El sí mismo está
muy bien escondido de uno mismo;
de los pozos con
tesoros, el sí mismo es el último en extraerse.
Friedrich
Wilhelm Nietzsche
¿Conocerme a mí
mismo?
Si lo hiciera,
saldría corriendo espantado.
Johann Wolfgang
von Goethe
Dr. Xavier A. López y de la Peña.
En
diversas ocasiones y en estado de inconsciencia como en el sueño y el coma, nos
percatamos de que tuvimos una vivencia particular; es decir un ensueño,
que no es otra cosa más que la actividad onírica que se nos presenta por
imágenes y sucesos que nos parecen reales, aunque su contenido sea fantástico,
increíble, disparatado o hasta imposible. El diccionario de la Real Academia
Española (RAE) refiere para ello el término delusión como sinónimo de
ilusión: una imagen o una idea que una persona construye en su mente, sin
correspondencia con la realidad1.
Desde la sicología el ensueño
se interpreta como una expresión de lucha en el inconsciente de diversos
impulsos que han sido reprimidos o impedidos durante el estado de vigilia. Esto
es, que dentro de nosotros existe, por decirlo de alguna manera
sencilla: otro Yo que pretende expresarse de alguna manera y lo contenemos de
alguna forma. Esto llevó a que Sigmund Freud con su obra La interpretación
de los sueños publicada en 1900 manifestara que "El Yo no es el señor
de su propia casa".
Tal vez, el doctor Freud en sus elucubraciones sobre
el inconsciente ya habría leído la obra del inglés Robert Louis Stevenson
titulada El extraño caso del doctor Jekill y Mr. Hyde publicada en 1886,
que trata sobre nuestra propia doble naturaleza, en este caso particular, de la
buena y creativa (Dr. Henry Jekill) y de la mala y destructiva (Mr. Hyde), como
buen ejemplo de lo que hoy llamamos un trastorno disociativo de la identidad.
Los ensueños son entonces expresiones relativas
a lo ocurrido en la vida del observador (por ejemplo, ninguna persona soñará
con ornitorrincos si nunca ha visto o sabido sobre ellos), cuyo análisis e
interpretación nos pueden dar una idea de lo que ocurre en la confrontación de
lo que decidimos hacer con nuestros actos irracionales o instintivos.
Dentro de este proceso de los ensueños
queremos destacar el que representa la autoscopia o experiencia individual
que se tiene cuando se está dormido o en coma, de tener la experiencia
extracorporal de ver el propio cuerpo desde afuera.
Este es un tema que ha intrigado a la humanidad desde
tiempos muy lejanos y que se ha expresado ampliamente en el folclore, la
mitología, la espiritualidad y la literatura.
Representa así mismo, un problema de identidad
personal, del Yo mismo, expresado como un fenómeno de desdoblamiento o
duplicidad en el que puede ocurrir como “salirse del propio cuerpo”, “ver o
percibir el entorno desde lo alto” o “ver nuestro propio cuerpo desde fuera de
él” que es lo que verdaderamente se conoce como autoscopia. Esto
reafirma la añeja concepción que se tiene de la naturaleza dual del ser humano.
De hecho, la idea de la inmortalidad
se basa en esta premisa. Así, los antiguos egipcios (3 200 a. C.) consideraban
que el otro Yo estaba compuesto por una fuerza llamada “Ka” (como también otras
fuerzas llamadas Ib, Ba, Aj, Ren y Sheut) que les permitiría vivir (ser
inmortal) en el más allá. De hecho, tras la muerte el ka salía del cuerpo por
la boca he iba hasta ser juzgado por el tribunal de Osiris en el más allá. Por
cierto -por si alguien encuentra con este ejemplo algún parecido con otro-,
este Ka era una creación que hacía con lodo del Nilo el alfarero llamado Jnum Nehep
(el creador) y que se otorgaba a los hijos desde el mismo momento de la
concepción.
Más adelante, los antiguos griegos
llamaron eidolon (fantasma, aparición o imagen) a la supuesta copia
astral o “doble” de un difunto, mismo que se creaba cuando este llegaba al
Hades, como quedó registrado en el poema épico de la Odisea atribuido al poeta
Homero cuando Ulises desciende al Hades y puede ver a su madre (eidolon)
que se desaparece cuando pretende abrazarla.
En 1796 el escritor alemán Johann Paul Friedrich Richter nombró a esta añeja idea
de la naturaleza “doble” del ser humano, que conforma una alucinación
reduplicativa en que la persona “ve a su propio cuerpo” con el termino de doppelgänger2,
mismo que empleó en una comedia gótica que publicó bajo el título de Bodegón
de frutas, flores y espinas o vida conyugal, muerte y nuevas nupcias del
abogado de pobres F. St. Siebenkäs, y que quiere decir: “el que camina al
lado o a mi lado”, y que también se llama actualmente autoscopia.
Para complicarnos la vida, estas vivencias en el
terreno de la neurología y siquiatría, también suelen denominarse como heautoscopia
(el doble corpóreo propio), término empleado para definir la alucinación
reduplicativa de "ver el propio cuerpo a una distancia"3 y se les considera como
un síntoma que puede observarse en algunos casos de epilepsia y esquizofrenia,
en depresivos melancólicos, en el síndrome de Cotard y por efecto de algunas
substancias tóxicas para el sistema nervioso central.4
Esta reduplicación o desdoblamiento
puede presentarse de tres formas: El doble corpóreo expresado como una mera
impresión y una sensación de extrañeza sobre el propio cuerpo; el doble
corpóreo percibido visualmente y el doble corpóreo del que se tiene la
certidumbre de su existencia, pero al que no se le ha visto.5
Esta autoscopia suele presentarse,
además de los casos citados anteriormente, por algunos pacientes que se
recuperaron de una “muerte clínica” bajo la categoría que ha dado por llamarse
Experiencias Cercanas a la Muerte (acrónimo ECM).
Entre estas experiencias suele mencionarse que las
personas experimentaron “atravesar por un túnel de luz”, “sentir la separación
del alma del cuerpo y su levitación”, “sentir la salida del alma o del yo
espiritual por la cabeza de manera natural, sin dolor o sufrimiento alguno”,
“una vez con mi Yo fuera, flotando, vi mi cuerpo debajo y percibí todo lo que
ocurría a mi alrededor, incluso escuchando lo que se decía" y, en algunos
estudios sobre el tema, se ha demostrado que en un 30% de los casos ocurrió autoscopia,
un 54%, un proceso trascendental y en el 17% una combinación de estos
fenómenos.6
Estas experiencias y estudios, sin
embargo, aún no dan respuesta a ¿cómo puede una persona tener una conciencia
clara y saber lo que sucede a su alrededor durante el lapso que dura la muerte
clínica, cuando el electroencefalograma denota una ausencia de actividad
cerebral?7
No obstante, esta duplicidad
recuerda nuestra soledad esencial y nos deja perplejos ante nuestra identidad.
Esto es así porque el “doble” Yo, constituye un sujeto capaz de percibir e
interactuar con el otro y nuestro entorno de una forma
-reduciéndola a términos simplistas-, positiva (constructiva) o negativa
(destructiva), pero ni el otro ni nuestro entorno tienen la
posibilidad de conocer la interioridad de mi Yo. Luego entonces transitamos por
la vida buscando conocernos a nosotros mismos dándole sentido a nuestro vivir
de la manera más armónica posible con el entorno.8
Estando por terminar este escrito,
recuerdo que el médico neurólogo, Bruno Estañol, señala la duplicidad del Yo del escritor mencionando
en su apartado: El doble como liberación y el Yo narrador, de su ensayo
titulado El que camina a mi lado: el tema de El Doble en la psiquiatría y en
la cultura, diciendo que:
De hecho, la escritura es un
ejercicio de doblez; el que se sienta frente a la máquina de escribir o la
computadora es otro. Vamos por la vida con un doble adentro y a veces también
con uno afuera.9
Gracias
digo Yo, no mi otro Yo.
1. Real Academia Española. https://definicion.de/delusion/
2 . Emilio de Gorgot. El horroroso trance de encontrarse con uno mismo. Consultado
en internet el 16 de agosto de 2022 en: https://www.jotdown.es/2021/07/doppelganger-horroroso-trance-encontrarse/#:~:text=Doppelg%C3%A4nger%3A%20el%20horroroso%20trance%20de%20encontrarse%20con%20uno%20mismo,-Escrito%20por%20Emilio
3 . Heautoscopia. Consultado en internet el 16 de agosto de 2022 en: http://diccionario.sensagent.com/Heautoscopia/es-es/
4 . Manuel Zambrano. Semiología psiquiátrica. Consultado en internet el 16 de
agosto de 2022 en: https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/psicologia/manual_psiquiatr%C3%ADa/cap-5.htm
5. La semiología psiquiátrica. Consultado en internet el 16 de agosto de 2022
en: http://www.atensalud.com/2022/03/la-semiologia-psiquiatrica.html
6 . Bruce Greyson. A tipology of Near-Death Experiences. Am J Psychiatry
1985;142:967-969.
7. Experiencias cercanas a la muerte. Consultado en internet el 15 de agosto de
2022 en: https://www.comoves.unam.mx/assets/revista/39/ojodemosca_39.pdf
8 . Juan Herrero Cecilia. Figuras y significaciones del mito del doble en la
literatura: teorías explicativas. Cédille revista de estudios franceses.
Monografías 2 (2011), 15-48. Consultado en
http://webpages.ull.es/users/cedille/M2/02herrero2.pdf
9 . Bruno Estañol. “El que camina a mi lado”: el tema de El Doble en la
psiquiatría y en la cultura. Salud Mental 2012;35:267-271.
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