          Marcela contestó, que ello no era tema y añadió -enfáticamente-, que el milagro o dogma de la Sagrada Familia es un asunto de fe y que, no aceptaba que este se mezclara con el asunto mundano de la procreación humana.

          Ricardo insistió y respondió que cómo era posible que una persona fuera trina, que una familia se conformara…

           ¡Basta!, replicó súbitamente Marcela subiendo el tono de su voz.

          Yo también tercié y les recordé, tratando de calmar los ánimos, que no debíamos polemizar sobre asuntos religiosos en estas charlas de café-desayuno, cuando ello encontrase y se enfrentara con un creyente y un no creyente firmemente anclado en su postura de fe o de razón.
            Les traje a colación también y a manera de distracción que, con la consagración del templo de la Sagrada Familia (para virar 180º el tema, de lo sacro a lo profano) hecha por el Papa Benedicto XVI, en Barcelona el 7 de noviembre de 2010, se permitió descubrir su belleza arquitectónica, representativa del modernismo catalán creado por Antonio Gaudí y el esplendor de la liturgia, como un ejemplo elocuente de la simbiosis entre fe y arte”.3 Esto, independientemente de mi arraigado ateísmo que, sin embargo, no me aparta de esta embelsante obra estética.

           Plutonio hizo uso de la voz nuevamente (perdón, rápidamente me corrigieron los amigos: ¡Se llama Apolonio!) diciendo que, regresando al tema inicial sobre la filiación, recuérdese que el viejo principio romano de mater semper certa est… (La madre siempre es cierta), aunque sigue siendo cierta, aunque con los avances científico tecnológicos actuales ya no se puede afirmar que su hijo sea efectivamente suyo pues podría tratar de haber sido sólo una madre substituta; por tanto, la filiación ahora deberá establecerse en primer lugar si se deriva de un vínculo matrimonial. Después, si se produjo mediante una técnica de reproducción asistida (TRA) homóloga o heteróloga...4
            Así, si se trata de una TRA homóloga, dentro del matrimonio, los padres biológicos coincidirán con los jurídicos.
            En el caso de TRA heteróloga dentro del matrimonio, el donante no tiene ningún vínculo jurídico. Y el hijo nacido se considera hijo del matrimonio donado. Pero también hay que considerar si ello ocurre en matrimonios hetero u homosexuales y… Bueno hay otras variantes que sería largo referir y que… ciertamente contravendrán y pondrán a prueba nuestra visión, concepción, entendimiento y percepción del mundo en que vivimos.

          Finalmente hicimos ¡Click! a las 11 a.m., pagamos la cuenta y dimos por terminado el café-desayuno y nos despedimos todos, uno a uno, como siempre de manera tolerante, cordial y afectuosamente; sin importar si somos altos o bajos, gordos o flacos, activos o sedentarios, viejos o no tanto, sinceros, mitómanos o mentirosos, serenos o petulantes, adeptos al fútbol o al ajedrez, quisquillosos o refinados, gustosos por la lectura o al trajín laboral, comerciantes o profesionistas, locuaces o retraídos, pensadores inquietos en el más allá o adaptados y conformes con el más acá; en fin, como somos y cada quién con sus filias y fobias…, pero amigos.
 
Porque, como lo refiere un viejo proverbio árabe: quien quiera buscar en el otro u otra al amigo o amiga perfecta, nunca logrará tener amigos.

Además, si así lo considera: más vale perder el tiempo con los amigos… que perder a los amigos con el tiempo.



1 . Tipos de Familias. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Familia#Tipos_de_familias

2 . Familia. En: http://etimologias.dechile.net/?familia#:~:text=Es%20una%20palabra%20derivada%20de,de%20la%20casa%20del%20amo.

3 . Ignacio Aréchaga. Aceprensa. La simbiosis entre fe y arte. 8 de noviembre de 2010. Consultado en internet el 5 de mayo de 2022 en: https://www.aceprensa.com/religion/la-simbiosis-entre-fe-y-arte/

4 . Joaquina Gabriela Ruiz Burgos y Rubén Jaime Flores Medina. Las técnicas de reproducción asistida y sus efectos en la conceptualización legal de la maternidad, paternidad y filiación. DERECHO GLOBAL. ESTUDIOS SOBRE DERECHO Y JUSTICIA Año 2, Número 8, Marzo-Junio 2018, ISSN 2448-5128.

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